La bicicleta como forma de transporte y herramienta de trabajo para reporteros

Tengo seis años, mi papá me lleva a la primaria cerca de la casa en su bicicleta de “panadero”. Me acomoda en la parte de atrás, en la parrilla de metal que instaló la bici. Mis brazos rodean su espalda cálida. Me siento seguro: nada me puede pasar aquí, pienso, incluso sigo durmiendo en el trayecto a la escuela. Llegó a la primaria, me despierta y me despide con un beso en la mejilla derecha.

Este fue mi primer acercamiento con la bicicleta como medio de transporte. Durante todos los seis años de primaria, mi padre me llevaba a la escuela. Hoy a mis casi 33 años, la bicicleta no sólo sigue siendo mi medio de transporte, también es mi herramienta de trabajo. En esta máquina me desplazo la mayoría de los días para ir de un lado a otro en búsqueda de la nota.

Usar la bici también es un acto de resistencia ante un modelo que impera en la ciudad de Mérida, el cual favorece a los vehículos automotores, con un transporte nefasto; aunado al crecimiento urbano desordenado; dejando a un lado al peatón y a las y los ciclistas. Mérida no es una ciudad sostenible. 

Actualmente varias personas se desplazan en bicicleta a sus centros laborales, y para las y los reporteros no es la excepción: colegas han creado un vínculo especial con su bici; además de obtener ahorros y ayudar al medio ambiente, pedalear les ayuda en sus labores periodísticas y a librar el estrés del día día, aunque reconocen que tiene sus complicaciones y riesgos.

Cecilia Abreu, reportera de La Jornada Maya, comenta que cuando llegó el momento de mudarse para vivir sola, una de sus preocupaciones era cómo iba a ir de un lugar a otro, sobre todo durante la pandemia en 2020, no quería exponerse al transporte público: la bicicleta encajaba perfectamente con el estilo de vida amigable con el ecosistema que procura llevar.

En la labor periodística, admite que se vuelve un poco complejo, pues en ocasiones existe la premura por entregar con inmediatez ciertas notas, sin considerar los tiempos de traslado, mismos que no pueden utilizarse ni siquiera para escribir en el celular, como en casos de extrema prisa podría hacerse si vas en un automóvil que tú no conduces o en transporte público. 

Aunado a eso, en algunos lugares no hay dónde dejar la bicicleta porque la ciudad sigue sin estar diseñada para este medio de transporte y a veces eso retrasa para llegar a tiempo al evento.

“Es también una realidad que el desgaste físico es mayor cuando te trasladas en bicicleta, especialmente si consideramos el calor de Mérida, sin embargo, esto no siempre es tomado en cuenta desde las redacciones, cuando llegas y lo único que necesitas es un respiro y un poco de agua, pero en contraparte ya te solicitan enviar un material que apenas empezarás a hacer”, subraya.

No obstante, entre los beneficios resalta que andar en bici le permite observar desde un ángulo muy en particular para visibilizar las problemáticas del sector de personas que utilizan este medio de transporte e, incluso, mirar el panorama de todo lo que hay y pasa en tu trayecto con detenimiento, cosa que un coche no te permite.

“Definitivamente la bicicleta es el mejor desestrés que existe. Incluso entre un día difícil, al ir o volver de una rueda de prensa, evento o entrevista en bicicleta, asimilo mejor todo”. Además, reitera: al poder observar todo, sentir el viento, todo se disuelve y hasta se convierte en inspiración.

En cuanto a los retos, la periodista señala que persiste una “falta tremenda” de concientización y sensibilización sobre este medio de transporte, pero también de información, tanto para automovilistas como para ciclistas, pues en muchos casos nadie respeta la vialidad y esto genera riesgo e inseguridad, especialmente expone y “vulnera a quienes vamos directo con el cuerpo”, pero pone en riesgo de accidentes a todas las personas, desde donde sea que estén. 

Además, desde que hicieron las ciclovías, han intentado promover el uso de la bicicleta, pero sin generar todas las condiciones para ello, tal es el ejemplo de la falta de bici-estacionamientos prácticamente en toda la ciudad.

Jesús Cámara Ríos, reportero, comenzó a andar en bici desde hace unos ocho años, cuando estaba en la universidad, para ahorrarse los camiones de su casa a la escuela y a su trabajo. Su primera bicicleta le costó 500 pesos, “estaba bien jodida”, recuerda.

Los puntos más notables de andar en bici son los beneficios a la salud física, el ahorro económico y la reducción en sus tiempos de traslado, indica el comunicador. 

Reconoce que se ha avanzado mucho en cuanto a la infraestructura ciclista que se ha construido en varios puntos de la ciudad, como en Paseo Montejo, lo que ofrece mayor visibilidad al usuario de la bicicleta. “Es un acierto en el tema de movilidad que ha beneficiado a la comunidad”.

¿Cómo es buscar la nota a través de la bici?

Jesús, al igual que Cecilia, reconoce que en el periodismo tiene sus desventajas, sobre todo para la nota roja, ya que es complicado trasladarse de un lugar a otro en corto tiempo. Pero ante el deplorable sistema de transporte público que es “un dolor de cabeza”, es mucho mejor usar la bicicleta para trasladarse de un lado a otro, para ir a eventos y realizar entrevistas. 

Señala que cuando usas la bici llegas más relajado para realizar actividades diarias; y cuando sales del trabajo, al montar tu bici llegas a tu casa más relajado y olvidas un posible coraje de las redacciones. “A veces esos 30 minutos que te dan de recorrido de un punto a otro, hasta lo usas para pensar en lo que vas a escribir, en los que acabas de ver y cómo vas a contar la historia”, indica. 

Mi papá todavía usa su vieja bicicleta negra de panadero. Hace unos días le cambió el eje y su montura, gracias a tutoriales de Youtube que vio, para ir más cómodo y rápido. Sale a manejar algunas tardes cuando llega del trabajo. Pronto saldremos a rodar juntos.

Es buen momento para usar la bicicleta, dejar de usar el auto, aunque sea uno o dos veces a la semana. Ir al trabajo, escuela o cualquier lugar en ella; no sólo te ayuda en lo económico, en tu salud física, sino en lo espiritual. Es como una terapia, mientras ayudas al medio ambiente.

No hay que olvidar que hay que usar todas las medidas de seguridad; cascos, luz delantera, trasera, reflejantes y demás accesorios para proteger tu integridad.

Edición: Ana Ordaz