Sabios

Enrique Martín Briceño
Foto: Rodrigo Diaz Guzmán
La Jornada Maya

Jueves 30 de junio, 2016

"No se aprecia lo que no se conoce” es una expresión a la que recurrimos con frecuencia quienes trabajamos en la preservación, el estudio o la difusión del patrimonio cultural. Se suele utilizar ante la indiferencia o el menosprecio que sufren ciertos bienes culturales –materiales o inmateriales– en los que mucha gente ni siquiera repara. En Yucatán, es aplicable a expresiones culturales tan importantes como la comida o el dialecto regional del español que, si bien se identifican como propias y distintivas, reciben escasa atención de sus portadores y de instancias públicas. Vale también para las prácticas médicas del pueblo maya que enfrentan desde hace siglos la discriminación y el prejuicio que las tacha de “bárbaras”, “atrasadas” o “incompatibles con la modernidad”. En particular, los conocimientos curativos tradicionales han padecido el prestigio de la medicina occidental, que se considera la única “científica” y “válida” (aunque debe reconocerse que desde hace años se vienen haciendo esfuerzos por incorporar a las parteras “empíricas” al sistema institucional de salud).

Por este motivo, recibimos con agrado los frutos del proyecto “Sabios: entrevistas a parteras y curanderos mayas”, coordinado por Jazmín González Ruiz y Glenny Torres Canul, que busca contribuir a que se valore a estos depositarios de los conocimientos terapéuticos tradicionales. Financiado por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias, ofrece como productos tangibles un libro y un video (making-of de la publicación) que plasman en texto, imágenes y sonido una pequeña muestra de ese conocimiento, pero, sobre todo, hacen visibles y audibles a estos personajes que, para usar la categoría de la Unesco, bien pueden considerarse Tesoros Humanos Vivos.

El libro –que en realidad es una colección de veinte postales– reúne, en palabras del colectivo que lo realizó, “una pequeña parte de las tradiciones que mujeres y hombres de diversas regiones mayas de Yucatán luchan por mantener”. Su propósito es que a esta lucha –“una batalla contra el tiempo y el olvido”– se sumen “todos aquellos que conozcan, a través de este trabajo, la entrega y pasión de estos Sabios que tocan el alma, la vida y curan todo”.

Con entrega y pasión similares, Jazmín González y Glenny Torres, comunicadoras de profesión, han abordado la labor de las parteras y el jmen retratados en estas postales. Aprovechando la experiencia adquirida por la segunda en el documental Chi’bal kan (Ambulante Más Allá, 2013), entrevistaron a las parteras Florencia Dzul Collí, Guadalupe Cocom Chan, Rita Pech Chi y Martha Uicab Cocom, de Teya; al jmen Edelmiro Medina Castillo “Don Cuco”, de Acanceh, y a las parteras Irene Cocom Cauich, Eligia Chan Ortega y Rafaela Can Aké, de Sudzal. Con igual dedicación, los fotógrafos Albany Álvarez del Castillo y Rodolfo Vallado Dalla’Ava registraron en imágenes fijas las entrevistas y el trabajo de los especialistas, en tanto que Erick Lugo Herrera y Alex Castro colaboraron en la edición del video y el diseño del libro, respectivamente.

El pequeño volumen se compone de 20 imágenes –a las que puede sumarse la de contraportada– presentadas a modo de postales, con la identificación y una frase del personaje plasmado en el reverso. Las fotografías y las citas buscan sintetizar lo que representan las siete parteras y el jmen entrevistados: la sabiduría ancestral. “Aprendí todo de mi bisabuelo. Soy médico herbolario y partero. También veo si a tu alma le hacen mal”, asegura Edelmiro Medina Castillo. “Menta, toronjil, anís, té limón, hojas de naranja, para después de traer al nuevo niño“, comparte Irene Cocom Cauich. “He recibido a casi todo el pueblo. Todavía me emociona escuchar un pequeño corazón”, confía Rafaela Can Aké.

Las imágenes, lo mismo que las frases, han sido escogidas por su valor documental o estético. Buscan tocar la mente y el corazón de quien las mira y las lee. Así, la foto inicial, en blanco y negro, muestra, en llamativa composición, las manos de doña Florencia Dzul Collí sobre el vientre de una embarazada y la frase del reverso reza: “Tocar la vida, es lo que hago”. Y la siguiente postal, a colores, presenta a la comadrona en su patio, mientras que se reproduce al reverso su frase “En mi solar tengo todo para sanar dolores”. Las miradas de los fotógrafos revelan a personajes entrañables –contentos y seguros de su lugar en el mundo–, momentos de su labor y fragmentos de su entorno. Sus manos, sus rostros, su mirada comunican confianza y permiten entender por qué logran plena empatía con sus pacientes.

Sin duda, Sabios puede despertar el interés de quienes desconocen el fascinante mundo de la medicina tradicional y contribuir a que se valore a estos expertos y sus conocimientos. En Internet puede verse el making-of de la publicación (https://vimeo.com/170252866) y valdría la pena ir compartiendo las postales a través de redes sociales y crear un portal o un blog para albergar todo el material generado y dar continuidad al proyecto.

No son estrellas de cine, deportistas famosos ni profesionales renombrados, pero las sencillas mujeres y el varón retratados en Sabios son tanto o más valiosos que aquellos, pues son custodios de un legado muy antiguo que se ha transmitido oralmente, Tesoros Humanos Vivos a los que hay que cuidar y reconocer. A ello contribuyen el librito y el video que el colectivo encabezado por Jazmín González y Glenny Torres han dado a luz.

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Mérida, Yucatán