Dueño de la virtud es el que en nada se excede Sócrates. Filósofo griego (469-399 A.C.)
El COVID-19 ha traído una lección debido a que nos hemos visto forzados a dejar de estar atareados e inmersos en cuestiones distintas y, la mayoría de las veces, innecesarias. Por el aislamiento hemos dejado atrás el ganar y ganar -en todo y a todos- algo que se hacía en medio de un atareamiento que, en estos tiempos, es signo de estar vivo y estar, como se dice vulgarmente, en la jugada.
Las malas (o buenas) lenguas dicen que la pandemia ha sacado de nosotros lo bueno y lo malo. Considero que si buscamos lo bueno, el COVID-19 nos ha dado el ejemplo de que se puede vivir sin necesitar tanta cosa material, algo que, cuando lo tenemos, es un escalón para buscar tener y hacer siempre algo más.
Estamos aún en una introspección necesaria para nuestra mente, para nuestro cuerpo y para nuestra espiritualidad. Nos hemos visto forzados a marcar un alto en el camino y, a esa carrera de acumular y sustituir, ha dado paso la importancia de tener menos de todo, de tener salud y familia. Y, sobre todo, de vivir.
El COVID-19 les ha mostrado a los jóvenes otro mundo del que estaban acostumbrados. En la actualidad es un orgullo estar a la vanguardia en tecnología y en actitudes que, por lo general, no dejan nada para la paz mental.
Colofón: Me pregunto si volveremos a tener esas posturas innecesarias que, hasta hace un tiempo, eran necesarias.
Edición: Ana Ordaz
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