Tiburón ballena, el pez más grande del mundo

Rhincodon Typus / TIBURÓN BALLENA 

Nombre científico: Rhincodon Typus 

Clasificación: Especie vulnerable 

Alimentación: Plancton, así como pequeños crustáceos y peces 

Medida: de 12 a 20 metros de longitud 

Longevidad: Alcanzan hasta los 100 años de edad

El tiburón ballena (Rhincodon typus) es el pez más grande del mundo y llega a vivir hasta 100 años; sin embargo, se encuentra en la lista roja, calificado como una especie vulnerable, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Esta especie es muy común en el Caribe Mexicano, principalmente al norte de la península de Yucatán.

“Se le ve principalmente al norte del Caribe Mexicano, en la isla Contoy, Isla Mujeres, Holbox, cerca de Cabo Catoche en aguas profundas, en el Golfo de California, así como en algunas partes del Pacífico. El avistamiento en Quintana Roo se da por la alta productividad planctónica provocada por el corriente que tenemos de Yucatán, al chocar con el talud continental, lo que causa una sobresaturación de nutrientes, convirtiéndolos en un área de gran actividad biológica, que permiten el arribo de esta especie”, compartió la bióloga Graciela Saldaña.

Se estima que el tiburón ballena habita la tierra desde hace 60 millones de años, mide de 12 a 20 metros de longitud, es una especie de elasmobranquio orectolobiforme, único miembro de la familia Rhincodontidae y del género Rhincodon, por lo que su nombre científico es Rhincodon typus.

Si bien es una especie dócil, no es de la familia de los delfines, ni siquiera es mamífero, se trata de un ovíparo, pero sus huevos se desarrollan por completo dentro de la madre hasta el momento del nacimiento. Se caracteriza por tener un cuerpo muy alargado, con una coloración entre gris o azul oscuro en el dorso, con manchas circulares y líneas horizontales, lo que originó su nombre local: Dominó.

Su alimentación, destaca la bióloga, es por filtración, carece de dientes, por lo que el agua entra directo a la boca, pasando por filtradoras internas que tienen presas pequeñas y se expulsa a través de hendiduras branquiales, siendo el plancton su principal alimento, así como pequeños crustáceos y peces.

Se calcula que sólo existen alrededor de 7 mil tiburones ballena en todo el mundo. En el Caribe Mexicano los reportes de avistamiento van de 170 a 400 por día, sin embargo, en 2019 se tuvo una caída en esta cifra, pero ahora luego de dos años se ha tenido nuevamente un crecimiento y tan sólo en agosto de 2022 el promedio fue de 350 ejemplares identificados.

Fue en 2008 durante una conferencia internacional del tiburón ballena en Holbox, donde se definió el 30 de agosto como el Día Internacional del Tiburón Ballena.

El objetivo de este día es promover, conocer, proteger y conservar la especie, al ser calificada como vulnerable, por ello el decreto de avistamientos, que va del 15 de mayo al 15 de septiembre, cuidándose la Reserva de la Biósfera del Tiburón Ballena, al norte de las costas de Quintana Roo.

El tiburón ballena suele buscar las condiciones propicias para desplazarse y poder sobrevivir, identificando la temperatura ideal para sus recorridos, como parte de sus procesos anuales. Por tratarse del pez más grande del mundo, son pocas las amenazas que encuentran en su hábitat, sin embargo, el cambio climático y el abuso de los seres humanos se han convertido en su principal enemigo.

De allí que una de las principales recomendaciones que se hacen en el Caribe Mexicano, especialmente para los turistas que adquieren algún tour para nadar cerca de ellos, es evitar el uso de bloqueador solar, porque contiene sustancias que no solamente daña a los arrecifes, sino también las condiciones ideales de hábitat para estas especies marinas.

“Mucho se dice que una de sus amenazas son efectos del cambio climático, que puede afectarles el que la temperatura pueda ser mayor a la que tienen en este momento dentro del lugar en donde ellos están circulando. Y lo principal son los riesgos que tenemos de los químicos que tienen en las aguas residuales que no son tratadas, principalmente por desarrollos”, agregó la bióloga. 

Cualquier contaminación que se pueda generar en los ecosistemas, como el marino, pueden afectar estas especies y algo que es muy importante es que se deben buscar las estrategias para conservarlas, mantenerlas y evitar los descensos en sus visitas o la muerte a su llegada por causa de los seres humanos. 

Incluso, algo con lo que se ha luchado desde hace años tanto en Holbox como en Isla Mujeres, es contra la presencia de tours clandestinos, organizados por vendedores de paquetes turísticos que además de no contar con los permisos, tampoco cumplen con los reglamentos estipulados para la convivencia de la especie.

Incluso hay quienes sí tienen permisos, pero no siempre respetan el número de turistas permitidos por embarcación o con todos los protocolos establecidos en la guía de nado con el tiburón, en donde se hace énfasis en no tocarlo y respetar sus espacios de nado.

“Por eso es la invitación a respetar esta especie, como las tortugas marinas o el caracol rosado, que se identifican como parte de los organismos que viven en Quintana Roo, pero están de paso… nosotros tenemos la franca responsabilidad de admirarlas, pero sobre todo de protegerlas y que podamos seguir teniendo el conocimiento de estas especies tan grandes y que estamos obligados a cuidarlas, porque son parte de una comunidad y de un ecosistema en el que están en peligro”, concluyó la entrevistada.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

Edición: Ana Ordaz