Araña de seda dorada, sinónimo de una vegetación saludable

Especie: Trichonephila clavipes

Tamaño: Dos centímetros

Distribución: Desde el sureste de Estados Unidos hasta Argentina

Esperanza de vida: Un año

Depredadores: Aves y murciélagos

Dieta: Insectos

La presencia de la araña de seda dorada (Trichonephila clavipes) en los jardines es sinónimo de que la vegetación se encuentra en buen estado y goza de buena salud, dio a conocer César Raciel Lucio Palacio, técnico académico en el colegio de la Frontera Sur-Unidad Chetumal.

Explicó que este arácnido tiene un tamaño considerablemente grande, porque su cuerpo llega a medir un poco más de dos centímetros de largo. Se encuentra en zonas cálidas y húmedas de México, pero no solamente vive en nuestro país, sino que su rango se extiende desde el sureste de Estados Unidos hasta Argentina. “En este rango geográfico puede encontrarse esta araña, pero prefieren lugares cálidos con bastante humedad, no habita en zonas áridas ni en zonas frías”, explicó el experto.

Expuso que en algunos lugares esta araña llega a ser común; por ejemplo, en cafetales y manglares. Necesita que haya arbustos, árboles y ramas porque es donde construye telas muy grandes. “De hecho también se puede observar que viven de cierta manera en comunidad porque varios individuos construyen telas adyacentes, es decir, están todas juntas y entre ellas hay un poco de territorialidad, pero no llegan a comerse entre hembras adultas”, dijo.

Lo que las personas solemos ver de estas arañas son las hembras adultas, que viven aproximadamente un año, tal vez un poco menos, entonces ese tiempo les basta porque cuando nacen son unos animales diminutos que miden menos de cinco milímetros y en unos cuantos meses las hembras llegan a alcanzar ese tamaño de un poco más de dos centímetros de longitud corporal; tienen unas patas muy largas y en el primer par de patas tienen un cepillo como de pelitos que tiene algunas funciones sensoriales.

En cambio los machos en esta especie son muy pequeños, solamente viendo de manera detallada las telarañas podríamos encontrarlos. Ellos prácticamente no cazan su alimento sino que comen las sobras de la araña hembra, y a veces incluso tienen que estar peleando por comida con otras especies que también llegan a la telaraña.

Lucio Palacio abundó en que los machos están ahí esperando a que la hembra esté lista para reproducirse, pero mientras esperan se comen las sobras de alimento y tienen que competir con otras especies de animales. La hembra después de aparearse pone una o dos bolsas en la que almacena más de 100 huevos en cada una.

Dijo que la telaraña es muy vistosa porque es de color amarillo dorado y con el sol tiene pues unos reflejos muy impresionantes, precisamente de ahí es que viene su nombre. Estas telarañas pueden llegar a medir más de un metro y medio de diámetro.

“Alrededor de ese disco de telarañas, las arañas hembras construyen una maraña de telas con hilos más finos, la cual le sirve para darle fortaleza a la tela y otra parte le sirve como protección, ya que a animales como aves o mamíferos voladores se les dificulta llegar y atrapar a la araña grande cuando está en el centro”, sostuvo el especialista.

Animales como aves y murciélagos son los principales depredadores de esta especie; el veneno de este animal no es muy potente contra otras especies que la depredan, de hecho es una especie inofensiva para las personas, no les causa ningún daño. 

Tras observar el comportamiento de esta araña, científicos han descubierto que son capaces de aprender, pues se les ha visto desarrollar técnicas para atrapar otras especies que pueden ser peligrosas para ellas, así como también aprender a evitar avispas y hormigas, las cuales pueden picarlas e incluso matarlas.

“Estas arañas, cuando consiguen atrapar sus presas, después siempre repiten esas experiencias y así aprenden a cazar. En cambio las arañas que en algún momento tienen un accidente con una avispa o una hormiga evitan a este tipo de presa; así también se observa que aprenden que ellas no son capaces de capturar a este tipo de animales que les representan algún peligro”, replicó el integrante de Ecosur.

Señaló que esta misma fortaleza de las telas ha hecho que cacen presas bastante infrecuentes e inusuales, por ejemplo se sabe que animales como los colibríes pasan cerca de las telarañas para ver qué comen, incluso pueden arrancar pedacitos de la tela y la usan en sus nidos.

Sin embargo, también se sabe que algunas veces los colibríes o algunos pajarillos del tipo de los chipes se acercan demasiado a la tela y se quedan atrapados, y es posible que -todavía no está totalmente corroborado- las arañas se alimenten de pequeños vertebrados que quedan atrapados en la red.

Trichonephila clavipes no es una especie que se considere en peligro de extinción como tal, toda vez que tiene una distribución muy amplia. Su presencia es indicadora de la calidad de un ecosistema, pues cuando las arañas desaparecen de un hábitat en el que eran comunes, el fenómeno se puede tomar como evidencia de que seguramente está pasando algo en la vegetación de esa zona.

Son sensibles a los agroquímicos, pues los insecticidas las afectan, ya sea que les caiga directamente o que mueran al comer insectos que ya han sufrido los efectos del pesticida.

“Como la gran mayoría de las arañas, es bueno ver este tipo de animalitos en los jardines o incluso en la selva. Son animales impresionantes, que da gusto ver y pueden ser sujetos muy buenos de fotografía de naturaleza y artísticas. Su abundante presencia es un símbolo de que ahí sí hay condiciones limpias y que la selva o la vegetación se encuentra en buen estado de salud”, remarcó César Raciel Lucio Palacio.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala! 

Edición: Fernando Sierra