Mujeres de terror

Las mujeres leen más libros que los hombres y, sin embargo, históricamente los firmados por hombres han vendido siempre más. Pero los datos apuntan un cambio de tendencia. Las escritoras firmaron 21 de los 50 libros más populares del año pasado, lo que supone 42 por ciento, pero en términos de ejemplares vendidos por los títulos de esa lista, el porcentaje alcanza 51 por ciento, según datos de la consultora GfK, que analiza el mercado editorial español. 

No sólo están vendiendo más, sino que la mejor literatura actual la están escribiendo las mujeres. Y, por lo menos, dos de ellas lo hacen en renglones torcidos, revitalizando el género del terror hasta niveles escalofriantes. Dan miedo, literalmente. Se trata de Mariana Enríquez, argentina, y Silvia Moreno-García, mexicana y canadiense.

Mariana Enríquez pasó de deambular por cementerios, alumbrada con un libro ardiente, que quema: Alguien camina sobre tu tumba, una jauría de crónicas de paseos posesos en camposantos. Sin embargo, la mejor manera de adentrarte en el mundo de esta autora es Nuestra parte de noche (Premio Herralde de Novela y Premio de la Crítica 2019). Un libro espantasueños. 

Los protagonistas de esta novela, que arrebata el aliento, son un padre y un hijo, embarcados en una travesía carretera que corta de tajo Argentina, desde Buenos Aires hacia las cataratas de Iguazú, en la frontera norte con Brasil. Son los años de la junta militar, hay controles de soldados armados y tensión en el ambiente. El hijo se llama Gaspar y el padre trata de protegerlo del destino que le ha sido asignado. La madre murió en circunstancias poco claras, en un accidente que acaso no lo fue.

Como su padre, Gaspar está llamado a ser un médium en una sociedad secreta, la Orden, que contacta con la Oscuridad en busca de la vida eterna mediante atroces rituales. En ellos es vital disponer de un médium, pero el destino de estos seres dotados de poderes especiales es cruel, porque su desgaste físico y mental es rápido e implacable. 

En estas páginas brotan casas cuyo interior muta, pasadizos que esconden monstruos , rituales con fieros y extáticos sacrificios humanos, andanzas en el Londres psicodélico de los años sesenta, párpados humanos convertidos en fetiches, recipientes que rebosan uñas, enigmáticas liturgias sexuales, y, de fondo, la represión de la dictadura militar, los desaparecidos y, más adelante, la incierta llegada de la democracia.

Ayer, el expresidente de Estados Unidos Barack Obama publicó su esperada lista de recomendaciones literarias. Las de este año son catorce novelas, la mayoría escritas por mujeres. Una de ellas es La noche era terciopelo, de Silvia Moreno-García. Esta novelista —escribe en inglés— comenzó a abrirse camino en la densa selva de la literatura fantástica con la novela Gótico, que ya se adapta como serie y que transmitirá HBO. Su más reciente obra, La noche era terciopelo, está igual ambientada en un contexto histórico, los convulsos setenta en la Ciudad de México.

Con halcones merodeando, carroñeros, la autora nos narra la extraña relación de Maite, una secretaria intoxicada por telenovelas, y Elvis, un delincuente reacio a la violencia. Autora de novelas especulativas aclamadas por la crítica y éxitos de ventas, regresa al género noir con una fórmula exitosa. Sus historias de peligro y pasión se desarrollan en paralelo envueltas en una narrativa oscura a la vez que brillante.

Esta novela no sólo embrujó a Obama; La noche era terciopelo fue elegida como una de las mejores novelas de 2021 según The New York Times Book Review, The Washington Post, The Boston Globe, The New York Public Library, Milwaukee Journal Sentinel, BookPage y Library Journal.

Este verano, ambas son inquieta compañía. No tengas miedo y léelas. Bueno, sí ten miedo.

[email protected]

Edición: Laura Espejo