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La Jornada Maya
Ilustración: Marco Antonio León Diez

Jueves 4 de octubre, 2018

El día Aj es propicio para:

Pedir protección para el hogar, para los cultivos y plantas. Es un día propicio para pedir por el buen tiempo. Para pedir por el triunfo sobre lo negativo, para pedir por el resurgimiento de la naturaleza, pedir por la purificación del ambiente y por la armonía para nuestro espacio sagrado, para pedir la renovación de nuestras energías.

Día para pedir por la salud de los niños, para que el jefe de familia cumpla con sus obligaciones, para no tener dificultades con la comunidad, y para darle firmeza a nuestros propósitos.

El cañaveral y la milpa simbolizan la fuerza y el poder. Significa abundancia, renacimiento de la naturaleza para armonizarse con los hombres, es el retoño de la vida. Es el canal de unidad que conecta las energías cósmicas y telúricas.

Simboliza el primer rito de la abuela, I’xmukane (mujer serpiente) ante el cañaveral, en donde lloró para que retoñara la señal de vida de Jun Ajpu e Ixb’alamkej (los dos héroes gemelos vencedores de la negatividad), que estaban vivos en Xib’alb aj (inframundo). Es el triunfo sobre la maldad. Son los horcones de las casas o los pilares de la fuerza. Es el bastón sagrado que simboliza la autoridad terrenal y espiritual, es el triunfo de la vida sobre la muerte. La abundancia del cañaveral es el símbolo de la comunidad, la dulzura de saber acrecentar compartiendo. El retorno al hogar, el lugar del origen, el sagrado Tab’al (lugar sagrado donde se realizan las ceremonias), el lugar de convergencia y de manifestación de las energías superiores.

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