Gobernanza y Covid-19 en Yucatán

El pasado 17 de junio, ante el aumento de casos positivos de coronavirus, el gobierno del estado de Yucatán se vio en la necesidad de volver al semáforo epidemiológico color amarillo. Ya desde el día 10 del mismo mes, se habían puesto a andar una serie de medidas preventivas. Vale la pregunta ¿a qué se debe el aumento en los contagios? Existen muchísimas variables para responder a la pregunta. Desde el ORGA nos gustaría compartir algunas, así como lo observado y reflexionado al respecto. 

Originalmente las autoridades estatales y municipales habían presupuestado, debido al periodo vacacional, una tercera ola de contagios inmediatamente después de semana santa, pero dicha ola nunca llegó. Esto parcialmente explicaría también el alza en los contagios en el momento actual, dado que la población al no ver ni percibir un alza en los contagios “se confió”, diríamos coloquialmente. 

Aunado a lo anterior podemos señalar también: el relajamiento en las medidas de prevención de un sector de la población, esto debido a que han sido vacunados; otro factor fue la vuelta a la “normalización” de muchas y variadas actividades y giros comerciales; un tercer factor a señalar es el del periodo electoral que significó campañas políticas con concentraciones importantes de personas. Pero hay fenómenos sociales de los que parece que nadie quiere hablar. Cierto es que los aforos de restaurantes, cantinas e iglesias aumentaron, pero cuidaron de no exceder el 75 por ciento permitido por las autoridades; ello no sucedió ni está sucediendo, con los centros comerciales, los gimnasios y el transporte público. 

No olvidemos que fue justamente en el transporte público dónde se pudo constatar que se encontraba uno de los epicentros del contagio durante los primeros meses de la pandemia. Por ello es que en está ocasión las autoridades decidieron restringir los horarios más no así la circulación del mismo, de hecho, se ha cuidado no de cometer el mismo error de hace un año cuando disminuyó el aforo del transporte público mas no así los usuarios.

Otro tema a destacar es de que a pesar de que se volvió a presentar el fenómeno de la infodemia y las fake news, documentadas sobre todo en forma de memes en redes sociales, algunas muy simpáticas hay que reconocerlo, la población no cayó en la trampa, ni las autoridades en la tentación de una nueva Ley Seca. Efectivamente, en julio del año pasado, cuando se decretó por segunda ocasión la Ley Seca sin decir agua va y con tan sólo unas cuantas horas de anticipación, fue que pudimos observar verdaderas compras de pánico y aglomeraciones en centros comerciales y tiendas de conveniencia. Inmediatamente después emergió un comercio subterráneo de venta de alcohol de manera clandestina. Y aunque se intentó señalar que la Ley Seca había reducido la violencia intrafamiliar, el grupo de observación de Violencia por cuestión de Género del ORGA ya ha demostrado que bien podría tratarse de una falacia demagógica. Lo que sí es un hecho es que la Ley Seca generó molestia y cansancio en los meses que tuvo lugar durante 2020. Por lo mismo, en esta ocasión las autoridades decidieron no aplicar la ley seca sino exclusivamente cuidar que los expendios y giros con bebidas alcohólicas, cumplan con los horarios y no afectar al rubro. 

Las medidas que están tomando las autoridades ante el aumento en el número de contagios muestran que gobierno ha aprendido sobre la marcha, toca ahora a nosotros como sociedad también hacer nuestra parte. Síganos en http://orga.enesmerida.unam.mx/ 

Edición: Laura Espejo