El humano depende de sus sentidos para conocer su alrededor. Ejemplo, al oler el pan recién horneado, el perfume de las flores, el sonido de las olas de la mar, el saborear un chocolate 95 por ciento cacao que se funde en la boca o el observar la luz de la atmósfera después de una lluvia y su arco iris.
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11F) busca visibilizar a las mujeres científicas y llamar la atención sobre las pocas mujeres estudiando o trabajando en Ciencia. Grandes contribuciones científicas que están en nuestra vida cotidiana, que, al no visibilizarse, no se conocen y no son modelos a seguir.
¿Cómo andamos en Yucatán? En educación básica, 92 por ciento de las niñas urbanas va a la escuela versus 94 por ciento varones. En zonas rurales, ese porcentaje baja a 83 por ciento y el promedio de escolaridad es de sólo 3.6 años para niñas versus 4.6 en niños. El piso no es parejo para ellas, desde el arranque de su educación. A nivel universitario/posgrado, la proporción hombre/mujeres en investigación es 2/3 hombres versus 1/3 mujeres. Visibilicemos a la ingeniera civil Elsy Lara Barrera (UADY). Fue la primera mujer en dedicarse a la construcción en la península, primera directora de la Prepa 2 y primera en estar en la terna a la rectoría de la UADY. El voto no le favoreció. María Elena Barrera Bustillos, ingeniera química, 50 años como docente, especialista en gestión de Instituciones de Educación Superior para su acreditación. Fue directora de la Facultad de Educación y segunda mujer en participar en la terna a la rectoría, el “voto” tampoco le favoreció.
Los prejuicios de género continúan manteniendo a las niñas y mujeres alejadas de los campos científicos. Según la UNESCO, menos del 25 por ciento de los investigadores en el mundo son mujeres. Menos del 30 por ciento de las estudiantes eligen una carrera STEM y sólo 5 por ciento elegirá una ingeniería. La brecha de género persiste, la probabilidad de que las estudiantes terminen una licenciatura es del 18 por ciento y 2 por ciento para un doctorado en ciencias. Esta probabilidad aumenta en varones a 37 por ciento en licenciatura y 6 por ciento para doctorado.
Es importante las acciones que se realizan en el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia cuyo objetivo es promover la participación plena y en condiciones de igualdad de las mujeres y las niñas en Ciencia. Sin embargo, en México se han convertido en acciones del “DÍA” donde sin estructura las instituciones/directivos “sacan algo para el 11F”. Similar al San Valentín Day o el 8 de Marzo, donde sus directores escriben “Felicidades a todas las Mujeres en su día”. Siempre me he preguntado “Felicidades de qué”?
México necesita un programa nacional que empodere a niñas y mujeres desde prescolar hasta nivel superior. Una vía es la Ciencia, que es un camino estructurado, creativo, infinito y de libertad. Se necesita que las niñas accedan a la escuela y que se enseñen bien matemáticas, física, química y biología. En el medio universitario y posgrado, visibilizar a las científicas y que ellas tengan programas de capacitación para aprender a ser mentoras de otras jóvenes. Se habla de manera abstracta #Empoderar, pero faltan: el cómo, dónde, con qué programas y con qué recursos.
En política, las mujeres han luchado por abrir espacios de género. De ellas, tenemos que aprender y crear políticas públicas para el desarrollo pleno de las científicas. Reconocer a las científicas las visibiliza y transmite a las niñas que una carrera científica es un camino profesional que empodera.
Visibilizar el trabajo de las mujeres y las niñas en la Ciencia debe ser causa común y permanente. Con ese fin La Jornada Maya y sus colaboradores te invitan a leer el especial ‘Mujeres, luz y saber’ con entrevistas, reportajes y opiniones que retratan los obstáculos que éstas afrontan para estudiar o trabajar en el campo científico, sus aportes profesionales a la vida cotidiana y el porqué son modelos a seguir.
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