El punto ciego

“Punto ciego o ángulos muertos; limitan campos de visión, al punto de obstaculizar su amplitud y crear zonas de riesgo o invisibles”. José Eduardo estuvo fuera de foco durante 40 minutos. Se abre hilo de investigación.

Hoy lo único que quedó claro es que José Eduardo Ravelo Echavarría está muerto, hay cuatro policías municipales liberados y creció el encono entre los dos Palacios, el motivo fue la tragedia de José Eduardo, cuyas últimas horas fueron para dejar una denuncia por golpes y violación, una madre que lo alcanzó aún vivo; el resto videos, desatinos, manipulación, declaración extrajudiciales y más videos desde otros ángulos, el famoso punto ciego donde José Eduardo quedó tirado sobre lozas calientes aproximadamente unos cuarenta minutos, allí no se muestran los cambios del pantalón al short, es por ello que la madre no acepta ninguna versión, lógico, sufre la ausencia de su su sangre, se ahoga ante los jalones del brazo con las distintas versiones. Todos quieren contarle su verdad.

Este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador, giró instrucciones a la secretaria de gobernación Olga Sánchez para que denuncie ante Derechos Humanos y atienda el caso José Eduardo, se fincarán responsabilidades a los que perpetraron la agresión y también a los que obstaculizan la investigación, -lo dijo el presidente en las mañaneras-, aunque el caso ya había escalado al plano nacional, se sabe de muchos intereses políticos metidos en la idea de hacer quedar mal a Yucatán y a su primerísimo lugar en seguridad pública, vaya nos quieren colgar sambenitos o esconderlos debajo del tapete.

En su tercer informe el alcalde Mérida Renán Barrera, aprovechó el momento para hablar “con amor y con verdad”, sobre el caso:

“Hablo con amor y con verdad, si digo que los hechos indignantes e inaceptables que le ocurrieron al joven José Eduardo nos llenan de rabia y vergüenza, pero que también lo hacen la información sesgada, las interpretaciones falaces, el manoseo de intereses políticos y las tibias formas de enfrentar problemas verdaderos".

"Hablo con amor y con verdad, si digo que todos los vídeos y materiales que tenemos en nuestro poder fueron entregados de manera voluntaria, sin descartar ninguno, y que seguiremos poniendo toda la información que tengamos a nuestra disposición para que se encuentren a los culpables verdaderos de tales atrocidades. También dije y digo que ofrezco continuar con la investigación, documentar, e incluso mejorar los procedimientos de control y aseguramiento”. Sin embargo ninguna línea se ha cerrado y el asunto continúa más caliente que nunca.

¿Quién o quienes mataron a José Eduardo?

Esta semana tendrá que hablar la máxima autoridad, el fiscal Juan Manuel León, deberá ponerse al frente y aportar mayores elementos de prueba que nos ayuden a desenredar este acertijo, desde un principio se comentó acerca de todo el ruido que se ha hecho en torno a la muerte, muchos de nosotros comunicadores actuamos al filo del coraje y de la rabia, la nota fue llevada por intereses oscuros al plano nacional, quisieron tomar el caso de José Eduardo como un dardo-bandera para afectar la credibilidad de Yucatán, en algún sentido lo consiguieron, sin embargo la petición de justicia va más allá que la percepción que se pueda tener de la seguridad de un estado, la sociedad tomó partido con base en la tardanza del reconocimiento de la atrocidad cometida, hubo más preocupación por lavarse las manos que por apoyar la búsqueda de justicia, mostrar videos resultó contraproducente y podría afectar toda investigación, la muerte de José Eduardo nos mostró la fragilidad en la que nos hayamos, quebró orgullos, malversó confianzas, anticipó rencillas existentes entre grupos de poder que miraron la oportunidad de tirarse lodo. José Eduardo quebró el aliento social del que tanto presumíamos.

Nadie lo quiere nombrar, pero con su trágica muerte José Eduardo cercenó en dos, los bandos de la política gobernante panista, lo preconizó Tony Peraza en varias de sus caricaturas, no hace falta una bola de cristal o informantes palaciegos, basta con haber vivido aquellos episodios de telenovela suscitados en esa vieja película que protagonizaron Patricio Patrón y Ana Rosa Payán, el duelo de los Palacios pintados de azul quedaron descoloridos por aquel pleito, al final aquella división permitió la llegada de un “flanecito”, Ivonne Ortega Pacheco, y allí aleteando y dando bocanadas de oxígeno quedó el delfín Xavier Abreu Sierra.

La historia es redonda y muchas veces nos coloca de nuevo en las mismas circunstancias y todo ello por la prisa, la urgencia de probar quien es inocente, cuando de lo que se trata es de hacer justicia.

Edición: Laura Espejo