La certificación de bordadoras maya yucatecas: Un parteaguas para el arte del México profundo

Qué nuestro país es una potencia cultural es un hecho que ya nadie duda. Y tampoco, que el fundamento de esa fuerza, aún semioculta, se encuentra en el México Profundo. Ese vigor cultural pervive, sobre todo, en los artesanos artistas de las 68 etnias que han sobrevivido a la historia colonialista y colonizada de este país, desde hace 500 años. Han producido un arte rico y extraordinario en diseños y simbolismos, que ha inspirado a artistas y diseñadores nacionalistas de nuestro país, pero que también ha sido objeto de sobre explotación y de robo de diseños sin acreditar y pagar patentes, a sus verdaderos creadores.

Recientes sucesos de plagio de diseños indígenas, dieron lugar a la Ley Federal de Protección de Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, en 2022 y la Secretaría de Cultura federal, creó el evento denominado Original, hace cuatro años. 

Se trata de un espacio abierto en los Pinos, que se organiza anualmente, para que los artesanos exhiban y vendan sus obras por sí mismos y que participen como creadores o co-creadores con diseñadores que hacen tratos justos, en pasarelas que no le piden nada a las grandes y reconocidas pasarelas del mundo de la moda. Y como no hay mal que por bien no venga, en pueblos como Tlahuiltoltepec, en la zona Mixe de Oaxaca, el plagio de su bordado, dio lugar a la revaloración de los jóvenes por la actividad, al darse cuenta de que es un trabajo apreciado en el mundo y con futuro.

Original ha sido tan exitoso, que la presidenta Claudia Sheinbaum, en la inauguración de la 4ª edición de este evento, el último noviembre, propuso que se realicen cuatro, y que puedan efectuarse otros a nivel estatal o regional, propuesta que, por cierto, ya se está cumpliendo puesto que ya anunciaron eventos para realizarse en Guadalajara en Mayo, en octubre en Tijuana, en Yucatán en octubre y en CDMX para el mes de noviembre.

Lo que llama la atención es que, hasta la creación de Original, nadie había tomado cartas en el asunto para que, quienes conforman la base de ese potencial, - los artesanos-artistas-, se fortalezcan, se desarrollen y florezcan. 

La verdad es que, a quienes son portadores del Patrimonio Cultural vivo de este país, -que son sus habitantes originarios-, suele recibírseles por la puerta de la cocina, -como decía un maestro mío-, mientras que, a la cultura prehispánica ancestral, que representa un Patrimonio, -con todo respeto y literalmente-, petrificado, se le reconoce y se le recibe por la entrada principal. Y no sólo eso. A las artesanas y artesanos siempre se les han destinado las sobras del presupuesto, a pesar de que en los discursos se les exalta reconociendo su maestría y capacidad de producir arte y belleza, y de que ellos resisten y continúan produciendo, a pesar de que la historia, desde hace 500 años, ha estado en su contra. 

Y ni qué decir de todos los sufrimientos que han padecido y aún adolecen para vender, siendo víctimas constantes del regateo y del coyotaje que se derivan, por un lado, de venir de economías de autoconsumo en donde el fin de la producción es el uso y no la ganancia, -como ocurre en las economías comerciales-, pero también porque en una sociedad clasista y racista, herencia del colonialismo, en donde los “indios” valen menos que los “criollos” y los “mestizos”, sus productos tienen que ser, por definición, baratos. 

Es en este marco, en el que hay que dimensionar el significado de la certificación de bordadoras que el naciente gobierno de Joaquín Díaz Mena, “Huacho”, realizó el 3 de diciembre pasado en Uxmal, a través del ICATEY (Instituto de Capacitación Técnica de Yucatán), apoyado por SEDECULTA y UNESCO.

La certificación de las bordadoras significa llanamente, el reconocimiento oficial (SEP) de que dominan su oficio y pueden transmitir a otros su saber. 

Esto les abre las puertas para que puedan enseñar en escuelas de nivel básico, medio y superior. A su vez, este proceso va sentando las bases y la experiencia para poder, a la larga, establecer escuelas de bordado y eventualmente, una carrera en donde aprendan todos los conocimientos que se requieren para que la actividad se desarrolle como oficio, profesión, arte y empresa (bordado nacional e internacional, confección, diseño de bordados y de prendas, administración, historia del bordado universal y mexicano, sociología, economía y antropología del bordado, el bordado como arte textil).

Es claro que la certificación del bordado, es el primer paso de la profesionalización del mismo y, por lo mismo, de la posibilidad de que las bordadoras puedan florecer en la dirección que quieran: como bordadoras profesionales, como maestras de bordado, como diseñadoras de bordado, como empresarias del bordado, como investigadoras del bordado, como artistas del bordado, etc. 

En una palabra, el florecimiento del arte del bordado a toda su potencia.

Pero si la certificación del bordado maya yucateco, es la puerta de entrada a la profesionalización del arte del bordado, su repercusión en el país es inmensa. 

Lo que está sucediendo en Yucatán con el bordado, es un parteaguas, porque es un gran ejemplo a seguir, para otros artesanos del mismo estado y para todo el artesanado de México. 

A raíz de este evento, los alfareros, los talladores de piedra, los artesanos del henequén, los plateros, se preguntarán ¿por qué el bordado y nosotros no? Y tienen razón. Tendrán que luchar por sus certificaciones correspondientes para establecer la base que permita el desarrollo de todo su potencial, pero la puerta ya está abierta y es cuestión de perseverar para abrirla completamente. 

Pero también para las artesanas y artesanos artistas del resto del país, es un faro a seguir. 

Este proyecto tiene una enorme trascendencia, si quienes apoyan a las artistas artesanas y a los artistas artesanos en diferentes partes del país, pueden vislumbrar las consecuencias que se derivan de lo que está ocurriendo en Yucatán y se sigue el ejemplo.

Muchas felicidades al Gobernador de Yucatán por haber iniciado el impulso a este importante proceso. Felicidades también a la Secretaría de Cultura y de las Artes de Yucatán SEDECULTA y a UNESCO, por sentar las bases para el impulso gubernamental.

Y, sobre todo, felicidades a las Bordadoras Maya Yucatecas, -pero también a los bordadores, que no son pocos-, porque con esta iniciativa se abre un espacio anhelado por todas y todos para que puedan florecer, y con ellas y ellos, todos y todas las y los artistas artesanos de este país.

Silvia Terán. Investigadora. Sedeculta. Unesco

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Edición: Fernando Sierra