Entender la cultura maya para enfrentar al COVID-19

Francisco J. Rosado May
Foto: Cuartoscuro
La Jornada Maya

Martes 7 de abril, 2020

Sabemos que el coronavirus llegó a México a través de personas que habían estado en el extranjero. También sabemos que, actualmente, las infecciones incluyen a personas de diferentes edades y niveles socioeconómicos; el virus no discrimina. El grupo social considerado como pobre es el mas vulnerable, no sólo por que viven al día, sino porque no tienen los servicios necesarios para enfrentar la cuarentena; por eso es indispensable la intervención del gobierno para ofrecer toda la ayuda posible. Y qué bueno que lo está haciendo.

Como sucedió con el AH1N1, México no tiene información para conocer mejor el impacto por grupos sociales, de forma que las decisiones están siendo genéricas. Hemos fallado en la generación y sistematización oportuna de información para enfrentar el reto de la pandemia para ser mucho mas eficaces en las medidas de prevención, contención, atención y recuperación de la salud, incluyendo la social y económica.

¿Tenemos información fidedigna sobre la población indígena, sus condiciones de vida y las bases culturales que permitan diseñar política pública eficaz ante situaciones como la que hoy vivimos? ¿O solamente se cree en la percepción, sin datos verificables, o de plano no se necesitan porque se piensa que se puede diseñar política pública genérica? Los tomadores de decisiones están inermes ante la falta de información confiable; sólo pueden acudir a decisiones genéricas, confiando en que eventualmente habrá buenos resultados. Aún teniendo buenas decisiones, al momento de aplicarlas las personas a nivel de territorio también tendrían que tomar decisiones sobre cómo aplicar esas medidas.

Si la población en Quintana Roo tiene más del 44 por ciento de indígenas, lo lógico sería pensar en estrategias de comunicación para la eficaz prevención, contención, atención y recuperación. Sin embargo, hoy se puede observar, al menos, dos tendencias. Una es la creación y difusión de mensajes en maya, enfocadas a medidas de prevención de contagio. La otra es el incremento de noticias que ojalá no desemboquen en otra situación más difícil, toda vez que ya hay oficialmente un contagio confirmado en Carrillo Puerto. Interesante notar que los municipios con el mayor porcentaje de población indígena están siendo los últimos en formar parte del registro oficial de personas infectadas.

Antes de la verificación del primer caso en FCP, varios medios señalaron situaciones que reflejan mucha preocupación, y posiblemente muy cerca del pánico, en algunas comunidades de QRoo. ¿Qué pasaría si aumentan los casos positivos en municipios indígenas?

En Lázaro Cárdenas, se reportaron acciones de prevención sanitaria, incluyendo bloqueos de carreteras, filtros o situaciones que guardan las casas de la salud. En José María Morelos se informó sobre la poca disponibilidad de agua en comunidades. En FCP se informó sobre los “filtros” en las entradas a la ciudad, el desempleo, la protesta de varios ciudadanos por obligar el pago por el uso forzado del libramiento para ingresar a sus comunidades. Comunidades discuten la necesidad de cerrar sus accesos; Polyuc, Chunhuhub y Noh Bec han tomado las primeras medidas.

Está claro que debemos parar los contagios, tomar medidas de prevención, establecer planes de contingencia y prepararnos para salir adelante.

Para ello se necesita una comunicación eficaz que tome en cuenta los elementos culturales de los mayas. Presento algunas propuestas:
El sentido de comunidad y gregarismo que impera en los pueblos Mayas no debe ser visto como una limitante sino como una fortaleza. Hay que generar información que permita crear conciencia de esto y así evitar mas contagios.

En las comunidades hay líderes formales y naturales. Muy posiblemente se conoce quién tiene cada uno de esos tipos de liderazgo. ¿Por qué no capacitarlos en el proceso de prevención, contención, atención y recuperación? Se necesitará de personal capacitado para capacitar, hacerlo en la misma comunidad y en su propia lengua. ¿Porqué no ha estado activo el Gran Consejo Maya en el centro del estado o el Supremo Consejo Maya en el norte? ¿Tenemos una base de datos de líderes naturales como las parteras o los X’men o los hierbateros? ¡Cuánto ayudaría si lo tuviéramos!

Si bien los videos y mensajes de voz ayudan, la transmisión de la información en las comunidades es principalmente de persona a persona. La información adquiere notoriedad con base en quien lo dice, independientemente de la naturaleza de la misma.

Hay que tener cuidado con las palabras, tanto en los videos, mensajes de voz como en los posibles talleres o reuniones comunitarias. ¿Tenemos un catálogo de palabras útiles, que tengan resonancia en la cultura? En maya no existen las palabras virus, coronavirus o COVID-19. Hay que explicar qué es y cómo afecta a la salud usando palabras y conceptos mayas. ¿Se ha hecho investigación sólida al respecto?

Si la repartición de la ayuda sigue los mismos criterios que los que se usan para fines políticos, ¡tenemos un enorme problema!
No podemos quedarnos solamente en la etapa de queja y petición de ayuda. Necesitamos cambiar para inducir el cambio que la situación exige.

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