Trump en la Casa Blanca

Eduardo Lliteras
Foto tomada de la web
La Jornada Maya

El [i]New York Times[/i] reflexionaba la semana que recién concluyó sobre lo que podrían ser los primeros 100 días de un hipotético, y cada vez menos descabellado gobierno de Donald Trump, dando órdenes desde el Salón Oval de la Casa Blanca. El muro, por supuesto, estaría en esos 100 días. Es decir, su diseño, dice el artículo de Patrick Healy. Por supuesto, también lo estaría la derogación de los mandatos ejecutivos del presidente Barack Obama en materia de migración, lo que podría afectar a centenares, por no decir miles de yucatecos residentes en los Estados Unidos y en particular en San Francisco y California, donde se asientan las principales comunidades procedentes de Yucatán.

Trump en la Casa Blanca es un tema que los mexicanos debemos comenzar a tomar muy en serio. Hasta ahora no sabemos si el Indemaya y la Secretaría de Relaciones Exteriores ya están pensando en cómo asesorar a los migrantes mexicanos, yucatecos, en el fatídico caso de que en enero de 2017 Obama entregue la estafeta presidencial a Trump. Mientras eso sucede, algunas historias sobre lo que ya significa su virtual precandidatura nos pueden ayudar a comprender con quién tendríamos que lidiar.

[h2]Short dick man[/h2]

[i]Short dick man[/i], dice una canción repetitiva y tonta de hace algunos años. Es decir, “hombre de pene pequeño”. Eso es algo intolerable, para algunos, un insulto que ningún hombre, ni ningún candidato puede tolerar, menos aún si pretende gobernar a la potencia de los misiles Patriot, dirían otros. Pues bien, Donald Trump, movilizó a sus abogados para que amenazaran a Illma Gore, pintora veinteañera de Los Ángeles, California, para que no vendiera el desnudo integral del virtual candidato republicano que se volvió viral en redes sociales durante el mes de febrero.

Como se recordará, Gore pintó de cuerpo entero al precandidato republicano, Donald Trump, mostrando un abultado estómago y un diminuto miembro. El cuadro, replicado hasta volverse viral en redes sociales, generó una oleada de comentarios y furia extrema, que su autora jamás imaginó, según ella misma ha narrado a la BBC de Londres y al diario británico [i]The Guardian[/i], en un artículo de Patrick Greenfield, que recuerda que tras el cuadro vino la polémica republicana sobre las dimensiones del pene del candidato xenófobo y racista. Sesudo argumento que fue abordado por el mismo Trump, tras las alusiones del ex precandidato Marco Rubio, quien bromeó con el tamaño de las manos de Trump e insinuó que si éstas eran pequeñas eso podía indicar que otras partes del cuerpo del millonario también podrían ser diminutas. Trump, como se sabe, respondió de inmediato, “aclarando” que “podía asegurar que no había ningún problema” al respecto.

Precisamente Illma Gore tuvo que huir de los Estados Unidos tras las miles de amenazas de muerte que recibió luego de que pintó y dio a conocer el desnudo de Trump. Su cuadro es una ironía política desde el demoledor título, que copia el lema de la campaña de Trump: “[i]Make America Great Again[/i]”, “[i]Hagamos Estados Unidos grande de nuevo[/i]”.

Coincidiendo con el cuadro y las preocupaciones de Trump sobre su fama viril, el diario británico [i]The Telegraph[/i] publicó un artículo también febrero, en el que se aseveraba, citando un estudio de los historiadores Jonathan Mayo y Emma Craigie, que Adolf Hitler padeció Hypospadias, es decir, un anormal pene de dimensiones minúsculas.

El artículo escrito por James Rothwell citaba el libro [i]Hitler´s Last Day[/i], en el que se revelan fichas médicas del ex dictador alemán que confirmarían la deformidad del Fuhrer. Presunta malformación que se añadió a la ya conocida de un testículo sin descender y que inspiró canciones militares británicas de mofa precisamente durante la Segunda Guerra Mundial. La Hypospadias de Hitler, decía el artículo, se trataba de un diminuto pene cuya uretra se abría por debajo del miembro.

Obviamente el artículo cayó como anillo al dedo para quienes han comparado la retórica racista, xenófoba, de odio y miedo de Trump con el dictador italiano Mussolini, amigo y alfil de Hitler. Tema aderezado en redes sociales con fotos de ambos, comparando las similitudes de su gesticulación, por ejemplo. La comparación entre Trump y Hitler, tras el artículo del [i]Telegraph[/i], no se hizo esperar.

Tras todo este sesudo debate sobre los micro penes, la señora Gore, además de huir, tuvo que llevarse la pintura de los Estados Unidos, donde ninguna galería se atrevió a exhibirla por temor. Sin embargo, en Gran Bretaña encontró refugio en la Maddox Gallery, donde aún permanece, como un trofeo a la libertad de expresión y la sátira política en tiempos de nacionalismo populista.

El anuncio de la posible venta del cuadro, que ya atrajo ofertas por más de 100 mil libras esterlinas, dio pie a nuevas amenazas contra Gore, es decir, amenazas de acciones legales, por lo que eBay también declinó subastarlo luego de que Facebook canceló o más bien censuró su perfil en la famosa red social. Por si fuera poco, apenas la semana pasada la joven y ahora muy popular Illma Gore, ya de regreso a su natal Los Ángeles, recibió un puñetazo en el rostro, propinado, según narró a la BBC, por un violento seguidor de Trump que la reconoció en la calle. Un ojo morado es el resultado. El odio, la persecución y la intolerancia, así como el clima de violencia, también. Mexicanos y yucatecos en Estados Unidos corren renovados riesgos.

@infolliteras
Mérida, Yucatán
Lunes 16 de mayo, 2016