Problemas de la enseñanza y el aprendizaje en las escuelas

Óscar Muñoz

Mientras que para algunos hablar de enseñanza implica asuntos que competen al docente y el aprendizaje refiere procesos que suceden en los alumnos, para otros no queda clara esta distinción. A veces, las acciones de enseñanza son tomadas como de aprendizaje y viceversa. Sin embargo, enseñar y aprender sólo ocurren cuando están relacionados, es decir, cuando se trata de enseñanza-aprendizaje. Nada se podrá enseñar si enfrente no hay un proceso de aprendizaje y nada se podría aprender si no es a través de una forma de enseñanza.

El aprendizaje dependerá principalmente de ciertas capacidades del alumno, como percibir lo que ocurre a su alrededor, distinguir lo relevante de lo que no sea importante (para concentrarse en lo relevante del caso) y recordar (no memorizar) lo percibido al transferirlo de su memoria de corto plazo a la memoria de largo plazo. Y si acaso en alguna de estas fases ocurriera alguna dificultad, la secuencia del aprendizaje podría quebrarse.

Desde los procesos básicos del aprendizaje señalados, los docentes podrán enseñar procedimientos específicos a los estudiantes en forma de estrategias de aprendizaje, para favorecer un ambiente propicio de aprendizaje a través del cual los alumnos alcancen los objetivos de aprendizaje establecidos. De esta manera, al mismo tiempo que se les “enseña” el contenido educativo, se les ofrece orientación para lograr “aprender” dicho contenido. En pocas palabras, se les enseña el qué debe aprender y se les orienta en el cómo pueden hacerlo.

Las estrategias de aprendizaje son esenciales para que los niños sean estudiantes más efectivos y eficientes, además de que les auxiliarán para superar sus debilidades ante determinados contenidos. Las estrategias de aprendizaje son formas particulares en que cada alumno organiza y utiliza una serie de habilidades que le permiten aprender un contenido o realizar tareas relacionadas con el mismo. De seguro algunos habrán escuchado hablar de estrategias de aprendizaje bajo el concepto de “aprender a aprender”.

Ahora bien, para facilitar el aprendizaje, los alumnos deberán reconocer cuándo entienden o no algunos contenidos, y cuándo necesitan más ayuda o información. Para aprender un contenido, los estudiantes necesitarán saber hacer preguntas. Además, requerirán de algunas aptitudes que afectarían su aprendizaje, como la “autorregulación”, que ayuda a ajustar las emociones y pensamientos para alcanzar sin problema cierto objetivo, como escuchar música si caso los alumnos están ansiosos.

Habrá que considerar otras capacidades, como la “autoeficacia”, que permite a los estudiantes creer que son capaces de alcanzar algún objetivo; el “autoestima”, que les permite recuperarse luego de haber fallado en su intento por lograr algún objetivo; la “metacognición” o la habilidad para pensar en el propio pensamiento, que permite a los alumnos entenderse y evaluarse a sí mismos. Así mismo será imprescindible la capacidad de hacerse preguntas en torno del contenido, en la que estén incluidos el pensamiento divergente (para producir preguntas), el análisis (para separar las partes y conocer el todo), el pensamiento convergente (para sacar conclusiones), el trabajo en equipo (para sumar esfuerzos) y la metacognición (para reflexionar sobre el aprendizaje logrado).

En conclusión, no será suficiente con enseñar el contenido, habrá que enseñar a los niños cómo aprender. Necesitarán estrategias para adquirir la información (como hacer preguntas), organizar la información (como tomar notas, hacer listas de cotejo, etc.) y manejar la información (como hacer resúmenes, un bosquejo, diagramas, etc.) En fin, hay mucho qué hacer en las escuelas, si realmente se quiere formar seres humanos sensibles, futuros ciudadanos solidarios e individuos críticos.  

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Edición: Laura Espejo