México, tarea de todos

Normando Medina Castro
Foto: Jesús Cámara Ríos
La Jornada Maya

Jueves 26 de julio, 2018

La transformación de México es tarea de todos los mexicanos, no basta con el voto otorgado con amplitud al Movimiento de Regeneración Nacional que, definitivamente, tendrá que gobernar con apego a los valores democráticos y a la ética. No existe ninguna fórmula mágica para lograr los cambios necesarios y urgentes con miras a erradicar la corrupción y la impunidad de la función pública sin la participación ciudadana.

Devolverles la salud a nuestras instituciones es un asunto prioritario para todos los mexicanos, porque es imposible alcanzar una sociedad más justa e igualitaria con instituciones enfermas que no cumplen los fines para los cuales existen.

En esta etapa de la búsqueda de la transformación de México es importante que los mexicanos cerremos filas y privilegiemos la unidad que nos fortalece sin que eso signifique sacrificar voces discordantes o pretender imponer alguna fuerza que no sea la de la razón y el estado de derecho.

Muchos actores políticos y sociales todavía no salen del shock que les produjo el resultado contundente de las elecciones del pasado primero de julio y en su desconcierto abonan poco ó nada a la fortaleza nacional.

Resulta penoso que algunos mexicanos apuesten al fracaso y al debilitamiento del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, sin comprender todavía que lo eligió de manera clara e inobjetable la gran mayoría de los mexicanos, al grado tal, que ni sumando todos los votos obtenidos por el PAN, PRD, MC, PRI, PVEM, PANAL y el candidato presidencial sin siglas –penosamente no independiente- alcanzan la cantidad de votos obtenidos por el político tabasqueño.

No entienden que la elección ya terminó. Hay que apostarle a México. En esta etapa y en cualquiera, las voces críticas, las voces discordantes son importantes y fundamentales para la democracia. Pero hay que distinguirlas de revanchismos que en nombre de la democracia no cesan de verter su amargura y la propalan como si fueran verdades. Festejaron la multa que el INE impuso a Morena por el fideicomiso “Por los demás” y especularon sesudamente todo tipo de consecuencias funestas para el virtual presidente electo de todos los mexicanos, como si eso beneficiara a México. Luego no ocultaron su desilusión cuando el Presidente del INE, Lorenzo Córdova salió a aclarar que el INE no comprobó el uso electoral del fideicomiso morenista y por lo mismo en ningún momento se puso en duda el resultado de las elecciones.

¿Cómo entender y justificar a los mexicanos que, incluso apostaban a que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, saliera con alguno de sus aspavientos en contra del Presidente electo de México? Incluso difundieron sesudos análisis al respecto. Casi amarraban navajas. Todo para sufrir otro revés y una nueva desilusión cuando el mandatario estadunidense manifestó su apoyo y complacencia por López Obrador a quien se refirió públicamente con respeto: “conversé con él por largo tiempo en una llamada. Hizo un gran trabajo. Un voto tremendo. Tienen mucha confianza en él en México y eso es bueno. Estamos hablando de hacer algo espectacular y muy positivo para ambos países”.

La refundación de los que eran los principales partidos políticos de México, PRI, PAN y PRD difícilmente será democrática con los mismos notables de siempre que, sólo buscan mantener su hegemonía personal y de grupo. El PRI con Claudia Ruiz Massieu como Presidente camina en la dirección que marca su propio destructor, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, padre y empoderador de la tecnocracia y el neoliberalismo empobrecedor, enemigo de la democracia y justicia social del priísmo de antaño. Otro salinista, Rafael Moreno Valle, busca afanosamente la dirigencia nacional panista. Y no es extraño. La cercanía de ambos partidos la cultivó ampliamente Salinas de Gortari y siempre ha tenido en su amigo y aliado Diego Fernández de Cevallos un operador leal. Sin embargo, ya levantó la mano para contender por la dirigencia nacional del PAN, el combativo y prestigiado senador Francisco Búrquez. El PRD con la hegemonía de los Chuchos parece condenado a desaparecer luego del tremendo desgaste sufrido en el pasado proceso electoral.

En Quintana Roo el mapa político cambió drásticamente con la irrupción de Morena y los resultados obtenidos en los comicios del primero de julio. Sin presidente de la república y sin gobernador emanado de sus siglas, el PRI tocará fondo en los próximos meses. Con una severa crisis de credibilidad, deudas, crisis financiera y sin liderazgos a la altura de las circunstancias, el PRI quintanarroense se convertirá en franquicia que será disputada por los poderosos. Alguien de entre los poderosos ya está dando pasos sigilosos para hacerse del PRI con miras a los procesos electorales del 2019 para renovar el Congreso del Estado, pero sobre todo, el de 2022 donde se elegirá gobernador.

Sólo la acción concertada de la militancia priísta y los liderazgos genuinos, más allá de sus notables y poderosos, puede darle a ese organismo político la pertinencia y el rumbo que ha perdido.

Lamentablemente desde todos los puntos de vista la ejecución del periodista Rubén Pat, quien era director del semanario playa news y fue ultimado la madrugada del martes en un céntrico bar de Solidaridad. Apenas el 29 de junio fue ejecutado en un bar de Felipe Carrillo Puerto, el periodista José Guadalupe Chan, colaborador del mismo medio de comunicación. Los cuestionamientos por ambos crímenes son locales, nacionales e internacionales. La preocupación es generalizada. La respuesta institucional debe ir más allá de lamentaciones, justificaciones y buenos deseos, sobre todo por los antecedentes del asesinato de Rubén Pat que expone la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos al condenar los hechos mediante un comunicado. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.

¡¡¡Hasta la próxima!!!

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