Voz en el desierto

Cuando alguien habla de la necesidad de ser ético en la política actual mexicana, se convierte de inmediato en una voz en el desierto, porque resulta incómodo y molesto para los pragmáticos, utilitaristas, amorales y mitómanos que parecen mayoría en los partidos y en la vida pública, unidos para atacar a quien pretenda ponerle freno a sus apetitos de riqueza y poder ilegítimos.

La mentira ha pasado de ser un recurso de uso esporádico, a una práctica continua, frecuente, preponderante en la mayoría de los actores políticos que, despojados de la conciencia del bien y del mal  no tienen remordimientos, y mucho menos conocen el arrepentimiento ni tienen posibilidad de redimirse.

Por eso la actitud de huir de la justicia y mentir afirmando que es “perseguido político”, es consecuencia de lo que es y siempre ha sido Ricardo Anaya, el ex candidato presidencial en 2018 del Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), con la mentira siempre a flor de piel.

“Ambicioso, traicionero e incapaz de conectar con la gente” en la opinión de expertos entrevistados por la BBC Mundo, meses antes de las elecciones presidenciales en las que fue ampliamente derrotado por el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador con su Movimiento de Regeneración Nacional. Anaya desde su afiliación al PAN cuando tenía 21 años tuvo un rápido ascenso a las cúpulas y acumuló riqueza material sin “el estorbo” de la ética y la moralidad.

El PAN se fundó sobre la base de los valores morales de la familia y el cristianismo, lo cual refleja la grave incoherencia de Ricardo Anaya, pero es más grave que la oposición mexicana al gobierno de López Obrador politice el proceso en su contra y meta las manos al fuego por él.

El país requiere con urgencia una oposición más ética y propositiva más allá de la defensa de sus intereses cupulares y complicidades facciosas que no les alcanza contra López Obrador que arribó a  su tercer informe con un nivel de aprobación de más del 61 por ciento. La segunda mitad del gobierno con los programas sociales consolidados, condiciones internacionales más favorables y obras de infraestructura concluidas, el mandatario nacional será todavía más fuerte. Quede para la reflexión la encuesta del periódico Reforma que a mitad del camino de AMLO ubicó como probables candidatos de la oposición a los panistas Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Mauricio Vila con un 17, 15 y 6 por ciento de apoyo, en tanto que por el PRI Alfredo del Mazo y Enrique de la Madrid tienen un 8 y 5 por ciento respectivamente. Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano alcanzó un 6 por ciento. Son los datos.

El regreso a las aulas en Quintana Roo, ha sido lento y difícil. El primer día de clases presenciales sólo asistieron mil 300 niños de un total de 359 mil matriculados. El miedo a la pandemia ha jugado su papel. Es absurdo estigmatizar las clases presenciales como sitio de mayor riesgo de contagios y dejar a los niños sin cuidados en parques, plazas, transporte público y sitios de aglomeración de gente. Por otra parte, es sumamente grave el descuido de los planteles públicos que propició el vandalismo, el robo y saqueo. Varias escuelas se quedaron sin agua potable y sin energía eléctrica porque se robaron las tuberías, grifos, lámparas y cables. ¿Los veladores e intendentes dejaron de laborar? En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.

¡HASTA LA PRÓXIMA! 

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Edición: Laura Espejo