La salida de La Xtabay

Jhonny Brea
Foto: Twitter @LeonesOficial
La Jornada Maya

Miércoles 27 de junio, 2018

“Bueno, ya viste el futbol, ahora me toca ir con mis amigas al Kukulcán a gustar”, me cantó La Xtabay ayer, pese a la derrota de que los Leones sufrieron en Monterrey a manos de los Sultanes.

Acá entre nos, déjenme contarles que mi adorada es bastante aficionada a los deportes; conoce de historia del boxeo, futbol americano, gimnasia olímpica, natación, y no se pierde las transmisiones de los grandes eventos como los Juegos Olímpicos de verano y de invierno. Eso sí, lo que no aguanta es a los narradores de futbol “normal”; y tiene un grupo de amigas con las que comparte esas aficiones. Cada una de ellas, fuera del ámbito deportivo, es una persona fantástica, pero juntas, en un estadio, son capaces de hacer que uno se sonroje.

Alguna vez les conté que cuando La Xtabay ordena ir a la zona de General hay que tenerle miedo, especialmente con sus poderosísimos binoculares que consiguió en la zona libre, pero creo que en México califican como de uso exclusivo del Ejército, y que apunta hacia la región glútea de los jugadores. En eso se parece mucho a mi suegra, doña Ixchel, que en la postemporada de 1984 saltó la barda del jardín central como para unirse al festejo por la barrida a los Diablos, pero su verdadera intención era apretarle las nalgas a Ray Torres. Estuvo a punto de lograrlo, de no ser porque se le fue un zapato en el pasto y se le torció el tobillo derecho; lo tuvo inflamado 15 días.

Como se podrán imaginar, cada que el grupo femenino se organiza, las respectivas parejas nada más asentimos, preparamos la cartera para pedir la cena de los niños, y en mi caso particular nada más pido que me traiga una torta de Manolos. Por supuesto, le paso el dinero correspondiente. La última vez que fuimos en contingente mixto, Rubén Sierra se nos quedó viendo con cara de pocos amigos porque una de “las chicas” le gritó algo así como “¡negro, te quiero hacer puch!” Obviamente, los varones, como buenos machos omega, grasa en pecho, espalda peluda, nalga de burócrata, abdomen de lavadora y bebedores de cerveza light, lo que hicimos fue llamar a La Huera para que llenara de piedras a las amigas y pedir más bebidas. Uno no está tranquilo cuando un sujeto de dos metros y brazos más grandes que las piernas que uno tiene, se le queda viendo con un bate entre manos.

Posiblemente las verán en el partido. Van orgullosas, con el jersey rosa de los Leones, porque aunque conocen muy bien el juego, ante todo son locales. Y cada una tiene su favorito entre los jugadores; una está encantada con las piernas del Cacao Valdez, otra con el derrière de José Juan Aguilar; una más con Sebastián Valle, y no falta la que le echa porras al Pepón Juárez y le grita que “enseñe el power”.

Por lo pronto ya me programé mentalmente. Al rato pasarán por ella y me va a decir “ya me voy. Seguramente tú te vas a quedar a ver a las hueras que enfocan en TDN y Sky. ¿Ya le hablaste a tu compadre El Gallo para que traiga botana?”

Y mi respuesta será, “nada de eso, corazón. Ya sabes que hay compras de pánico por la ley seca. Además tengo varias camisas pendientes de planchado. Tú sabes, las labores propias de mi sexo”, y marchará sonriente, asegurándome que se va a divertir.

En fin, si no les gusta el futbol, otros deportes llenarán sus gustos.

[b]Macho omega que se respeta[/b]

La bioserie de Luis Miguel, de plano ni que resulte que los extraterrestres se llevaron a su mamá la pienso ver. En cambio la de Chico Che, nomás que llegue el lunes la empiezo. Ya está en la agenda.

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