Carta abierta a Santa Claus

Francisco J. Rosado May
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Jueves 27 de diciembre, 2018

Siguiendo la práctica de la carta abierta, que es como una apuesta para que el mensaje llegue a su destino, y aprovechando la temporada decembrina, aquí va la mía para un personaje que sabemos con certeza que sólo existe en el imaginario popular pero que seguimos fomentando para alcanzar diversos objetivos.

Las cartas a Santa —que de alguna forma han hecho pública varias organizaciones, gubernamentales y no gubernamentales— se pueden conocer a través de las varias notas principales publicadas en la última semana en casi todos los medios de comunicación, impresas, visuales, de voz, electrónicas; todas coinciden en un tema: el presupuesto 2019. Hay preocupación por los montos expresados en el proyecto original enviado por el ejecutivo a la Cámara de Diputados. La Cámara de Senadores, con sus jaloneos, ha aprobado, como contempla la legislación vigente, el pre-supuesto (con el guión medio) de ingresos; es decir ya se tiene una muy buena idea de cuanto será el monto total de recurso financiero que se tendrá disponible para 2019, es de 5 billones 838,059.7 millones de pesos.

Primera percepción: para la gran mayoría de mexicanos, incluyéndome, este monto no cabe en su imaginario; para otras personas el monto es enorme y puede alcanzar para muchas cosas; para una minoría el monto no alcanza a cubrir muchos proyectos nacionales, estatales y locales. Es decir, para la mayoría el tamaño de la cobija sí alcanza para todos los proyectos, pero para la minoría, la cobija no alcanza a cubrir las expectativas de todos los mexicanos.

Mi primera petición a Santa Claus es que haga un esfuerzo de educación, para todos, gobierno y sociedad, en materia de planeación.

El pre-supuesto de ingresos y egresos solo tiene sentido social cuando hay claridad en los proyectos y sus alcances que se tienen consensuado, acordado, para ejercer el recurso. Esta es una premisa de trabajo que ha demostrado su éxito en países/sociedades modernas percibidas como exitosas en nuestro planeta. En esas sociedades avanzadas hay una correlación positiva y significativa entre nivel educativo, valores, planeación y ejercicio del presupuesto, y en éstos tres rubros debe prevalecer la calidad.

En la práctica tanto el nivel educativo como los valores se reflejan en la forma y el como se diseña y se exige un presupuesto. Pero aún habiendo una cobija grande, quien o quienes decidan como usarla también deben tener una educación de alto nivel y sólidos valores, principios (no me refiero al principio que priva en el llamado “año de Hidalgo” ni al que se guía por el “el que no tranza no avanza”); sin saber como ejercer recursos con valores y principios adecuados por mas grande que esté la cobija no va a alcanzar mas que para sus bolsillos.

Sin buena educación no se podrán elaborar buenos proyectos para ejercer adecuadamente el pre-supuesto; la consecuencia ya la conocemos, el pre-supuesto siempre falla y se usan muchos mas recursos que el previsto originalmente. ¿Cómo esperar una buena planeación, entonces, para usar adecuadamente el pre-supuesto existente, cuando el nivel educativo que prevalece entre los que lo diseñan no es el adecuado?

La anterior reflexión me lleva a presentar la siguiente petición a Santa Claus. Quienes elaboran el pre-supuesto y lo ejercen, en la enorme mayoría de los casos, son los políticos, ante esta realidad me pregunto ¿Cuál es la educación, los valores y los principios de quienes elaboran y ejercen el pre-supuesto? Ojalá Santa Claus pueda dar información al respecto.

Se entiende que el 2019 será el primero año real, respaldado por un presupuesto, del gobierno federal de AMLO. Se entiende también que existen condiciones que no son las ideales para aterrizar las propuestas de campaña que tuvieron eco entre los votantes y manifestaron su apoyo a través de las urnas. También el pueblo podrá entender que haya la disciplina fiscal que necesita el gobierno federal para cumplir con los compromisos internacionales relacionados con la altísima deuda total externa ajustada, de unos 445,610.2 millones de USD, equivalentes al 37.41 por ciento del PIB interno estimados en el 2º trimestre de 2018 (http://mexicomaxico.org/Voto/DeudaExtMexico.htm), mientras que la deuda neta del sector público federal se ubicó en 10 billones142.6 mil millones de pesos, hasta julio de 2018 (https://www.jornada.com.mx/ultimas/2018/08/30/deuda-publica-de-mexico-es-de-10-billones-142-mmdp-shcp-6992.html).

O sea, de acuerdo con los datos de las deudas, no estamos bien en finanzas como país, pero podemos estar mejor o peor, depende del nivel de educación y de los valores y principios detrás de la planeación y del ejercicio de los recursos.

Como no tengo forma de hacerlo saber directamente a los actores involucrados en el diseño del pre-supuesto y su uso, acudo a Santa Claus para que se lo haga saber a quien corresponda, aunque de antemano sé que Santa Claus es un personaje que solo está presente en nuestro imaginario. ¿Vale la pena soñar para tener un punto de partida diferente al que estamos acostumbrados cada año en el que se pide y se pide recursos sin planeación adecuada y sin ejercicio adecuado? ¿Vale la pena soñar para que la planeación y el ejercicio sean ambos guiados por educación, valores y principios de alto nivel? ¿Cuantos libros al año leen los políticos que diseñan y/o ejercen el pre-supuesto?

Buena suerte, Santa Claus. Espero que el próximo año, para el diseño del presupuesto 2020, ya hayas tenido éxito atendiendo mi carta de este 2018.

[b][email protected][/b]