Renacimiento mexicano

Sebastian Luna
Ilustración de Elizabeth Himes Sicilia
La Jornada Maya

Viernes 3 de marzo, 2017


Algún día nos avergonzaremos de haber cantado esta frase.

¿En qué momento terminamos cantándole a la mujer de esa manera?

Tú, mujer, no permitas que te canten así.

Seguro te ha pasado que cuando le preguntas a los demás “Oye, ¿no crees que es algo machista la letra?” el otro te contesta, “¡Ay, no exageres! Sólo es una canción”
Sí, todos pensaron que era broma el “¡Con todos menos conmigo!”

La realidad es que son formas de pensar que, si queremos evolucionar como sociedad, tenemos que abandonar. Es preciso hacer un cambio en la música que consumimos.

Y claro, no habría de que preocuparnos si esas canciones la oyeran cien personas o incluso diez mil. El problema es que ese tipo de canciones se adhieren, a veces a una velocidad escalofriante, a la identidad del país. Con millones de visitas en YouTube, lo que pareciera una simple canción se convierte en un símbolo nacional. La música banda y el reggaetón son géneros que, aunque llevan poco tiempo, han hecho ya suficiente daño a la concepción que tenemos de la mujer. Y, dicho sea de paso, también de nosotros mismos como sociedad.

Hay compositores que dedican sus vidas a hacer canciones para conocerse a sí mismos, para contar historias o proponer nuevas ideas. Personas que entregan sus días a generar belleza, a darle a la humanidad canciones hermosas. Verdaderos servidores del arte y de la consciencia.

Hay compositores que hacen canciones para pegar en la radio. Personas para las que lo único que importa es que su canción genere grandes ingresos. De estos dos tipos de compositores. ¿Qué tipo escuchas tú?

Creo que fue Picasso el que dijo “Hay vendedores que pintan. Pero también hay pintores que venden”. Ya conocemos a demasiados vendedores que componen. Conozcamos ahora a compositores que vendan.

Y no es que piense que toda la música que suena en el radio es mala, pero estoy cansado de que “Pitbull” nos cuente como le fue en la fiesta de anoche. También le tengo miedo al liderazgo creciente de la música banda; no quiero vivir en una sociedad fundamentada en ideas misóginas. Este tipo de música no busca mejorar en ningún sentido a nuestra cultura.

Cito no más un fragmentito de una canción que encontré por ahí:

[b]Me gusta tu vieja[/b]
[i]Compa me gusta su vieja[/i]
[i]Y sin pedos lo arreglamos[/i]
[i]A lo mejor no lo nota[/i]
[i]Pero ella y yo nos gustamos[/i]
[i]Sí le dolió el comentario[/i]
[i]Hasta balazos nos damos[/i]

Lindo, ¿no?

Tanto el compositor como el escucha debe hacerse consciente, el primero de lo que canta, y el segundo de lo que consume. Ser conscientes de esto es saber que no se trata de un broma o de una simple canción.

Hoy tenemos acceso a incontables canciones de una calidad extraordinaria. Déjate sorprender, el arte es infinito. Compositores aun desconocidos siguen creando música maravillosa, letras maravillosas. No necesitas nada más que echarte un clavado al mundo de la web, porque es ahí donde están las propuestas creativas mas bellas del mundo, no en los medios de comunicación masivos. Para nosotros los compositores, jugar con las palabras y encontrar novedosas y atractivas combinaciones de acordes hace de nuestro trabajo un indescriptible placer.

Hasta consumiendo otro tipo de canciones puedes cambiar al mundo. Está en tus manos…

[i]Ciudad de México[/i]