José Juan Cervera
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya
29 de diciembre, 2015
Los propósitos que envuelven los actos de la escritura no son siempre los mismos, y es evidente que varían de acuerdo con las circunstancias y el contexto social en el que se presentan. Para unas personas, escribir puede resultar tan familiar y cotidiano como para otras significar un hecho poco frecuente, incluso ocioso y prescindible.
Cuando lo que se escribe adquiere el valor de un testimonio, éste permite describir sucesos que tocan muy de cerca la vida cotidiana de los sujetos que recurren a este medio para expresar aquello que sacude su conciencia y que puede modificar radicalmente su visión del mundo.
Una experiencia de alcance profundo es la que refiere el libro [i]Crónicas de Agua Señora: La intimidad de un despojo[/i], en el que seis habitantes de una localidad del municipio de Mexquitic de Carmona, en el estado de San Luis Potosí, transmiten su indignación ante una serie de abusos que afectaron sus modestas y legítimas propiedades, dañando de manera irreversible su medio ambiente inmediato.
La concesión de una carretera de cuota a una empresa privada fue el detonante de un conjunto de imposiciones que trastornaron la existencia de una comunidad en la que un núcleo de resistencia dio paso a un sistema de organización colectiva que, aun siendo minoritario, logró recrear elementos fundamentales de su cultura popular para proponer nuevos símbolos y recursos de lucha social.
Los autores del libro son Leocadia Jacobo, Juana Tovar, Eusebio Romero, Ramona Pérez, Felipe Jacobo y Rosalío Vázquez, quienes, en sesiones que se prolongaron dos años y tuvieron el acompañamiento solidario de Ignacio Betancourt, expusieron sus vivencias en textos cuya presentación formal asume varias modalidades, ya que además de las crónicas que componen la obra, pueden hallarse en ella cuentos y poemas, recetas de cocina y descripciones taxonómicas de la flora de la región, e incluso la letra de un corrido que lleva como título el eufónico nombre de [i]Agua Señora[/i], el mismo con que es conocido este poblado potosino.
Sin ser escritores profesionales, los seis ciudadanos que dieron vida a esas páginas tienen ocupaciones diversas, ya que entre ellos se cuentan dos profesoras, un agricultor, un mecánico de bicicletas, un jornalero y una señora de edad avanzada que se dedica a las labores domésticas. Son integrantes del Frente Huachichil en Defensa de la Tierra. Conviene recordar que los huachichiles formaron una de las parcialidades de las tribus chichimecas que en el siglo XVI se opusieron tenazmente a la dominación española.
En este volumen es posible leer, por ejemplo, la evocación de una abuela que en la segunda década del siglo XX salía descalza a vender productos del campo para proveer una exigua herencia a sus descendientes. Junto a los pasajes que rememoran las privaciones y carencias de las familias afectadas, se describen, por ejemplo, los cambios observados en el comportamiento de animales domésticos y silvestres, la destrucción indiscriminada de especies vegetales como magueyes, biznagas, pirules, mezquites y huizaches, algunas de ellas en peligro de extinción. A tales efectos de la depredación oligárquica se suman otras acciones e iniquidades que, en distintos puntos del planeta, ensombrecen el destino de la humanidad.
Varios Autores,[i] Crónicas de Agua Señora: La intimidad de un despojo[/i], coordinación y prólogo de Ignacio Betancourt, San Luis Potosí, Editorial Trébol, 2015, 266 pp.
[b][email protected][/b]
Jueza adscrita al penal estatal de Chalco amplió a octubre la etapa del cierre de investigación
La Jornada
Unos 3 mil productores serán beneficiados con sistemas modernos y eficientes
La Jornada Maya
Robert De Niro recibirá una Palma de Oro honorífica en el evento
Ap / Afp
Amenazó con suspender bienes y salarios a los más de 10 millones de indocumentados
La Jornada