Reporte 8AM

Pablo A. Cicero Alonzo
La Jornada Maya

19 de enero, 2016

El anuncio del regreso de la cervecería fue tan refrescante como un buen trago de lo que producirá en un ardiente junio yucateco. No sólo por la millonaria inversión y los empleos que generará, sino porque a su alrededor orbitarán otras varias empresas.

Esa factoría se convertirá en la punta de la pirámide de un ecosistema económico que cambiará el rostro a Hunucmá y que beneficiará a todos los yucatecos.

Aún no ha comenzado a funcionar y ya se anunció un segundo eslabón a esa cadena, con el interés mostrado por Envases Universal. Según se dio a conocer el domingo, esa empresa invertirá mil 600 millones de pesos para generar 170 empleos; planea producir en 2017 dos mil millones de botes de aluminio.

Así como esta fábrica de latas, comenzarán a llegar otras, conforme la planta cervecera arranque y se consolide. Sin embargo, hay una interrogante que aún no se ha respondido: ¿Cuenta Yucatán con la infraestructura energética necesaria para cubrir la demanda de este voraz gigante que está naciendo?

En meses pasados, fueron constantes las quejas de varias empresas respecto al desabasto de gas natural en el estado. Varias de ellas, incluso, tuvieron que cerrar sus puertas y mudarse a entidades sin ese problema.

Ante esa problemática, incluso el entonces recién nombrado secretario de Fomento Industrial, Ernesto Herrera Novelo, declaró, en octubre, que el tema energético iba a ser su prioridad. Y, efectivamente, así ha sido.

Con el paso de las semanas, y gracias a gestiones con los mandamases de la federación, los niveles han ido aumentando, hasta una normalización en el abasto. Así lo ha reconocido el líder de los industriales, Mario Can Marín, en ocasiones vocero no oficioso.

Esas acciones, sin embargo, son un parche, una «misión cumplida» a lo Enrique Peña Nieto; una obligación que no se podía desatender. La llegada de la cervecería y sus satélites requiere esfuerzos muchísimos más complicados que reuniones en la ciudad de México. De no tenerse en cuenta la demanda futura, se corre el riesgo de estar erigiendo una galaxia estéril, apagada.

Las industrias del aluminio, entre las que destaca Envases Universal, requieren grandes cantidades de energía para funcionar. La actual infraestructura no está diseñada para alimentar a un troglodita de tal tamaño y glotonería. El anuncio de la llegada de nuevas empresas debe ir de la mano con explicaciones puntuales de cómo se adaptará el estado para que éstas funcionen. La noticia está coja sin esos datos.

[i]Sin City[/i]. La otra gran empresa que planea desembarcar en Yucatán es la alemana Leoni, que fabrica arneses eléctricos de autos. Invertirá de manera inicial unos 350 millones de pesos y comenzará operaciones en 2017 con mil empleos. Leoni eligió Kanasín. Sí, uno de los sitios más conflictivos en materia de seguridad.

Lejos de los clústeres ya establecidos de automóviles en el país, Leoni tendrá que invertir igual en el transporte de sus materias primas y de lo que produzca. Además, tendrá que erogar una cantidad considerable en materia de seguridad.

Es verdad: Yucatán es uno de los estados más seguros del país, pero también aquí hay excepciones, y ciertas zonas de Kanasín son unas de ellas. Los índices delictivos de la zona de traslape son mucho mayores que la media estatal, con un peligroso corredor de giros negros, imán para actividades ilícitas.

Tal vez, más que gastos, la firma germana vea lo anterior como inversiones. [i]La Jornada Maya[/i] ha publicado diversos reportajes sobre el altísimo consumo de agua en la industria automovilística. A futuro, se supone, los recursos hídricos de una región serán uno de sus mayores atractivos.

Reiteramos: la llegada de nuevas empresas al estado hay que aplaudirlas. Pero la ovación debe venir cuando éstas se consoliden y establezcan de manera permanente y se palpen sus beneficios en los bolsillos de las familias yucatecas. Ahí está el detalle.

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