Tiempos flexibles

Víctor Caballero Durán
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Viernes 8 de julio, 2016

Me acuerdo a las fechas establecidas desde un inicio, la semana pasada concluyeron en Yucatán las etapas del proceso de ajuste al Calendario escolar 2016-2017, aplicable a escuelas de educación básica de la entidad, tanto públicas como privadas.

Las fases por las que ya hemos transitado -exitosamente y con el diálogo entre todos los actores involucrados como principal herramienta- son: 1) reunión con supervisores y directores; 2) decisión de maestros y padres de familia; 3) entrega de propuesta de ajustes; 4) autorización de calendario y; 5) publicación de los ajustes.

En ese marco, y acorde a una ruta que proponía tiempos y plazos muy precisos, a partir de esta semana damos a conocer -a la comunidad educativa y medios de comunicación- los resultados de este proceso y los calendarios aplicables para cada escuela.

El ejercicio fue sumamente productivo, ya que cada comunidad de aprendizaje eligió el calendario que regulará sus actividades para el siguiente curso. Más allá de las cifras de cuántas escuelas optaron por una u otra propuesta, lo que vale la pena destacar es que en el 100 por ciento de las escuelas, los Consejos Técnicos Escolares y los padres de familia se reunieron, reflexionaron y dialogaron para llegar a un consenso.

Así, a partir de este ciclo escolar, cada plantel tuvo la oportunidad de elegir entre un calendario de 200 o de 185 días. El de 200, iniciando el 29 de agosto de 2016 y finalizando el 21 de julio de 2017; mientras que el de 185 comenzará también el 29 de agosto de 2016, sólo que concluirá el 30 de junio. En ese sentido, los ajustes al calendario escolar se realizaron respetando parámetros mínimos: conservar el número de días efectivos de clase, ya sea 185 o 200 días; respetar los días inhábiles oficiales marcados por la Secretaría de Educación Pública (16 de septiembre, 6 de febrero, 20 de marzo, 15 de mayo, entre otros), así como mantener el número de días asignados a los periodos vacacionales intermedios, esto es, las vacaciones de diciembre y Semana Santa; todas ellas medidas básicas para asegurar el cumplimiento de los planes y programas de estudio.

Ahora bien, a grandes trazos cuáles fueron los resultados de este amplio proceso de ajustes. El primer dato que me interesa destacar es que, sin importar si optaban por el de 200 o 185 días, 5 de cada 10 escuelas en Yucatán realizaron algún tipo de ajuste a su calendario, de acuerdo a las características de la región y a la dinámica propia de cada comunidad. Esto refleja el poder de autonomía en cada plantel para la toma de decisiones. Justamente, a eso nos referimos cuando hablamos de colocar a “La Escuela al Centro”; al centro del modelo educativo y como punto de origen de las estrategias y soluciones para elevar el rendimiento académico.

El segundo dato que les comparto es que el balance en términos totales fue de un 43 por ciento de planteles que eligieron el calendario de 200 días y un 57 por ciento que, a su vez, se decidió por el de 185. De esta cifra, hay que decir que el 68 por ciento de las escuelas privadas en el estado optó por concluir el curso escolar el 30 de junio de 2017, Un análisis más a profundidad nos arroja un cuarto dato que bien vale la pena subrayar: en Mérida, nuestra capital, la mayor parte de los planteles, el 65 por ciento, se decidió por el de 185; mientras que en el interior del estado, la mayoría, un 52 por ciento, optó por el de 200 días.

Por niveles educativos, también se refleja la pluralidad en la decisión. En el nivel Preescolar, 47 por ciento eligió el calendario de 200 días y 53 por ciento el de 185. En Primaria, 43 por ciento por el de 200 días y un 57 por ciento por el de 185. En Indígena, 55 por ciento y 45 por ciento por el de 200 y 185 días, respectivamente. A su vez, en los niveles de Educación Especial y Secundaria, siete de cada 10 planteles eligieron el calendario de 185 días. Es decir, cada escuela, de acuerdo a la edad de sus alumnos y escalón que ocupa en el trayecto académico, se inclinó por el calendario que más se adaptó a sus características.

¿Cuáles son las reflexiones con las que me quedo de este ejercicio? En una primera instancia, destaco el diálogo y los acuerdos que se alcanzaron en cada escuela. Es cierto, hubo contraste de opiniones -lo cual es normal siempre que se enfrenta un cambio de paradigma- pero en la amplia mayoría de los planteles se privilegiaron los puntos de encuentro.

El segundo aspecto que considero fundamental es que la elección de calendario, tal y como lo hemos venido señalando, se tomó en base a parámetros educativos. Todas y cada una de las escuelas, con base en sus planes, programas de estudio, ruta de mejora y modalidad, eligieron la opción que mejor se ajustaba a sus particularidades. Claro que hay repercusiones económicas y sociales, pero el calendario escolar es fundamentalmente un tema educativo, y así se abordó en todas las etapas de este proceso de ajuste.

Así, la decisión la tomaron las escuelas. Cada plantel cuenta con un traje a la medida -diseñado por cada comunidad de aprendizaje- para el siguiente ciclo escolar. Y como autoridad educativa, en la Segey, sin importar si son 185 o 200 días; nos reportamos listos todo el año para trabajar con alumnos, padres de familia y docentes y juntos seguir construyendo el futuro de Yucatán.

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Mérida, Yucatán