La marea roja y la ciencia ciudadana

Ahora sí que vivimos y resentimos los efectos del cambio climático a través de temperaturas extremas, ya sea con mucho más calor o frío, mayor frecuencia de huracanes en las zonas tropicales, tormentas y sequías. Nuestro país no está exento de ellos, en Nuevo León y Coahuila con sequías donde no hay agua ni para lo básico de la vida cotidiana. En la península de Yucatán, su costa Caribe, con la proliferación de la macroalga sargazo y en la costa de Yucatán con el crecimiento masivo de varias especies de microalgas que forman la marea roja.

Frecuentemente los humanos tomamos el producto orgánico y los fenómenos naturales como algo inocuo o sin consecuencias negativas, y esto no es así. Obviamente la proliferación de microalgas en las aguas marinas de Yucatán es un fenómeno natural, ya que la microalga es “natural”; lo que no lo es tanto es su crecimiento explosivo, el cual está asociado al calentamiento global, derivado de nuestro modelo de consumo/desechos/desperdicios de los recursos naturales y los no naturales, como los plásticos, insecticidas y fertilizantes químicos.

El otro aspecto es que a la mayoría de los humanos les cuesta trabajo entender la relación entre su modelo de consumo/desperdicio con el calentamiento global, la contaminación del planeta y los océanos o con el envenenamiento de aguas o la descarga masiva de nutrientes de agroquímicos y de la descarga de aguas residuales no tratadas que van a terminar a ríos, aguas subterráneas y de ahí a mares y océanos. Hemos cambiado hasta la composición química de los mares con tantos productos que se usan y desechan.

Algunos de nuestros lectores sabrán perfectamente que la marea roja que se está viviendo en Yucatán es la proliferación de varias especies de microalgas del grupo de los dinoflagelados y que de ellos hay billones y billones. Unos menos, podrán relacionar este crecimiento con el aumento de temperatura de nuestras aguas y asociarlo a la descarga de nutrientes en abundancia que está asociada a la época de lluvias, cuya descarga va al manto freático y de ahí llega al mar. Todo ello hace un mar enriquecido que se traducirá en ese crecimiento masivo de microalgas, cuya abundancia va consumiendo el oxígeno que se encuentra disuelto en el agua de mar y la fauna y flora marina van muriendo por asfixia, y esta mortandad va aumentando la cantidad de materia orgánica que se va descomponiendo, la proliferación de bacterias y virus, y con ello la muerte de más organismos y un mar y una playa sin ninguna seguridad sanitaria. En este año, es impresionante el impacto que la marea roja esta teniendo en mortalidad masiva de la biodiversidad marina de nuestras costas; de ello hablaremos en una próxima entrega.

Ahora nos centraremos en la importancia de la ciencia, de divulgar y difundir ésta y en trabajar en una ciencia ciudadana en temas de educación ambiental, entre otros. Para muestra un botón, en la playa de Telchac, este sábado 6 de agosto era un cementerio la orilla del mar. Niños y adultos caminaban en ella, con tristeza, con asombro, con curiosidad y con indiferencia. Hicimos una encuesta ciudadana y todos sabían que se trataba de la marea roja. Sin embargo, al formular las preguntas: ¿A qué se debe?, ¿qué es la marea roja?, entre otras, ahí las respuestas fueron muy diversas. Se citan algunas de ellas: “Es un fenómeno natural, es una alga que se desprende en la lejanía y eso al acercarse causa la mortandad”, “Es que la sobrepesca ha acabado con los peces que se comían esta alga y por eso como ya no tiene nadie que se la coma, crece en demasiado”; “Es un fenómeno natural, es la vida, el mar se está limpiando”, “es la oportunidad para pescar lo que recala”. 

Todos saben que es un alga o microalga, pero nadie lo asoció a la eutroficación y al calentamiento de las aguas marinas y menos a la actividad humana. Algunos hablaron que se podía comer lo que recalaba, yo con ojos de bióloga ví una mortandad masiva de muchas especies y juveniles que va a impactar las pesquerías en Yucatán. Vi la necesidad de incrementar las acciones de ciencia ciudadana, para que todo poblador conozca qué hacer y qué no se debe hacer y los cambios que todos tenemos que dar como sociedad para sobrevivir en nuestro planeta. Porque la mayoría de los gobernantes y políticos sólo quieren soluciones BIP= Baratas, Inmediatas y Populares. Si queremos una economía azul debemos tener mayor ciencia ciudadana. Los investigadores en Yucatán estamos consolidados y comprometidos, difundir el conocimiento requiere de fondos, ojalá Conacy alinee una política de divulgación de la ciencia por la bioseguridad de la población. 

[email protected]

Edición: Ana Ordaz