Música yucateca de tradición escrita 2

Enrique Martín Briceño
La Jornada Maya

12 de febrero, 2016

En 1997, la familia de Daniel Ayala donó al gobierno del estado de Yucatán el legado del autor de [i]Tribu[/i]. Este valioso acervo, junto con números sueltos de revistas musicales mexicanas cedidos por la Escuela Nacional de Música de la UNAM, así como libros y partituras obsequiados por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (Cenidim), se depositó en el local del recién creado Centro de Música José Jacinto Cuevas (ex Alianza Francesa), donde –con el compositor Germán Romero– Álvaro Vega y el autor de estas líneas continuamos realizando tareas de difusión de la música y los músicos de la región.

El catálogo de Daniel Ayala, que elaboré en 1996-1997, nos informa de poco más de 50 obras, la gran mayoría inéditas. Muchas se estrenaron en vida del músico originario de Abalá, pero varias piezas orquestales no alcanzó a escucharlas. Y solamente llegó a grabarse en vida del compositor su suite sinfónica [i]Tribu[/i] (por la Orquesta Sinfónica Nacional, en el legendario álbum de 1956 donde figuran también el [i]Homenaje a Federico García Lorca[/i] de Silvestre Revueltas, el [i]Huapango[/i] de Moncayo y [i]Sones de mariachi[/i] de Galindo). Por desgracia, entre 1996 y 2003 tampoco pudieron escucharse las obras orquestales de Ayala, pues por esos años aún no contábamos con orquesta sinfónica.

Por otro lado, al elaborar los índices del semanario musical [i]J. Jacinto Cuevas[/i] (ca. 1888-1894), conté 183 piezas de 78 autores, de los cuales más de 60 son originarios de la región. Entre estos se distinguen el propio J. Jacinto (ya fallecido en el momento en que comenzó a salir la publicación), sus hijos Justo y José, Arturo Cosgaya, Antonio del Río (cubano avecindado en Campeche), David R. Valladares, Francisco Heredia Rosado y Domingo María Ricalde. Ahora que estamos conmemorando el centenario del primer Congreso Feminista de Yucatán, es oportuno mencionar a las ocho mujeres que concurren en las páginas de esa publicación: María Cuevas (hija de J. Jacinto), Asunción Sauri, Aurora Cámara G., Concepción Escobedo G., Margarita K. de C., Lucrecia Marcín y C., Dolores Meneses R. y C. Ortiz C. ¿No sería este año el mejor momento para que la música de estas mujeres adelantadas a su tiempo vuelva escucharse?

Entre 1999 y 2002, el proyecto de investigación, documentación y difusión de la música regional comenzado en 1996 cayó en una suerte de [i]stand-by[/i] debido a que los recursos se redujeron drásticamente y a que desde septiembre de 1998 Germán Romero y yo adquirimos nuevas responsabilidades. No sería hasta 2002 cuando, con el decidido apoyo del entonces director del ICY, Domingo Rodríguez Semerena, renacería, ahora como un auténtico centro de investigación, con personal, edificio, mobiliario y equipo propios, en el interior del Centro Cultural La Ibérica, con el mismo nombre con que se creó en 1996: Centro Regional de Investigación, Documentación y Difusión Musicales Gerónimo Baqueiro Fóster.

Ese año fue trasladado al flamante local del centro el archivo musical del estado, conformado por los fondos históricos de la Orquesta Típica Yukalpetén, la Banda del Estado y la Orquesta Sinfónica de Yucatán, que estaban parcialmente en uso. Asimismo, fue posible adquirir el legado de Jorge González Ávila: Álvaro Vega restableció contacto con los familiares del compositor y tuvo el privilegio de cargar las cajas y traerlas a Mérida (se pagó por ellas si mal no recuerdo, una cantidad simbólica: $30,000). También se transfirieron al Centro Baqueiro Fóster las partituras y publicaciones musicales resguardadas en el Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán, entre ellas los semanarios [i]J. Jacinto Cuevas[/i] y [i]La Gaceta Musical[/i] (1895).

Como era de esperarse, en el archivo histórico de la Orquesta Sinfónica de Yucatán encontramos algunas composiciones de Ayala, Río y Pinelo. Aparte de los arreglos de canciones populares yucatecas que conforman la mayor parte del archivo de la Orquesta Típica Yukalpetén y las muchas obras y arreglos de autores no yucatecos que figuran en el de la Banda del Estado, en estos fondos hallamos también partituras de autores regionales del tipo que ahora nos ocupa: Justo Cuevas, José Cuevas, Arturo Cosgaya, David R. Valladares y José María Osorno.

El legado de Jorge González Ávila, pianista y compositor que fuera discípulo de Rodolfo Halffter en el Conservatorio Nacional y que, con su maestro, fue pionero en México del dodecafonismo, resulta especialmente valioso e interesante. Está conformado por 347 partituras, la gran mayoría para piano, todas hológrafas, con excepción de sus 24 invenciones para piano, op. 28, publicadas por Ediciones Mexicanas de Música en 1964. Este impresionante acervo incluye también un conjunto de cintas magnetofónicas grabadas por el mismo compositor. Lo que sobre él escribió Álvaro Vega en 2004 aún es válido: “El carácter reservado de González Ávila y el hermetismo con que cubrió su producción, sobre todo durante las dos últimas décadas de su vida [murió en la ciudad de México en 1993, olvidado de todos], han provocado un desconocimiento de sus ideas, su evolución como creador y, fundamentalmente de su música.” Muy poco de su obra se ha grabado: [i]Añoranza[/i], por Miguel García Mora; 9 de sus 24 invenciones, [i]op. 28[/i], por Gerhardt Muench, y el [i]Preludio V[/i] por Jean Baptiste Müller. Por cierto, gracias a la recuperación de la obra de González Ávila, en enero pasado el joven pianista ítalo-yucateco Amos Lucidi incluyó cuatro de sus [i]Invenciones[/i] en un recital que ofreció como parte del Mérida Fest.

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