Opinión
José Juan Cervera
04/06/2025 | Mérida, Yucatán
Con la multiplicación de canales para exhibir imágenes destinadas a que la figura individual se haga centro de miradas ajenas, la fotografía como técnica y como disciplina –proveedora de frutos creativos que superan apatías sensoriales– pareciera quedar confinada en un segundo plano, en cuyo derredor se extienden tomas triviales para apuntalar el ego disputando espacios y acomodo en la virtualidad de las emociones de artificio. Una buena foto se funda en el cultivo de un oficio que demanda empeño y deja enseñanzas tras de sí.
La fuerza expresiva de esta práctica que revela territorios insospechados concentra el impulso que la vincula con otras formas de transmitir sentido y tocar profundidad, por ello incide espléndidamente en formas del quehacer humano que alojan significados hondos e incitan encuentros satisfactorios. Por esto enriquece actividades artísticas que se combinan con buenos resultados, pero también expande los alcances del trabajo periodístico representando una de sus variantes más sugestivas, mediante recursos que documentan elementos de la naturaleza y de la cultura en curso de cambios y continuidades.
Con este sello de poderío nace Cuartoscuro Revista de Fotógrafos en 1993, cuyo director, Pedro Valtierra, hace valer en ella su experiencia profesional forjada en medios impresos como El Sol de México, Unomásuno y La Jornada; él atestiguó procesos de trascendencia en la vida nacional y recorrió varios países latinoamericanos y de otros continentes. Abrió su propia agencia de servicios fotográficos y es reconocido por ser autor de imágenes memorables como la de las mujeres tzotziles que se plantan frente a un grupo de militares a raíz del levantamiento neozapatista en Chiapas, o la de la protesta de mineros de Hidalgo, desnudos para dar mayor énfasis a sus demandas laborales.
El propósito de la revista es brindar una plataforma que haga más visible la obra de fotógrafos mexicanos, además de apreciar el trabajo de colegas de otros países, especialmente de aquellos cuyo mérito atrae homenajes en vida, pero también cuando su deceso pone en evidencia la perdurabilidad de sus creaciones. Tal es el caso de Henri Cartier-Bresson y Richard Avedon, o bien del jalisciense de ascendencia germana Enrique Bostelmann, cuyo libro póstumo No anunciar. Narrativa fotográfica congregó en su presentación, a fines de 2004, a personalidades sobresalientes como Carlos Montemayor, Víctor Hugo Rascón Banda y el escultor Sebastián, quienes trataron diferentes aspectos de su trayectoria.
La tradición fotográfica nacional da motivo para exaltar la memoria de aquellos que han contribuido a su desarrollo, y es así como la revista dedica reportajes a varios de ellos, como Enrique Segarra, que desde muy joven participó en el surgimiento del Club Fotográfico de México. Esta matriz cultural acoge presencias como la de Enrique Bordes Manguel, fotógrafo de prensa que vivió los embates represivos del 10 de junio de 1971, hostigado por cumplir su trabajo; a él se debe la foto de uno de los paramilitares que se desplaza por las calles de la capital blandiendo un objeto contundente para arremeter contra los jóvenes manifestantes. De igual manera muestra los registros visuales de los Hermanos Mayo que en una de sus series documentaron los preparativos de viaje de los braceros contratados para trasladarse a Estados Unidos: su lente captó con eficacia el entramado emotivo de estos trabajadores, ya que ellos mismos llegaron al país como parte del exilio republicano durante la presidencia del general Cárdenas.
Cuartoscuro contiene imágenes tan relevantes como las del concurso anual de World Press Photo, organización independiente con sede en los Países Bajos, y las de los certámenes que la propia revista auspicia con temas como biodiversidad, ecología y devociones populares al modo del culto guadalupano, en este caso mediante un homenaje a Manuel Ramos (1874-1945), pionero del fotoperiodismo y empleado del Museo Nacional que conjuntó su fe y su desempeño profesional con vistas que recrearon el impacto colectivo de esas creencias. Contribuyó a divulgar otras convocatorias como la del Premio Juan Rulfo, orientado a su faceta de fotógrafo.
Esta publicación da cuenta de iniciativas emprendidas en los diversos estados de la república, entre los que incluye a Yucatán con ejemplos como las acciones de conservación de las piezas de la Fototeca Pedro Guerra, y eventos de la importancia de Abril Mes de la Fotografía, festival que en 1991 sufrió los desplantes censores de una alcaldesa de minúsculo criterio que protagonizó en Mérida uno de los atropellos que el puritanismo y la mentalidad aldeana cometen cuando rigen de la mano de autoridades fallidas.
En una entrevista concedida a José Ángel Leyva en 2024, Pedro Valtierra pondera el valor de la lectura en el proceso formativo del fotógrafo, y con esta idea Cuartoscuro inaugura, en su número 70, una sección para informar acerca de libros recién editados. La mirada se agudiza y se nutre con la palabra escrita para remontar los campos perceptivos que las convenciones dominantes comprimen en el devenir cotidiano.
Lea, del mismo autor: Retrospectiva en historieta
Edición: Fernando Sierra
