La ciencia y sus investigadoras e investigadores de carne y hueso

Dalila Aldana Aranda*
Foto: Tomada de udeg.mx
La Jornada Maya

Viernes 5 de junio, 2020

¿Quiénes somos las y los investigadores de carne y hueso de México? Para empezar, somos los de la generación [i]Baby boomers[/i] (nacidos 1950-1968), que gracias a las mejores inversiones del dinero público que México en la década de 1970 en el Conacyt, realizamos estudios de posgrado. Tuvimos la fortuna como profesionistas preparados de tener un trabajo ad hoc a nuestra formación, la mayoría decidimos hacerlo en provincia integrándonos a las universidades estatales y a los centros de investigación del Poli y del Conacyt. La mayoría estudiamos en escuelas públicas con licenciaturas del Poli o la Unam y somos una generación de movilidad económica con compromiso social. Contribuimos significativamente al desarrollo y consolidación de la Ciencia y la educación superior fuera de la Ciudad de México creando laboratorios e infraestructura de investigación que no existía o era incipiente. Construimos el programa Nacional de posgrados, contribuyendo a la Educación Nacional que hoy cuenta con 2300 maestrías y doctorados acreditados por Conacyt.

La Ciencia en México se realiza en su mayoría con fondos públicos a través de proyectos del Conacyt. Otra suma pequeña viene de la Federación, en el caso del Cinestav IPN, de la Secretaría de Educación Pública (SEP)

¿Cuánto representa ese monto? Ejemplo: para Ciencias marinas del Cinvestav es de 2 millones de pesos/año, de los cuales destinamos medio millón al posgrado, quedándonos 5 mil 800 pesos al mes/investigador para operar un laboratorio con sus sustancias, monitoreos del trabajo de tesis de los estudiantes de licenciatura y posgrado. Cada profesor tiene un promedio de 10 estudiantes, representando 20 pesos al día/estudiante. Así de micro es la cantidad que recibimos.

Recientemente escuchamos el recorte de 75 por ciento a Ciencia, eso va a significar que contaremos con 5 pesos al día/tesista. Esta medida afectará el trabajo de tesis de los estudiantes, espero que ellos transmitan el impacto de esta medida en su formación. A una pregunta de este recorte, la directora del Conacyt, contestó “…No. no solamente no se va a reducir sino va a haber un aumento en los apoyos para la formación de especialistas, siempre se ha privilegiado el mantener los apoyos a becas.” Es importante señalar que la Ciencia no sólo son becas, se requieren los equipos e insumos para trabajo experimental/campo para la formación profesional de los becarios/tesistas. Si no hay recortes ¿Por qué no tenemos recursos este año? También hemos escuchado “Ah, porqué son investigadores están exceptos de cometer actos de corrupción. Está demostrado que en el Conacyt había abusos”. Conviene precisar que 95-98 por ciento de las/los investigadores no somos directores de instituciones o del Conacyt, no tenemos acceso a dinero. Si los directores anteriores del Conacyt realizaron actos de corrupción deben ser investigados y sancionados. Las adquisiciones de los científicos se hacen de manera indirecta a través de la normativa de la Federación. Las y los investigadores tenemos un gran compromiso con México. Recibimos niños desde preescolar, jóvenes de secundaria a licenciatura y posgrado, jóvenes becarios de Sembrando futuro. Participamos en las ferias de la Ciencia del Conacyt, en los programas estatales y municipales, en los Programas de la AMC. Las/los investigadores somos de todo, pero no corruptos. Somos quienes mantenemos directa o indirectamente a estudiantes de nivel superior y a 30 mil becarios del Conacyt. México no puede quedarse sin un día sin sus investigadoras e investigadores de carne y hueso.

*Premio Nacional al Mérito Ecológico

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Edición: Emilio Gómez