Vienen pruebas de supervivencia

Jhonny Brea
Foto Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Viernes 23 de noviembre, 2018

¡Lo logramos, amigos! Conseguimos salir del Buen Fin con daño mínimo a la cartera. Digo, a fin de cuentas La Xtabay me consiguió una batería de cocina y dos pares de pants, según ella para que empiece a cocinar más saludable y esté un poco más cubierto mientras hago ejercicio, ahora que están los meses de heladez. Terminé pagando casi mil 200 pesos; es una herida en la quincena que tarda un mes en sanar, sobre todo que ya se ve el cambio de gobierno en el horizonte y a todos nos va a ir mejor en esta cuarta transformación, ¿verdad que sí?

Tal vez fue percepción o todos estuvieron en otro lugar este pasado fin de semana. Lo cierto es que mi visita al súper fue bastante tranquila. Nada de empujones, ni estacionamientos llenos. La verdad no sé si todos se fueron a Xmatkuil o simplemente andamos iguales, viendo cómo todo a nuestro alrededor se conjura para hacer fracasar la Estrategia Integral de Defensa de la Quincena. Hoy, me pueden echar la culpa de que no contribuí a mover la economía, y aclaro que es porque las fuerzas del mercado se empeñan en que la mía sólo se mueva hacia abajo.

El lunes ya había lavado mis ollas y sartenes nuevas y me disponía a estrenarlas preparando una pasta a la bolognesa –ustedes saben, las labores propias de mi sexo– cuando La Xtabay me jaló del delantal para preguntarme qué iba a hacer hoy viernes, porque según ella iba a tener asueto con motivo del Día del Hombre.

Por supuesto, contesté que mi trabajo no está en el Congreso de Quintana Roo, donde en lugar de promover que los hombres cuiden su salud (que ese es el motivo real del día), les declararon en viernes social, mientras el resto de los mortales, simples machos omega grasa en pecho, espalda peluda, nalga de catarata, abdomen de lavadora y bebedores de cerveza light, seguimos en las mismas. Y qué bueno, porque cuando hay un día inhábil me inventan qué hacer y la gama de posibilidades es muy amplia.

Y a pesar de eso ando vigilado. Alguien le metió en la mente a mi domadora que en realidad tengo el día de descanso y voy a aprovechar para ir al Centro de Atención Natural y Terapia Integral de la Neurosis Ansiosa (Cantina) y verme con los compañeros que padecemos de ese trastorno, pero de verdad, hay trabajo.

Y acá entre nos, la perspectiva de fin de año sigue siendo algo incierta, especialmente para mi bello cuerpecito. Como ya se imaginarán, los pants que me seleccionó La Xtabay, y yo terminé pagando, implican más disciplina en el gimnasio, ese lugar en el que uno paga para que lo torturen. Por lo pronto me propuso que me una al reto de efectuar 100 sentadillas al día durante un mes. Ya cumplí la primera semana y siento que mis piernas están inflamadas y duras. Ese ha sido el efecto de los calambres. Ando tomando paracetamol y naproxeno cada 12 horas.

“Es por tu propio bien, Jhonny”, pretende consolarme durante las noches, “ya sabes que viene la temporada navideña y se eleva el riesgo de que aumentes de peso”.

No sé por qué pero tengo la sensación de que pretende colocarme como especie en peligro de extinción, porque el plan de dieta y ejercicio sólo aplica para mí. Tendré que consultar si no estoy sufriendo alguna variedad de violencia intrafamiliar.

[b]Macho omega que se respeta[/b]

Lo que se me olvidó verificar en El Buen Fin fue si había ofertas en burros de planchar. Algo hicieron mis rapaces que zafaron la palanca para ajustar la altura y ya no se puede mover. Ni modo, mientras a planchar en alto, lo que cansa más el brazo.

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