Reorganizar para la paz y la salud: Kofi Annan,1938-2018

Ángel Rivero Palomo
Foto: Afp
La Jornada Maya

Martes 21 de agosto, 2018

En días pasados Kofi Atta Annan, secretario general de las Naciones Unidas entre los años 1997 y 2006 dejó de existir en su casa de Berna, Suiza como resultado de una corta enfermedad luego de una vida entera dedicada a la diplomacia internacional y en cuya carrera destacó como punto más alto el haber recibido el Premio Nobel de la Paz en 2001 de manera conjunta con la institución internacional que encabezaba.

Nacido en la República de Ghana en 1938, la vida de Annan transcurrió de manera intensa en la arena de lo internacional de manera ininterrumpida desde 1962, año en el que se incorporó a la Organización Mundial de la Salud, dependiente de la Organización de las Naciones Unidas. Desde ese punto su vida y su historia estuvieron ligadas a esa institución, hasta su retiro en diciembre de 2006 y el establecimiento de la fundación que lleva su nombre.

Formado originalmente en estudios económicos y gerenciales en la Universidad Macalester de Minnesota y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos y después de concluir sus estudios de posgrado en el Instituto de Estudios Superiores Internacionales y del Desarrollo en Suiza su trayectoria estuvo marcada por grandes responsabilidades que lo llevaron a ganarse la confianza de los distintos líderes de la ONU y recibir asignaciones como ser encargado de negociaciones de paz en Yugoslavia .

Su llegada a la Secretaría General de la organización coincidió con el fin de la administración de Boutros Boutros-Ghali al frente del organizado internacional más importante del mundo. Al ser declinada la posibilidad del diplomático egipcio de ejercer un segundo periodo de gestión, Annan fue electo en 1997 para dicha posición. Se convertiría así en el primer miembro del Staff de la Organización en ascender de manera interna a secretario general y sería ratificado para un segundo término. Lo anterior supuso que el liderazgo de la ONU se mantuviera en manos de funcionarios africanos por tres términos consecutivos.

Al ser cuestionado sobre cuáles consideraba habrían sido los más grandes aciertos de su larga carrera internacional, Annan declaró que la mayor satisfacción de su vida había sido haber impulsado desde la ONU los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que incluyeron metas relativas a la reducción de la pobreza extrema, la reducción de la mortalidad infantil hasta frenar la propagación del SIDA y garantizar el acceso a una educación primaria. Parece difícil de creer, pero hasta ese muy reciente momento de la historia no se habían implementado políticas internacionales tan extendidas de contención de la pobreza desde una perspectiva y metas globales.

El Premio Nobel compartido en el año 2001 significó para Kofi Annan un reconocimiento internacional a su esfuerzo por renovar desde dentro la estructura y funcionamiento de la Organización; además de sus tareas de garantizar la paz y mediar en los conflictos internacionales se reforzaba el componente del trabajo humanitario y de la salud y contención de pandemias como la del SIDA desde las organizaciones y financiamiento mundiales. Sus palabras de la época reflejaron entonces esas ideas: “El papel de las Naciones Unidas en el Siglo 21 debe ser poner a la gente en el centro de todo lo que hacemos. Nada es más noble y no hay responsabilidad mayor que mujeres, hombres y niños de ciudades, y aldeas de todo el mundo mejoren sus vidas”.

Las biografías de los grandes personajes muestran, si están bien escritas, también sus momentos de duda y sus errores. A un lado de la larga lista de acciones positivas de Annan durante su carrera en la ONU llegaron a trascender señalamientos de falta de acciones contundentes para intervenir a tiempo y de manera contundente en 1994, cuando fungía como coordinador de las Operaciones de las Fuerzas de Paz de la ONU y el conflicto étnico en Ruanda derivó en el genocidio del 75 por ciento de la población Tutsi.

La vida y dedicación al trabajo internacional de Kofi Annan son un gran ejemplo de vida y esfuerzo por trabajar en pro de la humanidad a lo largo de décadas en las más altas esferas de la vida pública internacional. No cabe duda de que el mundo de hoy es diferente y mejor gracias a sus ideas y acciones.