Garza nocturna controla plagas de crustáceos

Especie: Nycticorax nycticorax

Hábitat: Playas y zonas de manglar

Dieta: Crustáceos, ranas y diferentes tipos de peces 

Reproducción: Pone de dos a ocho huevos

Tiempo de incubación: Entre 21 y 26 días

Principal peligro: Destrucción del mangle

La garza nocturna actualmente no está catalogada entre las especies en riesgo; sin embargo, se trata de un ave muy importante para el destino y se debe cuidar, pues incluso en las Bermudas se ha utilizado para el control de plagas de crustáceos.

Su alimentación no solamente incluye los crustáceos, también pueden comer ranas, diferentes tipos de peces y al consumir estas presas comunes evita un desequilibrio ecológico.

También es conocida como garza nocturna corona clara, porque en la cabeza tiene una parte muy brillante, que es de color amarillo cremoso y en las mejillas presenta una mancha blanca.  Sus patas pueden tener un color entre rojo y rosa, pero varía de acuerdo a la temporada de reproducción.

Por lo general, estas aves van a tener de dos a ocho huevos. No los ponen masivamente, sino que los tienen que cuidar, los dos papás van a estar al cuidado de la cría hasta que pueda salir de su propio nido. Habitualmente las crías trepan por el árbol del nido a las cuatro semanas de vida y son capaces de volar a las seis semanas y hasta siete semanas pueden seguir a los padres a las zonas de alimentación.

En Quintana Roo, estas aves se encuentran muy cerca de las zonas marinas y zonas de manglar, por lo que es habitual encontrarlas, por ejemplo, en toda la laguna Nichupté de Cancún, esto porque son espacios donde encuentran gran parte de su alimento, pero también utilizan los manglares para poner sus nidos y proteger a sus huevos en época reproductiva.

En zonas cálidas o del trópico permanecen durante prácticamente todo el año, solamente en épocas de invierno se alejan de las zonas más frías y migran hacia el sur, pero también si se topan con mucha contaminación es probable que busquen otros sitios que consideren más ideales para su supervivencia.

Es por ello que independientemente de los depredadores que las podrían poner en riesgo, ha sido la destrucción del mangle uno de sus principales enemigos, porque al perderse estos espacios, tienen menos zonas en donde ubicarse y protegerse.

“Si nosotros talamos los manglares o contaminamos la laguna no sé si alguna vez te has acercado y se siente un olor así como medio fuerte, medio félido, o por ejemplo, en zonas donde hay muchos hoteles el olor del mar o del manglar puede tener un cierto olor a cloro, obviamente esto va a hacer que los crustáceos de los que ellos se alimentan no se encuentren tanto en la zona y esto repercute en que las especies se alejen”, explicó la bióloga Fanny Corazón Sánchez Cámara, docente de la licenciatura de Biotecnología en la Universidad Anáhuac Cancún.

Ante esto, consideró que como sociedad se tiene mucho por hacer, no sólo por las garzas, sino por muchas otras especies, comenzando por respetar las zonas de manglar, que pese a que ya está prohibido dañarlo, se sigue talando; pero también tomar otras acciones como evitar ruido severo cerca de sus zonas de anidación.

“Otra cosa que nos puede apoyar es que al ser nocturnas, o sea que mayormente se alimentan en la noche, algo que no solamente a la población de garza, sino que en general a todas las especies les ayuda es que todas las habitaciones o casas que están en la costa apaguen las luces que tienen por fuera, para evitar que estas especies sufran de confusión, porque se pueden acercar e interrumpir su ciclo biológico de día y noche”, apuntó.

Es una especie que pertenece a los Pelecaniformes, un poco parecida a los pelícanos; de la familia Ardeidae y es única de su género, recientemente se reclasificó y, por lo tanto, si desapareciera, ya no quedaría otro espécimen de este género.

Son especies muy pequeñas, aunque son robustas presentan el cuello largo y grueso, su pico es robusto, lo que le va a permitir precisamente alimentarse de los crustáceos, pues necesitan romper ese caparazón que tienen.

Su principal depredador pudieran ser los cocodrilos, pues al no estar ya cerca de zonas selváticas donde abunden otros depredadores como los jaguares, el cocodrilo se convirtió en su principal depredador. 

La experta consideró que se está en un momento importante en el que se pudieran hacer más estudios sobre esta especie en el destino, porque aunque no se tenga enlistada en la NOM 059, aún se requiere un recuento de cuántos ejemplares se veían antes, cuántos hay ahora y saber si va en decremento en su población, para entonces saber si es necesario incluirle en la NOM 059 y que más personas comprendan o la tengan dentro de sus especies para protegerla. 

“Sería interesante realizar estudios más acertados o más indicativos sobre estas especies, hay muchos que hablan de catálogos de especies, por ejemplo, de qué especies podemos encontrar en la laguna Nichupté, pero conteos acerca de cuántos individuos hay y cómo se encuentran las poblaciones hay muy pocos… de avistamiento de aves no hay un artículo que diga realmente el número de esta especie”, acotó.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

Edición: Estefanía Cardeña