Carlos Águila Arreola
Foto: Afp
La Jornada Maya
Cancún, Quintana Roo
Lunes 3 de abril, 2017
Durante los meses de noviembre y diciembre pasados se distribuyeron centenas de bultos de semillas de soya transgénica en los poblados de Solferino y Chiquilá, puerto de acceso a la ínsula de Holbox, pese a los esfuerzos de las autoridades del sector por mantener a salvo de la devastadora peste al norte de Quintana Roo.
La activista Alejandra del Castillo Alfaro lamentó que se estén recibiendo las semillas de Monsanto: “Ya llegaron acá y las están sembrando en Solferino, Chiquilá y Kantunilkín”, cabecera del municipio de Lázaro Cárdenas, uno de los tres más abandonados, junto con los de Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, que conforman la zona maya de la entidad.
En entrevista con [i]La Jornada[/i], la especialista en mamíferos acuáticos, ex entrenadora en Dolphin Discovery e Xcaret, comentó que todavía el año pasado se entregaron costales a la población aprovechando la necesidad de la gente.
“Lo que pasa es que cuando alguien llega y regala cosas, despensa y semillas, obviamente que la gente tiene hambre, hay mucha pobreza y la gente recibe lo que viene de ayuda”, señaló Del Castillo Alfaro.
Comentó que hay también comunidades, como San Ángel, El Ideal y El Tintal, que forman parte de las 36 que hay en el municipio norteño, en las que se está intercambiando la semilla: les piden sus semillas. “El año pasado vino Monsanto a dejar semillas, y se le advirtió al ejido, pero aún así todos pasaron por su costal y a firmar, como robots, en Kantunilkín y Chiquilá, donde se distribuyeron los últimos costales de Monsanto; qué pasa, erosiona la tierra después de unos años, pero les valió”, dijo Alejandra del Castillo.
En tanto, las comunidades mayas del poniente de Bacalar esperan la resolución de la Corte (SCJN) sobre la solicitud de amparo para derogar el permiso que otorgó la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para siembra de soya transgénica en sus comunidades.
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