Anolar la esperanza

El verbo anolar, en el lenguaje coloquial de la península de Yucatán, es deshacer algo en la boca con la lengua y no lo que la Real Academia traduce de la palabra maya “nol”, como el acto de roer.

Anolar es darse el tiempo de disfrutar, en este caso, las palabras que Amanda Gorman obsequió al mundo en la toma de posesión del presidente Joe Biden y que, poderosas gracias a la poesía, rompen los límites del tiempo, las fronteras y particularidades.

Amanda Gorman nació en Los Ángeles, California, en 1998 y su meteórica carrera incluye desde haberse graduado con honores en Harvard, donde estudió sociología, recibido el reconocimiento como la primera poeta juvenil laureada en su país, ser entrevistada hace unos días por Michelle Obama en la revista Time, incluyendo la portada, y sorprendido al mundo al darle una bocanada de aire fresco  en un recuento de los tiempos en tono de trascendencia, a una toma de protesta, que podría haber sido local, convirtiéndola en una invitación a la humanidad para ascender juntos la colina.  

De la boca a la palabra a la boca

“Cuando llegue el día nos preguntaremos, dónde encontrar la luz en esta sombra interminable".  

“Con las pérdidas que acarreamos, cómo podremos vadear el mar. Nos hemos enfrentado a las entrañas del monstruo y hemos aprendido que el silencio, no siempre es paz".

“Y, sin embargo, nuestra ha sido el alba antes de saberlo, de alguna manera lo logramos, de alguna manera, hemos soportado, hemos sido testigos de que la nación no está quebrantada, sino simplemente inconclusa".

“Nos esforzamos por forjar una unión con propósito, conformar un país comprometido con todas la culturas, colores, caracteres y condiciones de la humanidad".

“Concluimos con las divisiones, porque sabemos que antes de poner nuestro futuro por delante, primero tenemos que poner nuestras diferencias a un lado".

“Deponemos nuestras armas para salir al encuentro de los brazos del otro".  

“Que, a pesar del duelo, crecimos, que, a pesar del dolor, tuvimos esperanza, que, a pesar del cansancio, hicimos el intento. Que siempre estaremos enlazados el uno al otro, victoriosos, no porque nunca conoceremos la derrota, sino porque jamás sembraremos la división".

“La victoria no descansará sobre el filo del cuchillo, sino en los puentes que hemos construido".  

“Esa es la promesa que iluminará la colina que ascenderemos si tan sólo nos atrevemos".

“No nos harán dar paso atrás, no nos interrumpirán con la intimidación, porque sabemos que nuestra inanición e inercia será la herencia de la generación venidera. Nuestra torpeza serán su carga".

“Si enlazamos la misericordia con el poder y el poder con la justicia, el amor que deviene será nuestro legado”.

Anolemos las palabras, extraigamos la miel que alimente nuestra esperanza, esa que nos quieren robar los partidos políticos mercantiles con su cartel de candidatos de caricatura.

¡Basta! “El silencio no siempre es paz”.  Ascendamos juntos la colina.

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Edición: Ana Ordaz