Anaya y la metáfora del injerto

José Luis Preciado
Foto: Captura de pantalla
La Jornada Maya

Lunes 25 de junio, 2018

¿Por qué de pronto se frenó el joven promesa Ricardo Anaya?... Con perdón de los jóvenes, quizás sea por eso.

El injerto da poca sombra ocupa un reducido espacio y ha sido obligado entre poda y joda a dar frutos en tiempo récord; misión cumplida parece decir en cada explosión de naranjas, sin embargo acude al fondo de sus raíces y revisa su destino; ¿por qué no soy nido de aves o refugio del sol para las personas que buscan sombra?

Les prometo, Ricardo Anaya me gustaba para que fuera ese árbol frondoso, una permanente casa verde de aves canoras y cobijo fresco de las personas que buscaban su refugio y sombra, con el tiempo crecerían sus ramas, fortalecería sus raíces, incitaría a filósofos e ideólogos bajo esa sombra y se construiría una nueva camada de gente pensante y de estirpe derechista que diera respuestas serias a los problemas del país, sin embargo me equivoque, -me ocurre cada vez más seguido- la realidad me abofeteó fuerte, a Ricardo Anaya le ganó lo injerto, creció escasos metro y medio y parió los frutos tempranos que hoy saben amargos, el proyecto de árbol allí quedó.

El tercer debate me mostró a ese Anaya reducido: “Andrés, te has convertido en lo que tanto criticabas, como los del PRI, ya tienes también a tus contratistas favoritos, así que te pido que respondas sin chistes ni payasadas”; ¿si o no?... allí vimos la imagen de un joven lleno de coraje y soberbia, apuntando con dedo flamígero y castigador a un señor de la tercera edad, que se vio sorprendido por ese balazo, Andrés apenas alcanzó a balbucear, “yo no soy corrupto como tú”.

A lo que Anaya contraatacó, “¿si te lo demuestro, renuncias a la candidatura?” La imagen difundida, las palabras fuertes empleadas por Anaya, fueron tomadas por mucha gente como un gesto insolente de un joven atacando a un viejo y México que no entiende de razones se llenó de sentimientos encontrados, miró de reojo a Ricardo: el estudiado, el culto, el sabe idiomas, el estructurador de debates, convertido en un soberbio y altanero, allí se generó un cambio.

Otras frases desafortunadas surgieron de boca del joven Anaya: “tu problema, Andrés, no es que seas viejo, tu problema es que no entiendes al mundo”. Eso les pega a los que no fuimos a las escuelas más famosas del mundo, que no hablan inglés o francés, que no tienen vagancia y que no son tan listos como Ricardo.

Esta metáfora tiene a otros personajes que colorean la escena: Jaime Rodríguez, [i]El Bronco[/i], quien pide con ternura resolver el asunto: “Dense un beso”; Meade cree en la selección mexicana y en su técnico Osorio, al final de cuentas el ya es un árbol maduro y en el papel de moderadores, están los leñadores del bosque. Me agrada más la idea de que esto sea un bosque y no La Granja de Orwell.

[b]Posdata[/b]

La política es de gestos, símbolos, raigambre, si se le quiere añadir la palabra estirpe cabe bien; por ello no se entiende la capitulación del PAN ante la plaza grande de Mérida, era enteramente de ellos y se la dejaron sola a Joaquín Díaz Mena, Huacho, y a Morena, quien aprovecha el regalo de sus ex amigos los azules y la tomará este martes junto con Andrés Manuel López Obrador, el probable presidente de este país, Juntos Haremos Historia, ¡válgame dios con estos muchachos pintados de azul!, prefieren cerrar campaña en la zona norte de la ciudad, en el Coliseo Yucatán, carente de símbolos e identidad y abandonar la Plaza Grande, dejando a Huacho y al Peje como los nuevos símbolos políticos de Yucatán y el país. Aquí cabe aquello de que la política se hace con dinero del rico y con los votos del pobre, es decir, a la inversa de como se barren las escaleras.

¿Cuándo aprenderán a ser árboles en lugar de injertos? ¡Ay!, esa maldita prisa juvenil por llegar a ocupar una candidatura o cargo público, sin saber luego qué hacer allí.

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