La grilla en los tiempos de COVID-19

Normando Medina Castro
Foto: Notimex
La Jornada Maya

Jueves 5 de marzo, 2020

El coronavirus ha ocasionado más daños económicos que humanos, ya que las pérdidas monetarias son incuantificables, en tanto que el número de contagiados y de muertos en el mundo son muy inferiores al temor y las reacciones de pánico que han obligado a suspender actividades y paralizar la vida social y económica de los lugares con mayor afectación.

El despliegue mediático en torno al COVID-19 ha provocado alarma y en algunos casos pánico entre muchos habitantes de nuestro planeta convertido en una aldea global en la que la interacción es fluída y constante, prácticamente entre todos los países.

La neumonía de Wuhan, China, surgió en un momento de disputas comerciales entre el país asiático y Estados Unidos, los dos gigantes económicos del mundo, lo cual además del impacto recíproco afectaba a todos, positiva o negativamente.

China tenía en 2017 un total de mil 387 millones de habitantes, y en 2019 la cifra es de mil 395 millones de personas en esa nación. El número de fallecidos por el coronavirus es de dos mil 943 pacientes, de un total de 80 mil 303 contagiados. Los números no dejan mentir. Una nación con cerca de mil 400 millones de habitantes ha tenido menos de tres mi enfermos muertos por las complicaciones ocasionadas por el COVID-19 .

Irán, otra de las naciones enemigas de los EE.UU , contaba en 2019 con 82 millones 360 mil habitantes, y el coronavirus ha provocado 77 muertes y dos mil 336 contagiados. Los daños han sido, en resumen, su aislamiento de occidente, al igual que China, lo cual representa pérdidas económicas cuantiosas.

Italia cuenta con 60 millones 359 mil 546 habitantes. Es una de las naciones Europeas más afectadas por el coronavirus con dos mil 36 casos de infectados y 52 muertos. Sin embargo, los daños económicos han sido devastadores y se pronostica, casi con seguridad, una recesión por el impacto de la caída de la bolsa de valores, la cancelación del célebre carnaval de Venecia, la suspensión de partidos de futbol altamente rentables, como el clásico Inter de Milán contra la Juventus de Turín por el liderato del torneo, cancelaciones de conciertos, de vuelos y de reservaciones de hoteles. El daño a toda la actividad turística ha sido devastador en correspondencia al despliegue mediático que ha hecho énfasis en contagiados y fallecidos. Alarmismo injustificado, al menos en lo sanitario. Pocos han hablado del índice de mortalidad del coronavirus que es más bien bajo, y los contagiados que se curan son muchos más que los que fallecen.

El coronavirus afectó a las primeras personas a fines de diciembre de 2019 y una semana después había sido identificado y se socializó rápidamente el procedimiento para detectarlo, con lo cual se evitaron contagios masivos. Eso es lo más importante. tomar las medidas para evitar los contagios, sin dar lugar al alarmismo que convierte al virus en una enfermedad muy peligrosa para las economías. De acuerdo con información e la Organización Mundial para la Salud, el 81 por ciento de los afectados por el virus tuvieron efectos leves, en el 14 por ciento de los casos hubo riesgos de neumonía y en un 5 por ciento desembocó en complicaciones graves. El COVID-19 tiene baja afectación a menores de 40 años con sólo un tres por ciento de los casos registrados y con daños a la salud muy leves.

Asimismo, según la misma OMS, el virus se nulifica de manera sencilla y rápida para evitar contagios, utilizando alcohol y agua oxigenada, al igual que con el lavado frecuente de las manos con agua y jabón.

En México ya hay cinco casos de coronavirus confirmados y 39 casos sospechosos reportados en 28 Estados del país. Los cinco casos confirmados han tenido efectos leves, incluso el primero de ellos ya fue dado de alta. Eso no significa que se deba bajar la guardia, sino que deben intensificarse las medidas para evitar que el contagio afecte a grandes núcleos de la población. Quizá el mayor peligro para México con el coronavirus sean los opositores al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, dispuestos a crear cualquier situación que lo afecte y dañe la economía nacional. Al tiempo.

Al interior del Congreso del Estado de Quintana Roo se vive una especie de calma chicha, en la que todos parece que velan armas para el acomodo final de fichas que significa empoderarse y tener privilegios por encima de los demás. Triste realidad. Ahora todo son amagos. La fecha fatal será en aproximadamente tres meses cuando se defina la dirigencia nacional de Morena, que si bien no será determinante para las candidaturas a gobernador como algunos creen, sí fortalecerá o debilitará a algunos. Por el momento la coordinadora de la bancada morenista y de la Jucopo, Reyna Durán disfruta de las mieles del poder que conlleva el manejo de los recursos. Su jefe político el diputado federal Alegre seguramente los atemperará para que no se desboquen, y trabajen para la gobernanza. Por de pronto el diputado Roberto Erales, ha sido sometido con un recurso legal que terminará pronto. En estos días de coronavirus hay que cuidar no toserle en la cara a nadie. Por salud física y política. La grilla en los tiempos de coronavirus. Pena ajena.

El Sistema del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, y la carabina de Ambrosio sirven para lo mismo. El reportero, Santiago Hernández, acogido a esa protección debido a las amenazas que había recibido tiempo atrás en el desempaño de su trabajo, apretó el botó de pánico de un celular que le entregó la Secretaría de Gobernación, pero nadie le respondió. Estaba solo con los elementos de seguridad del hotel Riu Rivera Cancún que, según el reportero, intentaron quitarle su cámara fotográfica y amenazaron con “desaparecerlo del mapa” sin dejar rastro. El comunicador tomaba fotografías desde el exterior de la construcción que se realiza en el kilómetro 21.5 de la zona hotelera de Cancún. La obra debía estar detenida por el fallo de un juez federal, a favor de una solicitud de niños cancunenses interpuesta como demanda legal, sin embargo como pudo comprobar el reportero los directivos del hotel hicieron caso omiso. El poderoso consorcio hotelero español siempre ha sido beneficiado por los gobiernos para obviar trámites y permisos. Neocolonialismo puro y la maldición de malinche, “humildes ante el extranjero, pero soberbios con sus hermanos del pueblo”. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño Estado.

¡Hasta la próxima!

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