La cuarta revolución industrial

Jorge Carlos Canto Esquivel
Foto: Hannover Messe
La Jornada Maya

Martes 21 de agosto, 2018

En este proceso de la revolución digital que nos proporciona el amplio concepto de Industria 4.0, la conectividad entre los seres humanos ha acortado distancias, disminuido tiempos y reducido intermediarios en la cadena de suministro. Se han construido nuevas soluciones a estructuras establecidas haciéndolas más eficientes.

Por otro lado, estas mismas tecnologías han permitido la creación de nuevos modelos de negocio donde la colaboración para la generación o distribución de la riqueza permite una dinámica ágil y directa. Colaborar entre las personas y la tecnología ha generado estos diferentes modelos de negocio de hoy en día.

La economía colaborativa está apareciendo como base para modelos de negocio que permiten prestar o rentar productos y servicios que se encuentra subutilizados por las personas. Por ejemplo, a los que nos gusta realizar tareas en casa con herramientas de un costo considerablemente elevado, ya sea un taladro, una podadora de pasto o cualquier herramienta especifica para una actividad poco cotidiana, nos da por adquirirlas, incluso a crédito. Este activo tiene una utilización de un diez por ciento en un mes o bien una vez al año, otras veces nunca se vuelve a usar. Esa subutilización del activo adquirido si lo consideramos económicamente, representaría un alto costo para el consumidor, si usamos un taladro una vez, ese uso se traduce en el costo total del taladro. Sin embargo en vez de adquirir el activo y subutilizarlo lo prestara a quien sé que lo tiene y le proporcionara una cantidad considerable al uso, el costo para el consumidor sería mucho menor. La economía colaborativa a aplicado esta lógica en autos, recamaras vacías, ropa de gala, espacio en transporte de productos e incluso en mascotas, y lo ha hecho gracias a la conectividad que han permitido las tecnologías de la información.

En nuestro Estado se han presentando ya múltiples casos de empresas que están prestando servicios y ofreciendo productos en modo colaborativo, esta de más mencionar ejemplos de empresas que te brindan servicio de transporte con autos y choferes privados, de misma forma hemos aprovechado empresas para alojarnos en habitaciones de casas que se encuentran disponibles para el acceso de turistas con los servicios y comodidades de un hotel con la calidez de un hogar. En otras latitudes se han visto ejemplos de empresas transportistas que establecen sus rutas de viaje y ofertan el espacio vacío de los camiones para “aprovechar el viaje” y reducir el costo de fletes pequeños, empresas que comunican a las personas para prestamos de ropa elegante disminuyendo el espacio ocupado del armario y disminuyendo el costo de un guarda ropa nuevo para cada evento al que estamos invitados. Existen ideas de negocio con base a la economía colaborativa donde se conecta a guías de turistas, hobbistas, expedicionarios para ofrecer la experiencia a otras personas locales y extranjeras, o bien una persona que disfrute de la compañía de mascotas pero que no cuente con el tiempo suficiente para cuidar una brindándole la calidad de vida y compañía que estas requieren se involucran en plataformas donde los dueños de mascotas que quieren que sus mascotas tengan cariño o tiempo de esparcimiento en el mayor tiempo posible las ponen a disposición de estos usuarios, a cambio de un pago significativo.

Pero, ¿Cuál es la ingrediente común en estos modelos de negocio? Los modelos de economía colaborativa se encuentran basados en la confianza ya que no existen contratos, sino políticas de uso, no existen leyes que precisen que pasará si el prestador del servicio falla o bien el usuario hace mal uso de este, por lo que tanto consumidor como proveedor tendrá que confiar en el otro. Las diversas plataformas tienen un espacio para calificar al proveedor del servicio y de misma forma al usuario, así cada uno podrá valorar si consume e incluso si renta. Es decir, ahora también a los consumidores nos están evaluando.

Esta tendencia esta cambiando la economía, la cultura y la sociedad; si bien todavía no representa un riesgo para los grandes corporativos y emporios económicos, si están compartiendo una buena tajada del pastel. El consumo colaborativo presenta una relación ganar-ganar para ambas partes de la transacción económica, distribuye la riqueza y permite la colaboración entre personas que pueden intercambiar o rentar entre ellas aprovechando de mejor manera sus compras, sus activos.

En Yucatán se han generado iniciativas interesantes de estos modelos de negocios creadas por jóvenes, muchas veces usadas y proporcionadas por ellos mismos, al mercado de mayor edad le ha costado más trabajo “confiar” en el uso de estas plataformas que principalmente se presentan en forma de aplicaciones móviles, debido a que no existe tanta confianza en esta forma de “contratar” servicios, fuimos educados con la idea de acumular en vez de compartir. Aunque la economía colaborativa no es exclusiva de una generación el fenómeno se presenta de esta forma.

Todavía existen retos interesantes para estos modelos de negocios, principalmente la de regular los diferentes aspectos de este modelo de negocio, considero que el reto más importante será el de distinguir la delgada línea entre regular y prohibir.

Esta cuarta revolución industrial, la industria 4.0, nos está obligando a participar colaborativamente entre las disciplinas tecnológicas, económicas, logísticas, culturales y sociales, ¿Estaremos listos? ¿Qué opinas? Colaboremos juntos.

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