Pez bolín, minúsculo habitante del manglar

Cyprinodon artifrons / PEZ BOLÍN 

Tamaño: Cinco centímetros 

Ubicación: Cozumel e Isla Mujeres 

Dieta: Restos y partículas 

Depredadores: Peces y aves acuáticas 

Época de reproducción: De primavera a otoño 

Categoría de preocupación: Menor, debido a su abundante población 

El bolín petota (Cyprinodon artifrons) es un pez pequeño, de unos cinco centímetros, que vive en los manglares y otros sistemas acuáticos costeros de la península de Yucatán, informó Juan J. Schmitter-Soto, investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).

En entrevista con este rotativo, el Doctor en Biología de Sistemas y Recursos Acuáticos dio a conocer que el bolín petota también habita en Cozumel e Isla Mujeres, pero no en aguas interiores, es decir, no está presente en la laguna de Chichankanab, del municipio José María Morelos, por ejemplo.

Esta especie se alimenta de detritus (restos o partículas, materia muerta) y a él se lo comen peces de mayor tamaño, así como aves acuáticas. Su cuerpo es moderadamente alto y regordete, con una cabeza aplanada y hocico ancho y corto, tiene una narina (orificio nasal) frontal no tubular, cubierta del ojo no continua con la piel de la cabeza y dientes comprimidos, con tres puntas en series sencillas.

Son ovíparos, en general desovan de primavera a otoño; presentan tubérculos nupciales en la aleta anal, además de un marcado dimorfismo sexual. El macho en celo presenta coloración azul metálico en el dorso, negruzca debajo y en la base de la caudal y en la parte inferior de las aletas pectorales, pélvicas y anal.

El bolín petota está incluido en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza bajo la categoría Preocupación Menor, puesto que prácticamente la única amenaza que enfrenta es la tala de su hábitat principal, el manglar. La amenaza a su hábitat la representan los desarrollos hoteleros y la expansión urbana, por ejemplo de Progreso, Yucatán y Cancún, Quintana Roo.

"Algo interesante de esta especie es que probablemente es el ancestro evolutivo del conjunto de especies del mismo género Cyprinodon que son endémicas (exclusivas) de la laguna de Chichankanab. A diferencia del Cyprinodon artifrons, que tolera salinidad desde agua dulce hasta marina, las siete especies de Cyprinodon de Chichankanab viven sólo en esa agua dura de la laguna (agua dulce pero con muchos carbonatos y otro tipo de sales en solución)”, declaró el experto en especialista en ictiología.

Chichankanab, dijo Schmitter-Soto, es hoy una laguna sin conexión con el mar, pero hace miles de años era una laguna costera, y al retirarse el mar quedó aislado allí el antecesor de las siete especies endémicas, así como un tipo de manglar de tierra adentro.

Estas siete especies evolucionaron por lo que se denomina radiación adaptativa: cada una se fue adaptando a usar su hábitat o buscar su alimento de manera distinta.

Una se hizo carnívora (Cyprinodon maya, el bolín gigante), otra se especializó en el plancton (Cyprinodon simus, el bolín boxeador), otra en crustáceos y caracoles (Cyprinodon labiosus, el bolín cangrejero), otra se mantuvo detritívora (Cyprinodon beltrani, el bolín lodero), otra tiene aletas agrandadas para “barrer” las rocas donde desova (Cyprinodon verecundus, el bolín aletón). Mientras que las otras dos fueron descritas recientemente: Cyprinodon suavium y Cyprinodon esconditus.

Indicó que todas ellas son diferentes entre sí y respecto de Cyprinodon artifrons, no son razas ni variedades, sino especies válidas que adquirieron independencia evolutiva. Declaró que a diferencia de Cyprinodon artifrons, los siete bolines endémicos de Chichankanab están en categorías elevadas de protección, ya sea vulnerable o en peligro, sobre todo a causa de la introducción de tilapia en la laguna, en los años 80.

A raíz de dicha invasión, todas estas especies han disminuido en abundancia, “creíamos que el bolín boxeador ya estaba extinto, pero se volvió a encontrar hace poco; sin embargo, todas están amenazadas”.

El Cyprinodon artifrons se conoce desde los años 30, por un investigador norteamericano que hizo una expedición en la península, Carl Hubbs, pero fue un mexicano, José Álvarez del Villar, quien se dio cuenta de que el bolín de Chichankanab era distinto, y lo describió como Cyprinodon beltrani en 1949.

Hubo que esperar hasta los años 80 para que otros investigadores se dieran cuenta que además de Cyprinodon beltrani había otras especies endémicas que provenían de una radiación adaptativa, única en el mundo.

Esa radiación adaptativa, o evolución explosiva, fue posible porque en Chichankanab no había los otros peces de la región, ni mojarras ni guppys ni nada, de modo que al ancestro de estos bolines le fue posible explotar nichos ecológicos “vacíos”, es decir, recursos alimenticios disponibles sin competencia de otras especies.

Los bolines de Chichankanab no sólo están en la Lista Roja internacional, sino también están protegidos por la Norma Oficial Mexicana (NOM) como especies en peligro. En cambio, Cyprinodon artifrons no está incluido en la NOM porque no se considera tan en peligro, por su amplia distribución.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

Edición: Ana Ordaz