Ramón Ramírez, memoria del 68

José Ramón Enríquez
Foto: Portada
La Jornada Maya

Miércoles 26 de septiembre, 2018

Tan pronto como en febrero de 1969, el maestro Ramón Ramírez Gómez, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, ya tenía acabado y lo entregaba a la imprenta un libro que hasta la fecha es fundamental para entender lo que ocurrió entre julio y diciembre de 1968. Lo preparó “bajo el recuerdo de los sucesos del 2 de octubre, masacre colectiva que no olvidarán la presente y futuras generaciones de México”. Y tenía razón. Lo ocurrido en la Plaza de las Tres Culturas cambió el país de muchas formas, sobre todo desenmascarando la supuesta bondad del paternalismo estatal y heredando el espíritu crítico a los estudiantes del futuro.

También tenía razón en cuanto a la urgencia de documentar puntual, si no exhaustivamente, el Movimiento porque la campaña de desinformación y calumnias de las autoridades nunca ha dejado de funcionar. Mientras que, por la otra parte, los testimonios de los estudiantes tenían necesariamente que ser subjetivos porque se trató de un movimiento plural y diverso. Las magníficas crónicas de Elena Poniatowska ([i]La noche de Tlatelolco[/i]) y Carlos Monsiváis ([i]Días de guardar[/i]), así como la también magnífica novela de Luis González de Alba ([i]Los días y los años[/i]), por ejemplo, se publicaron más tarde y ni abarcan ni pretenden abarcar el mosaico complejo y plural que fue aquel semestre mexicano de un año axial para el mundo entero.

Ramón Ramírez entendió esa complejidad y esa pluralidad desde antes de terminar el 68. Lo entendió aun antes del fin de la huelga y, por tanto, de que formalmente se auto disolviera el CNH (Consejo Nacional de Huelga) el 6 de diciembre, y se entregó a documentar de la mejor manera posible el Movimiento.

Ediciones Era publicó en dos volúmenes el libro al que han vuelto durante 50 años la mayor parte de los historiadores, los comentaristas y aun los protagonistas. Y las regalías las destinó a los jóvenes presos políticos.

Ramón Ramírez explica que su libro “fue estructurado en tres partes; en la primera se hace un análisis del movimiento; la segunda es la cronología del mismo divida en ocho etapas; y la tercera parte no tiene más valor que el documental”. Esta tercera parte ocupa el segundo volumen y a 50 años de distancia resulta imprescindible. Como imprescindible es la puntual cronología que ocupa más de 400 páginas del primer volumen.

Por la inmediatez de los hechos era obligado un análisis provisional de lo ocurrido. Por ello la primera parte es la que ha sido más discutida e, inclusive, rechazada por algunos historiadores o protagonistas de los acontecimientos. Se requería una cierta lejanía para poder afinar las herramientas analíticas pero Ramón Ramírez no tuvo tiempo de hacerlo porque murió dos años después de haberse publicado su obra. Para mí esta primera parte resulta entrañable porque muestra al refugiado español, luchador social, comunista y comprometido con todas las causas justas, al que conocí desde que yo era un niño.

Así como hay muchísmas notas al pie de página que refieren a su memoria del 68 no he encontrado prácticamente ninguna que se refiera a él y le rinda el homenaje merecido por lo que fue un enorme esfuerzo y que hoy sigue resultando material necesario. Por ello quisiera recordar aquí a ese manchego, como mi padre, fundador de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza, a la que también perteneció mi padre, ambos tanto en España como en su exilio mexicano.

A 50 años del 68 saludo a aquel comisario del Ejército del Ebro que llegó a México en el Sinaia y aquí buscó aportar para que no se perdiera la memoria de un movimento que lo conmocionó como al país entero.

[i]Mérida, Yucatán[/i]
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