Casa de libros

José Luis Domínguez Castro
Foto:
La Jornada Maya

9 de diciembre, 2015

Noviembre corta siempre la cinta azul del estreno de esta época. Amanece celeste, aunque a media mañana fabrica sus nubes sueltas, separadas. Por la tarde es fugazmente azul, antes de agrisarse otra vez…a mediodía se reúne el otoño en la ventana. Mucho después, el sol blanco, de tanta tarde, también habrá quedado azul...y en las noches una perfecta luna se asentará cómoda sobre el horizonte…entonces,, bajo un aire oscuro, volverá la vida a los rincones y a la melancolía…a partir de noviembre retornará siempre el azul. Y las mañanas serán de oro… y los días serán quietos y dulces, como el amor pleno Y la visa, suave como la nube.

Carlos Peniche.

Esta Casa de Libros que lleva el nombre de José González Beytia, alguien que además de ser político y gobernante nunca dejó de ser escritor, educador y sobre todo un gran lector y un amante del café y de las letras, se complace en presentar al grupo integrado por Wilbert Pérez, Antonio Bautista, Fernando Borges, Luis Pérez Álvarez y Andrés Rosado, quienes junto con otros compañeros y compañeras han venido trabajando con formato de taller desde hace meses dando vida al Café con letras que hoy ha querido presentar la primera edición del Vol. 1 de Histerias Literarias, que como ellos mismos dicen, está hecha por mentes insanas con tinta entre las manos.

Pero antes de que sean ellos mismos quienes hablen de su proyecto debo comentarles algo: esta mañana abrí un libro del filósofo John Locke, este inglés que modificó el sentido de la filosofía cargándolo hacia el mundo de la ciencia y abriendo la corriente empirista del pensamiento filosófico. Pues bien, en su obra Del Abuso de las Palabras recordé que por muy científico que se pretenda ser, el entendimiento humano es meramente pasivo ya que no puede elegir sus materiales de conocimiento, pues los objetos de nuestros sentidos le imponen a nuestra mente las ideas simples que los representan y las operaciones que se requieren para conocerlos mejor. En cambio, las ideas complejas como explica el propio Locke implican la participación del individuo “con capacidad de crear nuevas ideas, que nunca recibió así combinadas”. Y cuando esta combinación de ideas se entremezcla con la sensibilidad del ser humano, los resultados son inimaginables: surgen la letras. No en vano, Heidegger encargó a los humanos la encomienda de ser guardianes del Ser.

Y es que a diferencia de la filosofía de las ciencias, que nos ayuda a entender el avance de la misma, gracias al principio de causalidad, la creación literaria según nos explica Gastón Bachelard en su Poética del Espacio se deriva de una iluminación instantánea, de un deslumbramiento momentáneo ante la luz de una experiencia. La imaginación poética, no está sometida por eso a ningún impulso, ni siquiera al pasado, como lo están la ciencia o la historia. Su dinamismo proviene de un chispazo súbito, cuyo resplandor genera el dinamismo de la creación artística, en general, y de la creación literaria, en particular.

Celebro pues que estas mentes inquietas, cazadores de sueños, continúen siendo locos, inquietos con la pluma, rebeldes con el pensamiento y creadores de quimeras. Debo confesar que a lo largo de la vida, he apoyado y visto, con la misma pasión con que hoy los observo, a distintos grupos que alguna vez iniciaron un taller literario, lanzando la botella de sus ilusiones al mar de la humanidad indiferente. Por mencionar algunos, me viene a la mente, Ku´uxeb producto de un taller de la Uady de los primeros años del siglo; o CLEM: Carpeta Literaria de Estudiantes de Medicina, que llegó a editar 12 números allá en la década del 2000. Contados son los que logran perseverar en su esfuerzo y pocos los que han alcanzado una continuidad mayor de cinco números. Por eso, hago votos porque los integrantes de Café con letras sean tercos con su complejo de superhéroes y sin dejar de ser lectores compulsivos (por algo se reúnen en la Casa de Libros), perseveren en este intento, bebiendo mucho café, compartiendo histerias y recreando letras.

*Texto leído durante la presentación del vol. 1

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