Por Víctor Caballero

Víctor Caballero Durán
Foto: Óscar Rodríguez
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 17 de junio, 2016

"El poder transformador de la educación”, más que una promesa incierta o simple frase vacía, es una certeza concreta y contundente para los habitantes de Yucatán y de México. Así lo han demostrado los buenos resultados alcanzados a través del Programa Especial de Certificación (PEC); una iniciativa federal, un gran esfuerzo nacional, a través del cual se reconocen los conocimientos y saberes que -de forma autodidacta o producto de la experiencia laboral- han adquirido los habitantes mayores de 15 años para que obtengan el documento que acredita sus estudios de primaria o secundaria.

El objetivo del programa es que, durante este año, 1 millón 500 mil habitantes de todo el país obtengan su certificado. Por supuesto, al igual que sucede en otros ámbitos del sistema educativo, como la Evaluación del Desempeño Docente, las Olimpiadas del Conocimiento o en materia de infraestructura, sólo por citar tres botones de muestra, Yucatán ha destacado por sus buenos resultados. Y es que en este 2016, a nivel local 28 mil 633 jóvenes, hombres y mujeres de los 106 municipios, han acreditado sus estudios a través del PEC, colocándonos como uno de los dos estados con mayor cantidad de certificados de primaria y secundaria entregados, sólo por debajo del Estado de México, aunque hay que señalar que dicha entidad cuenta con una población total que supera los 15 millones.

El hecho de encabezar los esfuerzos de certificación, sumado al compromiso que han mostrado las maestras y maestros yucatecos, fue lo que motivó al presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a entregar el certificado número 500 mil en nuestro estado. Un alto honor que, en paralelo, nos impulsa a redoblar esfuerzos.

En Yucatán, la meta que nos hemos trazado para este 2016 es entregar 41 mil certificados; es decir, con lo alcanzado hasta la fecha, con los 28 mil 633 certificados, llevamos ya un avance del 62 por ciento. Y ha sido posible recorrer buena parte del trayecto trazado gracias a la suma de voluntades entre los tres niveles de gobierno y, también, fruto de la concurrencia de esfuerzos y visiones de diversas dependencias y programas como Sedesol, CDI, IMSS Prospera, 65 y Más, Conafe, Diconsa y el IEAEY, así como producto de la participación entusiasta de alumnos de media superior del Cobay, Conalep, Cecytey, preparatorias estatales y demás subsistemas.

“El poder transformador de la educación” fue -también- la expresión que, el día de ayer, se escuchó más veces durante el evento en el que 10 mil personas obtuvieron su certificado de estudios. Esta frase formó parte medular de los discursos del gobernador Rolando Zapata Bello y de los titulares de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, y de Desarrollo Social, José Antonio Meade Kuribreña. Asimismo, la destacó el presidente Peña Nieto al señalar que este documento debe traducirse en mejor calidad de vida e ingresos para los hogares yucatecos.

Está comprobado que la educación es una de las mejores inversiones que podemos hacer, tanto en lo individual, como en lo familiar y en lo colectivo. De acuerdo a estudios del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el sueldo promedio de una persona sin estudios es de 3 mil 800 pesos; para una persona con la primaria concluida es de 4 mil 500; con el certificado de secundaria es de 5 mil; 6 mil con la preparatoria terminada y 10 mil 600 con licenciatura. Es decir, está comprobado que a mayor escolaridad, mejor ingreso. Y eso es precisamente lo que buscamos en Yucatán: que la educación sea sinónimo de bienestar y movilidad social.

“El poder transformador de la educación” es una frase que cobra pleno significado en María del Pilar Cocom, del municipio de Mérida, quien a sus 68 años obtuvo su certificado de primaria. Una frase que, a su vez, adquiere relevancia en la historia de vida de Sebastián Dzib Dzul, de Izamal, quien con 71 años también acudió a acreditar su primaria. Una frase que se convierte en ejemplos de carne y hueso en las historias de superación de cientos de jóvenes y adultos que, por alguna circunstancia, tuvieron que abandonar sus estudios y hoy pudieron concluir un nivel de su educación básica.

Estoy seguro que los miles de habitantes que recibieron sus certificados de primaria y secundaria van a escribir más capítulos de éxito. Porque así somos los yucatecos, gente empeñosa y dedicada. Y porque así es como se construye el futuro en Yucatán: con voluntad y buenos resultados.

La educación transforma vidas. Y por esa poderosa razón, vamos a seguir transformando la educación.

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[b]Mérida, Yucatán[/b]