Úrsula Castellanos Salvador
Ilustración LJM
La Jornada Maya
23 de noviembre, 2015
Vuelvo a pedir apoyo de su medio, ya que los huéspedes del Hotel El Cid, que en éstos últimos 10 días han sido policías federales, son trasladados por choferes que persisten en estacionar sus camiones al pie de mi ventana. Estas personas que se sienten con el poder de quienes los emplean reaccionan de manera burda y majadera.
Siguen, como lo denuncié en mi comunicación anterior, con sus motores encendidos por tiempos muy prolongados. Insisten en realizar su aseo personal con jícara sobre la banqueta peatonal. Los visitan mujeres durante la tarde y la noche, con la consecuente acumulación de basura, como botes de pet y demás excrecencias producto de sus reuniones. Todo lo anterior sucede al pie de mi ventana.
Quisiera saber a quién tengo que dirigirme o que alguien me diga cómo puedo resolver este problema. Tal como lo escribí hace una semana, cuento con el registro de todo lo expuesto, además del testimonio de vecinos y amistades con quienes he tomado fotografías y videos en los últimos días. ¿A quién puedo hacerlos llegar?
En algún momento, el ayuntamiento me informó que el hotel tenía “licencia en regla”. Yo jamás pedí saber si el establecimiento cuenta o no con licencia de funcionamiento municipal pero ya que hacen mención de ello vuelvo a preguntar: ¿esa licencia les da derecho de violentar la paz y la tranquilidad de terceras personas?, ¿les otorga el permiso de estacionar autobuses a distintas horas del día donde vivimos varias personas y tener sus motores encendidos por tiempos que van de los 45 minutos hasta 4 horas continuas, en muy variados horarios, afectando la cotidianidad propia y de mis vecinos?, ¿su licencia los exime para no hacer uso del estacionamiento dentro del hotel?
Si mis vecinos y yo sabemos quiénes son sus huéspedes es porque los mismos choferes lo mencionan al solicitarles que muevan un poco sus camiones o que apaguen sus motores; ellos se escudan en el hecho de que transportan a la gendarmería con su armamento. ¡Nosotros jamás pedimos saber quiénes son y qué transportan! Tal parece que nos lo dicen como amenaza para no mover sus vehículos. Nosotros no tenemos por qué enterarnos de lo que hacen, sólo pedimos respeto a nuestro derecho que es el principio de una paz común.
Gracias por su consideración.
Úrsula Castellanos Salvador
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