Urgente refrescar la memoria

Ricardo Peralta Saucedo*
Foto: Archivo
La Jornada Maya

Lunes 9 de enero, 2017

Hace 45 años, se veía como un prioridad de trascendencia nacional la captura de Genaro Vázquez, hijo de un líder campesino apodado [i]La Parota[/i]. Estudió la primaria en un internado cerca del Palacio Negro de Lecumberri, la secundaria en la Rafael Dondé y en San Ildefonso, la emblemática Escuela Nacional Preparatoria, la Normal de Maestros, e incluso la Facultad de Derecho de la UNAM.

Guerrerense de San Luis Acatlán, población de la Costa Chica, cerca de Acapulco, Genaro Vázquez fue líder de organizaciones campesinas y populares, además de líder estudiantil, auspiciado por el gobernador del estado de 1951 a 1954; fecha en la que el Congreso de la Unión acordó la desaparición de poderes en Guerrero. Contribuyó a la caída del gobierno estatal (57-61) del general Raúl Caballero Aburto, quien durante su mandato controló a las bandas de gavilleros que infestaban la entidad en esa época, haciendo famoso el pozo Meléndez en Taxco, Guerrero, por ser el lugar donde se arrojaban vivos y muertos de aquellos enfrentamientos.

El “comandante” Genaro Vázquez Rojas, fue perseguido por el ejército y las fuerzas civiles de seguridad, al ser calificado como guerrillero y secuestrador. En febrero de 1972 ocurrió su muerte en un accidente automovilístico cerca de Morelia y era la nota periodística más trascendente de la época, en el mes de enero del mismo año lo fue la organización de eventos nacionales por el del año de Juárez.

Cerramos el año 2016 con la gran urgencia de parte de las fuerzas castrenses para regular la actividad del ejército en actividades que vienen realizando no hace 10 años, sino décadas, investigar delitos y coadyuvar con la autoridad civil, la Ley de Seguridad Interior se convirtió en “eclipsadora” de múltiples temas nacionales pendientes a lo largo del año.

Dentro de esos rezagos por cumplir, está la consolidación e implementación del Sistema Nacional Anticorrupción. Para algunos, es un tema que puede esperar, pero la percepción nacional mayoritaria coincide en que su fortalecimiento y puesta en marcha es de la mayor urgencia, no se debe perder el estatus de importancia de la lucha contra la corrupción.

El 2017 nos despertó con medidas económicas que han incendiado la pradera, no sólo por el impacto que esto significa para toda la población, sino por los actos vandálicos, provocados o no, por la coyuntura de esa decisión.

Criminalizar la protesta es ahora la nota, la distracción morbosa de actos delictuosos por la expresión popular.

En el fondo, todo apunta a la corrupción, tanto los actos concatenados que nos llevan hasta la realidad nacional actual, pasando por diversas administraciones gubernamentales con su grado de responsabilidad política, los aliados y cómplices, hasta la inacción popular, de una u otra forma todos responsables por el fango corrupto de la acción y la omisión.

Hoy no se deben enturbiar las prioridades por el escándalo, se debe continuar e impulsar desde todos los frentes la unidad nacional contra la corrupción, evitar la desmemoria reciente y anterior. Releamos las noticias de hace 1 año, 10, y 45…

Refresquemos nuestras urgencias como nación, el desatino de seguir siendo reactivos al embate de la incertidumbre nos hará seguir escribiendo la historia de nuestro país de manera pasiva.

Que en la reconstrucción de un México correcto, no se cuestione que enfrentar a la corrupción deba esperar coyunturas políticas, legislativas o electorales. Demos el paso, nos lo merecemos.


*Ricardo Peralta Saucedo
Mtro. catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM, especialista en anticorrupción, prevención de lavado de dinero y procuración de justicia. Activista social y filántropo.


[i]Ciudad de México[/i]

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