Julio Moure
Foto: Víctor Hugo Carrillo Lezama
La Jornada Maya
Martes 20 de septiembre, 2016
Septiembre es considerado el mes de la prevención del suicidio y para la coordinadora de una iniciativa ciudadana relacionada con el tema en esta región, la trabajadora social y tanatóloga, Marta Peña, el problema ha llevado al estado de Quintana Roo a ocupar uno de los primeros lugares en México; siendo la segunda causa de muerte entre los jóvenes, a nivel nacional.
"El suicidio es nuestro objeto social, lo entendemos como resultado de un deterioro del tejido social, en donde los valores de comunicación, afecto y solidaridad se han debilitado. Vemos el suicidio como un fenómeno complejo, que suele tener matices sociales, culturales, de violencia y salud. El suicidio es la punta del iceberg de una sociedad en descomposición, es como un ganglio que se inflama en un cuerpo que está enfermo, dando aviso de ello. Nuestra misión, en la Red de Vida, es escuchar esa llamada, tratando de atender las causas que lo propician”, señala la entrevistada.
Y sigue: "Algunas características de riesgo son las siguientes: la persona está sufriendo mucho. Ante este sufrimiento se siente sola, sin nadie en quien confiar ni compartir la pena profunda que lleva en el alma. Por ello, ha perdido la esperanza de ser ayudado. Frecuentemente la persona recurre al alcohol (el 80 por ciento de los suicidas). La depresión puede también aumentar el riesgo suicida. No es sólo un momento de tristeza, es una situación de desbalance de la vida.
"Los principales detonantes de suicidio en la Zona Maya son la violencia intrafamiliar (física, verbal, el ninguneo), el abuso y violaciones dentro del seno familiar, la ruptura en las relaciones de pareja. Los problemas de identidad sexual y la exclusión social de los que tienen orientaciones sexuales diferentes, están frecuentemente en la base de tendencias suicidas.
"El problema del suicidio es social y de salud pública. Por ello, coordinados con el sector salud y otras instituciones, ofrecemos ayuda a las personas para ver su problema, desde otra óptica, tejiendo redes de apoyo y afecto y, con ello, devolverle la esperanza. Con apoyo profesional se le ayuda a tener una nueva visión para afrontar sus problemas. El objetivo de la ayuda es fortalecer la resiliencia, aprendiendo a resistir y sobreponerse a las adversidades.
"En esta tarea se están sumando profesionistas psicólogos, nutriólogos, personal de la salud y tejedores de redes de afecto: personas vinculadas a la Red de Vida que acompañan buscando abrir un abanico de opciones para ayudar a la persona en riesgo. Entre las opciones de apoyo están los grupos de autoayuda, las terapias alternativas como la acupuntura y los talleres de superación personal y espiritualidad.
"Como eje central en la prevención ofrecemos un taller al que llamamos Dira, que significa Detección, Intervención, Referencia y Acompañamiento a personas en riesgo suicida. Este taller lo hemos impartido a los responsables de diferentes instituciones, a médicos, enfermeras y paramédicos de la Cruz Roja, Hospital General y los Centros de Salud del municipio de F. Carrillo Puerto, a maestros y alumnos de escuelas de nivel Básico, Medio, y Superior.
"Creemos que este método abre otras perspectivas para enfrentar la problemática del suicidio, buscado las causas y creando respuestas más amplias a través de una visión interdisciplinaria y un esfuerzo social que integra a muchos voluntarios y voluntarias que ofrecen apoyo y afecto a las personas en crisis, creando redes y solidaridad. Disminuir la violencia, el abuso y la humillación de las personas es el camino para una vida más armoniosa, para todos y para todas".
Tulum, Quintana Roo.
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