Abrazos, no balazos

Martha Adriana Morales Ortiz, [i]Witzilin[/i], y César Daniel González Madruga, [i]El Siervo[/i]
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Miércoles 8 de enero, 2020

La idea de “abrazos sí, balazos no” ha sido injustamente descalificada sin comprender la gran profundidad que implica pasarla de las palabras a la acción y consideramos atinente defenderla justo en estas fechas que estamos llenos de motivos para ponerla en práctica.

Antes que nada, sostenemos que el defender los abrazos no es un romanticismo o un “fairy tail” -cuento de hadas- como lo descalificó el senador norteamericano Tom Cotton, sino que los abrazos contienen una serie de secretos y poderes multifactoriales. Partimos también de la premisa de que al igual que la mayoría de nuestros lectores, no sabemos disparar balas, pero hemos aprendido a usar el poder del abrazo para contribuir a la paz anhelada en nuestro país.

Los científicos han encontrado que el abrazo aumenta los niveles de oxitocina y endorfina, así como libera neurotransmisores como la serotonina y dopamina, lo cual fortalece el sistema inmunológico, por lo tanto las defensas del cuerpo aumentan favoreciendo la producción de glóbulos blancos, también, produce una sensación de bienestar, tranquilidad y calma. Para los psicólogos un abrazo disminuye los niveles de estrés, produce mayor motivación, una mejoría en la atención y la memoria, generando seguridad y positivismo. Para reforzar lo anterior vale la pena leer la siguiente reflexión que nos dejó Eduardo Galeano: “Oriol Val, que se ocupa de los recién nacidos, dice que el primer gesto humano es el abrazo. Después de salir al mundo, al principio de sus días, los bebés manotean, como buscando a alguien. Otros médicos que se ocupan de los ya vividos, dicen que los viejos al final de sus días mueren queriendo alzar los brazos”.

Al respecto se puede encontrar cuantiosa información en la red, sin embargo, es sorprendente que a pesar de ser la época en que más se conoce sobre los beneficios de los abrazos son los tiempos que menos se les pone en práctica. Se ha hecho creer que el “otro” es un peligro inminente con potencial acosador u homicida. Nos ha dado tanto miedo “el otro” que preferimos cerrarnos y sobre-protegernos, cuando lo más sencillo sería hacer las paces entre nosotros y vivir en paz, confiando uno en el otro. Las parejas y las amistades podrían libremente abrazarse en público sin temor a ser juzgados o sentenciados, así mismo las maestras y maestros deberían enseñar sobre el aprecio, la fraternidad y el respeto a través de los propios abrazos, limpios, puros y sinceros, los papás varones deberían abrazar a su hijos superando el tabú de que ello pueda influir con su orientación sexual, etc. Como sostiene Residente “La guerra la mató sin darle un balazo, a la guerra le dan miedo los abrazos. La guerra pierde todas sus luchas, cuando los enemigos se escuchan”.

Ahora bien, esta estrategia requiere de una labor hormiga, donde todos podemos y debemos participar, por ejemplo, si tienes diferencias con un ser querido por haber discutido por cualquier motivo ¡abrázalo!, si quieres a alguien ¡abrázalo! y practica todo tipo de abrazos, mientras más de corazón será mejor.

También aprovechamos este espacio haciendo votos para que este año, el gobierno de México impulse más activaciones como las de “el abrazo de integración” de la unidad de neurociencias de la BUAP a cargo del Dr. Jorge Flores, o la “abrazoterapia” de México Sonríe que encabeza Gaby de la Torre, entre muchas otras alternativas profesionales para organizar los abrazos, ya que los “balazos” están organizados por el “crimen organizado” y los abrazos ¿quien los organiza?

Otras gestas históricas han salido triunfantes al usar estrategias de “No violencia” en el mundo, la mexicana no será la excepción, hoy más que nunca “ABRAZOS SÍ, BALAZOS, NO”.

Feliz y renacido 2020 queridos lectores, les deseamos una ráfaga de abrazos.

[b]@witzilin_vuela[/b]
[b]@CesarG_Madruga[/b]