Seguir pensando la revolución

En algún momento de los inicios de mi vida activista, hace ya bastante más que una década, escuché el nombre y vi el rostro de Frantz Fanon, era un autor que se leía poco y circulaba de manera limitada entre las personas que estudiaban antropología. Sus escasos trabajos, su militancia política radical y su mirada sobre los procesos de racialización no ayudaban a que se difundiera más ampliamente pues los círculos de estudios no lo tomaban tan en cuenta o al menos, no los que yo frecuentaba.

Aún así, se mantuvo en mi radar por años, y mientras estudiaba una maestría en interculturalidad y sustentabilidad que me tocó en la pandemia, llegaron a mi sus dos textos que se alojaron en mi biblioteca. Los veía por encima, esperando que llegara el momento de estudiarlos. En lo que sucedía la espera para profundizar en ellos se apareció el libro que traigo este mes a mi invitación a la lectura.

Frantz Fanon (Akal, 2021) es una novela gráfica realizada por Frédéric Ciriez y Romain Lamy en la colección “La palabra ilustrada”. Me la encontré platicando con Felipe, el distribuidor de libros que trae los de Akal a la FILEY. Como he mencionado en otras invitaciones a la lectura, me gusta mucho la novela gráfica y trato de al menos de leer una o dos al año. Creo que las novelas gráficas sorprenden a quienes somos lectores más tradicionales y por eso mismo es que las aprecio.

Esta no es la excepción, Frantz Fanon narra la historia de tres días en la vida del autor. Hacia el final de su joven vida, Frantz murió a los 36 años de Leucemia, mientras militaba con las Fuerzas de Liberación de Argelia, preparaba su libro sobre la revolución de las personas negras. “Los condenados de la tierra” sería el título y sería prologado por Jean Paul Sartre. Estos tres días narran el encuentro que Frantz buscó durante mucho tiempo, donde conocería a su pensador contemporáneo favorito que prologaría su libro y pasarían los tres días discutiendo.

Esta novela gráfica rescata toda la información que se sabe de ese encuentro, en gran medida por la mirada de la increíble Simone de Beauvoir quien también participó del encuentro junto con Claude Lanzmann. Estas miradas ayudan a encausar la historia de Frantz Fanon que en tres días esgrime sus mejores argumentos anticoloniales, narra sus razones para luchar y traza su trayectoria de vida de ser un joven de Martinica hasta llegar a ser un psiquiatra vocero de la revolución.

Quisiera destacar dos puntos más que hacen al libro una obra necesaria. En primer lugar, la tensión que se genera con la revolución. En el mundo actual, donde la idea de revolución solamente hace eco en los libros de historia, traerla de una manera vibrante como medio y como fin es algo que ayuda a pensar en la construcción de otros mundos y no este donde vivimos. Las discusiones actuales sobre la hiperespecialización, la tecnología, la frustración y la atención fragmentada le son totalmente ajenas a Frantz, pero las combate aún sin saberlo con pasión, compromiso, radicalidad y mirar la posibilidad de que el mundo puede seguirse transformando.

Y este mundo en transformación es interpretado desde una mirada de salud mental. En el siglo que habitamos, la salud mental ha tomado una relevancia nunca vista, aunque para Fanon eso ya era un hecho hace 80 años. Trabajando con pacientes, mirando los conflictos interculturales entre magrebíes y colonizadores franceses se hace preguntas sobre las mejores formas de relacionarse y construir una salud mental que trascienda las terapias de choque, la práctica más generalizada de la época.

Este mismo año participé en una discusión informal, con un compañero marxista, sobre si Frantz Fanon era comunista o decolonial, y a la vuelta de las semanas me ha hecho sentido la breve discusión: entender que una mirada de la realidad tiene que ser multifacética para pensar un mundo totalmente diferente y romper las dinámicas de dominación.

Agregaría hoy, que no solo la discusión sería entre si Frantz Fanon era fundamentalmente marxista o decolonial, sino que pondría también a su mirada psiquiátrica sobre la sociedad como un potencial punto de partida de su obra.

La voz de Frantz se ha mantenido en el tiempo ¿será que nos atrevamos a retomarla? Porque habría muchos retos que asumir de nuestras practicas individuales, colectivas y comunitarias desde una mirada marxista, decolonial y de salud mental.

No se pierdan esta novela gráfica que la encuentran en las librerías que distribuyen a Akal México.
 

@RuloZetaka

Edición: Emilio Gómez