Gasolinazo 2017

Miguel Carbajal Rodríguez*
Foto: Homero Aguirre
La Jornada Maya

Miércoles 4 de enero, 2017

El “Feliz año nuevo” vino acompañado de una noticia que ha cimbrado a gran parte de la población del país. Manifestaciones, declaraciones, bloqueos en ciudades y carreteras han sido algunas de las prontas expresiones de rechazo al incremento que a partir del primer día de este año tienen los combustibles. Una reacción en cadena acompañará este incremento, al subir la gasolina, sube el costo de todo aquello que se transporta gracias a la energía fósil. Los más afectados como siempre son los pobres, que si bien son los que menos gasolina consumen, de manera directa el costo de su movilidad como otros gastos básicos representa un porcentaje importante de su ingreso mensual.

Además del costo de la gasolina, hay que considerar que el parque vehicular ha aumentado considerablemente en el país. Para 1980, según datos del Inegi, había en México 5 millones de automóviles, cifra que contrasta con los actuales 35 millones de autos que circulan por calles y carreteras y que comienzan ya a obstruir las arterias impidiendo una circulación fluida. Ante este incremento vehicular desenfrenado, no hay avenida lo suficientemente ancha. Un mexicano pasa en promedio dos horas diarias en un vehículo, tiempo improductivo que se roba al trabajo, a la convivencia familiar o al esparcimiento. Si en promedio un tanque de automóvil es de 60 litros, y éste se carga una vez a la semana, un cálculo somero nos habla de la nada despreciable cantidad de 2,100 millones de litros semanales de gasolina necesaria para mantener este enjambre automotriz activo. Algunas cifras conservadoras estiman que para el 2050 serán 50 millones de autos en el país. Las cuentas se las dejo a usted.

¿Qué opciones tenemos? ¿Sustituir su auto de combustible? Desde mi perspectiva el segmento automotor seguirá usando gasolina al menos a corto y mediano plazo. Hay que reconocer que la gasolina tiene sus ventajas pues permite en pocos minutos “recargar” una unidad bridándole cientos de kilómetros de operatividad. Hoy por hoy, no hay estaciones de carga eléctrica en ciudades y carreteras, además la carga tarda varias horas y solo ofrece un rango limitado de kilómetros muy inferior al de un motor de gasolina. No olvidemos que la mayor parte de la energía que llega a nuestro hogar viene de quemar combustóleo, así que a fin de cuentas si se carga en casa, se siguen consumiendo hidrocarburos.

¿Auto híbrido? Excelente opción aunque cara. Un compacto parte desde 350 mil pesos y de ahí hasta medio millón de pesos. La industria automotriz hace lo suyo, la tendencia es clara: motores mucho más eficientes, es decir, más kilómetros por litro lo que los hace muy atractivos.

La necesidad de movilidad seguirá existiendo y ante la falta de servicios públicos de calidad y el incremento del parque vehicular, habrá que considerar nuevos hábitos y costumbres que ayuden a ahorrar en combustible y mitigar la congestión vial. Por una parte hay que mirar a los autos compactos para la ciudad, económicos y con alto rendimiento de gasolina. Por otra, hay que repensar rutas y hacer eficientes las salidas, varios pájaros de un tiro por decirlo de otra forma y, principalmente crear una conciencia colectiva, compartir en la medida de lo posible el auto con vecinos, colegas, amistades. El auto debe dejar de ser un símbolo de estatus, es lo que es, un medio de transporte que no solo representa un gasto en combustible, pero también el caos vial que todos comenzamos a sufrir y que comienza a deteriorar nuestra calidad de vida, congestiones vehiculares de las que somos cómplices al poseer un auto para transportar la mayoría de las veces a una sola persona. Es tiempo quizás de reconocer que si bien somos parte del problema de la movilidad urbana podemos ser de igual forma parte de la solución, es cuestión de movernos.

[i]Mérida, Yucatán[/i]

*Director de la Escuela de Recursos Naturales de la Universidad Marista de Mérida. Maestro en Bioética y Derecho y en Educación.