La noche de los trailers: el descontento se vuelve ley

Eran cerca de la una de la mañana y creo que los tres nos habíamos hecho a la idea de que ahí pasaríamos el resto de la noche hasta el amanecer. Jorge desde hacía rato dormitaba y Clemente despertaba ante cualquier ruido o luz que se acercaba a la camioneta. La gente que apenas unos minutos antes todavía transitaba cerca de nosotros había desaparecido, el silencio sustituyó al bullicio de las horas previas ocasionado por los vendedores de refrescos, aguas, bolsas de papas y charritos, elotes y esquites que transitaban una y otra vez ofreciendo sus mercancías. Seguramente las ventas de ese día habían sido buenas pues la cantidad de vehículos varados ocupaba ya varios kilómetros de la carretera.

Las señoras que daban de cenar café y caldo de pollo a todo el que se acercaba y hasta donde alcanzara, habían levantado sus ollas y cazuelas, y habían desaparecido. La oscuridad de la noche se hizo más intensa al apagarse las luces de los postes y las pocas casas situadas a la orilla de la carretera.

El bloqueo cumplía ya su quinto día. Los habitantes de San Juan Mazatlán Mixe habían cerrado la carretera desde el lunes y desde entonces, después de varias horas, dejaban pasar a cuenta gotas sólo a aquellos que pagan la cuota respectiva: 500 pesos los automóviles y 1000 pesos los trailers. Mientras tanto, los habitantes de las localidades cercanas que requieren movilizarse por necesidad o alguna emergencia son transportados en motocicletas o en pequeñas unidades (especie de taxis) que también aprovechan para hacer su agosto, transitando entre cientos de vehículos inmóviles. Nunca antes había visto tal cantidad de trailers estacionados de dos en dos, o de tres en tres a lo ancho del asfalto, unos que pretendían llegar a Coatzacoalcos y otros a Salina Cruz, el camino que atraviesa el Istmo de Tehuantepec del Atlántico al Pacífico, que forma parte del Programa Corredor Istmo de Tehuantepec, uno de los proyectos emblemáticos del gobierno del Presidente López Obrador.

Al tiempo que la lluvia arreció, escuché que alguien tocaba en la ventanilla de nuestro vehículo. Bajé el vidrio, con algo de miedo, y aparecieron a mi lado dos tipos en motocicleta:…. “por 200 pesos te saco de aquí”….me dijo uno de ellos. Clemente despertó de su intranquilo sueño y en cuestión de segundos disertamos entre quedarnos atrapados por quién sabe cuánto tiempo más, o jugárnosla con dos desconocidos que aprovechaban la situación para sacar lo suyo. ¡Nos la jugamos!….dijimos, y sin pensarlo ya demasiado aceptamos la oferta. El plan era simple, consistía en avanzar unos metros por el pequeño espacio del acotamiento para salir por una vereda que nos llevaría a un pueblo cercano y de ahí avanzar por distintas brechas que nos sacarían a la zona de la carretera donde ya no habría vehículos.

Avanzamos y salimos de la carretera….”apaga las luces para que no nos vean”, me indicó el compa de la moto. En medio de la noche llegamos a un pueblito con calles pavimentadas, doblamos por varias de ellas y volvimos a los caminos de terracería. Pocos metros adelante la moto se detuvo frente a nosotros. Se acercó, y su tripulante nos indicó: “a partir de aquí se van solos, suben por este tramo y a la izquierda verán una pipa cuesta abajo, pasan por atrás de ella y estarán a escasos metros de la carretera”. No sabíamos si lo que nos indicaba nuestro guía era la verdad, pero en todo caso, Clemente no pagó 200, sino 300 pesos a nuestros supuestos salvadores, y seguimos sus instrucciones. Desde lo alto del camino vimos la pipa, la rodeamos y unos metros adelante, por un estrecho espacio entre un trailer mas y una zanja, alcanzamos a salir varios kilómetros adelante….de nuevo tomamos la carretera y no nos detuvimos hasta llegar al hotel.

Al día siguiente las redes sociales informaban que la carretera seguía bloqueada y tres días después leímos en la prensa que se había liberado. En total, ocho días de bloqueo, pérdidas económicas millonarias para transportistas y empresas proveedoras de bienes a distintos puntos del sureste; una diputada federal secuestrada y amarrada por horas, afectaciones de distinto tipo y alcance para la población que vive en la zona y los que transitan por la carretera.

Cirilo, uno de los choferes comentó, ..…”llevamos cuatro días esperando que se abra el camino… traigo una carga desde Querétaro de dos toneladas de pollo que ya se echó a perder…. llegaré a Salina Cruz directo al crematorio para quemar todo….. esto ya me ha pasado, los bloqueos existen desde hace años.”

Algunos, comenzando por los inconformes que bloquean el camino, ya encontraron un modo de vida, con los 500 y mil pesos de cuota por pasar, se juntan millones que ahí mismo se gastan en un reparto discrecional que los mismos realizan. Mientras tanto, también los vendedores ambulantes y taxistas aprovechan las circunstancias para rescatar a los más necesitados de paso. Le llaman….. “la industria del reclamo”.

Por supuesto las versiones de lo que pasa en San Juan Mazatlán Mixe son variadas, van de la más simple a la fantasía, pero al final, nadie sabe cuál puede ser la causa real de los bloqueos y las conjeturas son de todo tipo. Una versión oficial no existe.

Que los habitantes de esta comunidad exigen al edil Macario Eleuterio Jiménez entregue a los beneficiarios los 10 millones de recursos federales que corresponden al ejercicio 2021…..que el gobierno estatal ha llamado al diálogo al presidente municipal quien no ha comparecido ante las reiteradas llamadas de la autoridad estatal…que hay quien organiza a las comunidades para que tomen la carretera a cada rato…. que algunos de los que bloquean andan armados.

Lo cierto es que este tipo de bloqueos se han presentado de manera reiterada y se han vuelto costumbre en los últimos años, el descontento impone su ley, y es muestra de la falta de gobernabilidad justo en un sitio estratégico para la conclusión de uno de los proyectos de infraestructura más importantes de la administración actual. Probablemente el proyecto que le cambiaría a México su posición estratégica en la geopolítica de la economía internacional. Los trabajos del proyecto avanzan en los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, se rehabilita la vía del ferrocarril que conecta al Atlántico con el Pacífico, así como los ductos de petrolíferos. La carretera que atraviesa el Istmo de Tehuantepec es ya una vía expedita…¿pero quién resuelve el asunto de los bloqueos? 

*Profesor de la UNAM 

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Edición: Ana Ordaz