La política exterior de México la determina el presidente de la república con base en la Constitución del país y en apego a las leyes internacionales, por lo que las opiniones contrarias de políticos opositores sólo evidencian su falta de nacionalismo y su falta de respeto a la tradición histórica de asilo mexicano, reconocida internacionalmente.
En la guerra civil española fueron miles los republicanos que huyeron de la dictadura del general Francisco Franco y en México obtuvieron protección y la esperanza de construir una nueva vida. Incluso el presidente español republicano Manuel Azaña recibió protección de la embajada mexicana en Francia, y cuando falleció fue envuelto con la bandera mexicana. Los cientos de niños españoles que recibió y protegió personalmente el presidente mexicana Lázaro Cárdenas del Río en una casa familiar de Michoacán son muestra fehaciente del profundo humanismo de esa política de asilo.
No han importado filiaciones políticas en esa tradición de asilo que ha beneficiado a personajes como el Sha de Irán, la activista maya guatemalteca Rigoberta Menchú, y el disidente de la revolución bolchevique enemigo de José Stalin, León Trotski asilado en México junto con su esposa en 1936. México también dio asilo al depuesto presidente de Bolivia Evo Morales en 2019, y más recientemente acogió a la familia del ex presidente de Perú, Pedro Castillo, quien fue derrocado y preso.
En la muy larga lista de asilados por México también está el ex presidente argentino Héctor Cámpora, perseguido por los autores del golpe de Estado de 1976. La extraordinaria fotógrafa italiana Tina Modotti perseguida en su país en los años treinta, Hortensia Bussi la esposa del asesinado presidente chileno Salvador Allende y una gran cantidad de sus connacionales que huyeron de la dictadura de Augusto Pinochet. La genial pintora surrealista española Remedios Varo se asiló en 1941. También cientos de argentinos, paraguayos, uruguayos que huyeron de dictaduras militares, igual que los miles de guatemaltecos desplazados por la violencia y fueron asilados por el gobierno de México. La gravedad del asalto a la embajada mexicana en Ecuador el cinco de abril, ordenada directamente por el presidente Daniel Noboa, no deja lugar a la disculpa, viola leyes internacionales fundamentales y pisotea la historia. La acción de la senadora del PAN Lilly Téllez de justificar el acto de barbarie de Noboa, muestra sus limitaciones y el nivel antinacionalista de la derecha conservadora mexicana.
En lo local
Las campañas políticas en Quintana Roo se han sobrecalentado. La causa está en la falta de méritos de sus candidatos en general y a malos desempeños en los casos de las alcaldías. Todos y todas repiten palabras de Andrés Manuel López Obrador que suenan huecas en sus bocas. No tienen el respaldo de acciones, hechos y comportamiento. Eugenio Segura, candidato al senado, no convence, y su compañera de fórmula Anahí González es repudiada. Las alcaldesas de Cozumel, Juanita Alonso, Felipe Carrillo Puerto, Maricarmen Hernández, y Othón P. Blanco, Yensunni Martínez están acorraladas por ellas mismas y pagan sus desatinos. Carecen de discursos coherentes. El mirrey de mirreyes Roberto Palazuelos, candidato de MC al senado, proyecta más sencillez y empatía que Gino Segura. Yensunni promete que continuará la transformación, y la pregunta inmediata es: ¿Cuál? En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.
¡Hasta la próxima!
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