De política, dineros y estrategias de salud

Arropado por los 23 gobernadores emanados de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el programa “La Clínica es Nuestra”, que contempla la rehabilitación de 11 mil 913 unidades de salud en 27 estados, que son los que se adhirieron al programa IMSS -Bienestar.

El presupuesto del  mecanismo, según destacó el presidente, será de 6 mil millones de pesos que, agregó, serán considerados una inversión, “que no gasto”. 

“Para que nos quede claro y no haya malas interpretaciones: primero, tenemos presupuesto suficiente para todo el plan, para garantizar el derecho a la salud, tenemos presupuesto, todo lo que se requiera, porque no hay corrupción”, añadió el mandatario.

En cuanto a los recursos, Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), apuntó que éstos se transferirán a los Comités de Salud para el Bienestar, los cuales determinarán el modo de distribuirlos en cuanto a mobiliario y el dinero destinado a cada unidad médica.

No es ningún secreto que el gobierno federal no ha convencido a los gobernadores emanados de la oposición de las bondades del IMSS-Bienestar y por lo tanto se han negado a suscribir el acuerdo de colaboración correspondiente. El tema, como otros muchos en lo que va de la presente administración, se encuentra politizado y los motivos van más allá de lo económico.

Oficialmente, el programa IMSS-Bienestar se presenta como el nombre más reciente de un esquema surgido en 1979 y que ha operado con distintas denominaciones como IMSS-Coplamar, IMSS -Solidaridad, IMSS -Oportunidades e IMSS -Prospera. De tratarse de un mero cambio de nombre, tal vez no habría inconveniente en aceptar el esquema en todas las entidades federativas.

El hecho de que el presidente haya destacado que “no hay límite, no hay techo para lo que se requiera y garantizar la salud de nuestro pueblo”, para subrayar que se cuenta con presupuesto suficiente para rehabilitar casi 12 mil unidades de salud. Eso sí, sería necesario revisar el padrón de las unidades que serán intervenidas.

El fondo del asunto está en la jurisdicción. En la normativa derivada del Programa Estratégico de Salud para el Bienestar, y en este mismo documento, se establece entre sus objetivos el elaborar e implementar “un Modelo de Atención a la Salud para el Bienestar, que permita mejorar e incrementar la calidad de los servicios de salud y del personal que proporciona atención a la población sin seguridad social”. Este modelo, a su vez, es definido como parte fundamental del Programa “para llevar a cabo la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados, para las personas sin seguridad social”.

Se trata, pues, de una estrategia en la cual los estados tienen una función mínima. Ciertas entidades estarían agradecidas de dejar de destinar una partida de su presupuesto a sueldos y salarios. Sin embargo, la inconformidad parece no estar relacionada con el dinero a erogar, sino con el control del mismo.

Esto explica por qué la adherencia o no al IMSS -Bienestar forma parte de las campañas, particularmente la de la gubernatura por Yucatán, donde los candidatos que encabezan las encuestas se han dedicado a descalificarse mutuamente por su postura al respecto. Lo peligroso es que una decisión que debiera ser técnica pasará a las urnas, sin más información que las consignas que elabore cada alianza partidista.

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Edición: Emilio Gómez