Opinión
La Jornada Maya
13/11/2024 | Mérida, Yucatán
Johanna Martin Mardones*
Tuve la oportunidad de conocer al Dr. Alain Gachet y a su familia, en Francia, en el contexto del Festival A-part en Saint-Étienne du Grès, en Marsella, al que fui invitada como artista visual y crítica de arte el año 2022. Su familia formaba parte de lo que se denomina la Asociación de Amigos del Festival. Allí pude conocer su trabajo como científico, la amabilidad de todo su núcleo familiar y, especialmente, su carácter profundamente humano. Por eso, cuando llegaron a mí las imágenes de su propuesta fotográfica, en el Claustro de los Cordeliers, en el Museo de Arte e Historia de Tarascón, Francia, (septiembre - noviembre 2024) bajo el nombre: Galaxias subterráneas y aguas profundas a partir de la investigación científica que ha desarrollado por años como ingeniero de minas, físico cuántico y geólogo, no tuve dudas del valor y la profundidad de su exposición fotográfica.
Como punto de partida, su trabajo artístico invita al ejercicio reflexivo sobre el arte contemporáneo que valida y sostiene la investigación y el conocimiento a ejercicios prácticos. A mi parecer, su trayectoria profesional en el ámbito de la ciencia, permite establecer tres ámbitos fundamentales y necesarios en la construcción de una propuesta en esta línea: la investigación histórica territorial, como soporte teórico; la noción estética, vinculada al ámbito semiótico; y, por último, la relación emocional-intuitiva, que de manera silenciosa urde un entramado que funda-deviene identidad. Así, la experiencia del aprendizaje incorpora nuevas nociones de la realidad, un instante de agudeza del entorno, acompañado de una necesidad vital que la materializa.
Las fotografías, Danza vibratoria del agua en el suelo, galaxias subterráneas, aguas profundas captadas y seleccionadas por el Dr. Gachet, trazan una bifurcación (geo)política: la identidad singular de cada imagen-territorio-universo y, al mismo tiempo, aquello que, bajo esa condición, las hermana. La primera característica es fácil de reconocer, bastaría un texto indicativo, sin embargo, la relación que las aúna, pese a la propia identidad es, dada su complejidad, la que desplaza su propuesta al ámbito (socio)político. Me detengo en su libro Agua y Paz, (Ed. Hachette, 2024), de qué manera ambos conceptos tensionan su propuesta a este territorio. Las imágenes de un universo insondable e inexplorado y su belleza, es uno de los pivotes de su propuesta, sin embargo, ellas cargan los hechos históricos del lugar donde fueron obtenidas. La muerte, las guerras, el hambre y el sacrificio humano, subyacen como intertexto, la relación rizomática de la obra, punto de inflexión donde el arte resiste, se hace político; un llamado de atención, el grito que atraviesa desde la intimidad tectónica hasta la intimidad de sus luchas personales; el imperativo por la paz, el más profundo sentir del hombre y sus contradicciones. El sufrimiento, el dolor, el desamparo se contraponen ante la configuración y la omnipresencia sublime de la imagen para hablarnos de la deshumanización del hombre.
Habría que dar, en este análisis, un lugar especial al sentido del “viaje” como distancia-profundidad y como ejercicio de conocimiento que une la experiencia con la obra, estimulando la labor crítico-reflexiva. Ciencia y arte, arte y política, se abrazan en una relación unívoca que es, finalmente, el soporte de todo el hacer del científico, correspondencia que plantea que todo está íntimamente conectado y que viene a (re)definir su estar en el mundo, el lugar donde deviene no sólo su condición de artista, sino su hacer como humanista.
Las imágenes y su relato, corpus-constructo, coexisten en un espacio-tiempo reflexivo del Dr. Alain Gachet. La madurez de años de trabajo para entender el universo y sus fracturas unen, sutilmente, en la relación orgánica de la fotografía con el hombre, ciencia, arte y política.
*Artista visual, investigadora y escritora
Edición: Fernando Sierra