Retos de la nueva normalidad, apertura de sitios de patrimonio mundial

Marco Antonio Santos Ramírez
Foto: Reuters
La Jornada Maya

Jueves 18 de junio, 2020

Una de las características de los sitos designados como Patrimonio Mundial es su alta afluencia de visitantes en los últimos años. Tal es el caso de Chichén Itzá que en el 2019 recibió a 2 millones 600 mil visitantes, teniendo picos durante el año, como la semana del 25 al 30 de diciembre, en donde se tuvo como promedio diario 15 mil visitantes. Ante esta situación ¿cómo adecuar los sitios a la nueva normalidad o realidad en que vive el mundo? La respuesta no es fácil ya que otra de las características de los sitios de Patrimonio Mundial es que están llenos de interés, principalmente económico, que no cultural, lamentablemente. Las medidas que se tomen afectarán irremediablemente a algún sector que verá transgredidos sus intereses gremiales o particulares.

Así por ejemplo, el Stonehenge, situado en el Reino Unido de Gran Bretaña, permanece cerrado al día de hoy hasta que se pueda garantizar la seguridad de los visitantes y del personal. Sin embargo se adelantan a las acciones de su próxima reapertura diciendo que en los solsticios de verano e invierno, en donde cada año acuden unas 10 mil personas, y donde el público normalmente tenía acceso incluso al interior del monumento, el sito estará cerrado y el fenómeno arqueoastronómico será trasmitido por [i]streaming[/i], esto de acuerdo con el English Heritage, organismo responsable de la administración y conservación del monumento.

El santuario histórico de Machu Picchu, en Perú, también se encuentra cerrado; sin embargo, a partir del 1 de julio y hasta el 31 de diciembre de 2020, como una medida de reactivación y promoción económica del turismo el Poder Ejecutivo ha dispuesto, a través del Ministerio de Cultura y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas, que el acceso sea gratuito para todo el publico. Cabe señalar que desde hace un par de años el acceso a Machu Picchu se limita a 3 mil personas diarias, por lo que hay que reservar y planificar la visita con mucha anticipación.

El último ejemplo es el Taj Mahal en la India, monumento funerario del emperador mogol Shah Jahan para perpetuar la memoria de su esposa, que también cerró sus puertas desde marzo pasado ante la epidemia y que desde el año pasado venía aplicando medidas para controlar la alta afluencia de visitantes, pero ahora estas medidas serán mas estrictas. El Taj Mahal sólo podrá visitarse por tres horas, todas las entradas contarán con horarios específicos y estrictos, los visitantes recibirán una ficha de un color determinado de acuerdo a su nacionalidad, estas fichas magnéticas controlan el tiempo de estancia en el monumento y tienen que ser depositadas al salir, si el visitante se excedió de las tres horas pagará una multa igual al costo de la entrada.

Como se puede observar, estas medidas tienen el objetivo de controlar el numero de visitantes que los sitios pueden recibir, algunas enfocadas a la preservación del monumento y otras a incentivar el turismo sin dejar de poner límites a los visitantes.

La Zona de Monumentos Arqueológicos de Chichén Itzá no puede ser la excepción, aún sin definir las medidas que nos llevarán a la reapertura del sitio, la responsabilidad tendrá que ser compartida: los touroperadores, guías, hoteleros, restauranteros, comerciantes, municipio, gobierno del estado y la Federación tendremos que ceder a los intereses particulares y apostar a los intereses colectivos que nos impone la nueva realidad mundial. Se impondrá nuevamente lo que nos ha destruido como nación “el que cada quien se rasque con sus propias uñas” o habremos aprendido algo de esta prueba, la pregunta está en el aire…

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Edición: Ana Ordaz