Un arco con Iris

Manuel Iris, a sus 37 años, es un escritor prolífico y orgullo peninsular

Foto: Miguel Ángel Cocom Mayén

Miguel Ángel Cocom Mayén

22/12/2020 | Mérida, Yucatán

“El arte debe ser como ese espejo / que nos revela nuestra propia cara.” Jorge Luis Borges

Manuel Iris (1983) se define como un escritor peninsular. Nacido en San Francisco de Campeche, vivió una temporada en Quintana Roo y creció en Mérida, ciudad en la que estudió Literatura latinoamericana en la Universidad Autónoma de Yucatán. Años después, cursó la maestría en Literatura de Hispanoamérica en la Universidad Estatal de Nuevo México y, posteriormente, un doctorado en Lenguas romances en la Universidad de Cincinnati.

…a pesar / de nuestra elaboración poética / no podemos comprender /
el ruido / ni el silencio / de esas otras olas.

A sus credenciales académicas se suma una fibra literaria que se puede apreciar en sus diversos ensayos y poemarios. A sus 37 años es un escritor prolífico que encuentra el tiempo suficiente para continuar produciendo, sin descuidar sus tareas como docente universitario, promotor cultural, esposo, padre, integrante de la Red Literaria del Sureste México – Nuestra América y poeta laureado de Cincinnati.

En efecto, Manuel Iris es el poeta oficial de esa ciudad de Ohio en la que juegan los Rojos y los Bengalíes. Cabe destacar que es el primer poeta en lengua hispana que recibe esta distinción en una urbe en la que menos del 2 por ciento son habitantes latinos. Sí, en Ohio ganó Donald Trump en las más recientes elecciones norteamericanas, pero en Cincinnati el poeta oficial viste guayabera, tiene acento “aporreado”, publica en español y se lamenta por no haber podido comer pib debido a la pandemia.

Uno es de los sitios
a los que ha llegado,
del idioma
en el que no puede soñar
y un día sucede
y se despierta preguntándose
cuál es su casa ahora,
cuando siempre hay corazón
en otra parte.

Y si bien 2020 ha sido un año complicado debido a la situación sanitaria, Manuel Iris ha encontrado refugio y alicientes en su familia y en la literatura. Hace unos días, el Instituto Nacional de Bellas Artes,a través de su Coordinación Nacional de Literatura, inició con su presencia un ciclo de lecturas de escritoras y escritores mexicanos en el extranjero. Un reconocimiento que se suma al que recibió en 2018 cuando su libro Traducir el silencio/Translating Silence fue premiado en dos diferentes categorías en los International Latino Book Awards.

…te morderé como a la palabra sí
estoy parado aquí, en la oquedad
de la garúa del poema,
esperando.

En anatomía, el iris es el diafragma que controla la cantidad de luz que entra en el ojo. Y una labor similar es la que Manuel asume como poeta: regular la cantidad de luz y de silencio que debe quedar plasmada en el papel en blanco. Él, antes que otra cosa, se concibe como un intérprete de los silencios. Y el poema debe ser esa melodía nutrida de luces y silencios.

El relámpago, al surgir
muestra las venas del cielo.

En 2013, Manuel Iris fue el anfitrión de Juan Gelman cuando el poeta argentino visitó Yucatán con motivo del Mérida Fest. El escritor ganador del Premio Cervantes es una de sus referencias vitales y literarias. De igual manera, la obra de Gelman forma parte de sus “incunables emocionales”.

Y así como el poeta nacido en Buenos Aires afirmaba que el mayor homenaje que recibió en vida fue cuando le pusieron su nombre a la biblioteca del barrio de Villa Crespo en el que creció, para Manuel Iris el mejor momento de este 2020 fue que escritoras y escritores jóvenes de la península de Yucatán hayan leído sus poemas en un evento virtual organizado, hace unas semanas, por la Red Literaria del Sureste México – Nuestra América.

Claro que le da importancia al hecho de estar en la lista de las 20 nuevas plumas mexicanas que cambian el panorama literario, pero para él es más significativo saber que es leído en su tierra, una tierra a la que pretende volver de visita en cuanto las condiciones lo permitan.